Encuesta: Ucrania no la tiene fácil para ser aceptada en la OTAN

Ucrania enfrenta un camino empinado hacia la aceptación en la OTAN, según las últimas encuestas y análisis. El país, que ha estado en el centro de la tensión geopolítica tras la invasión rusa en 2022, busca desesperadamente el apoyo de la alianza atlántica para garantizar su seguridad y estabilidad. Sin embargo, la opinión pública en varios países miembros muestra reticencias significativas a esta integración.

El periodista Manuel V. Gómez, corresponsal en Bruselas y con una sólida carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, reporta sobre estas tendencias en su artículo titulado: «Alemanes y franceses muestran reticencias a la entrada de Ucrania en la UE». Gómez, licenciado en Historia por la Universitat de València y con un master de periodismo UAM/EL PAÍS, subraya en su informe la disparidad de opiniones respecto a la integración de Ucrania en la Unión Europea, un tema estrechamente relacionado con sus aspiraciones de unirse a la OTAN.

Ucrania no embona

La encuesta del Centro Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) muestra una opinión pública europea dividida. En países como Alemania y Francia, los ciudadanos se muestran escépticos respecto a la entrada de Ucrania en la OTAN. En Alemania, un notable 54% de los encuestados considera que esta sería una «mala idea», mientras que solo el 31% está a favor. Francia presenta cifras similares, con un 40% en contra y un 36% a favor. Esta división refleja las preocupaciones sobre las implicaciones políticas, económicas y militares de aceptar a Ucrania en la alianza.

El apoyo a Ucrania es más fuerte en países como Portugal y España. En Portugal, el 59% de los encuestados ve con buenos ojos la candidatura de Ucrania a la OTAN, mientras que en España, el 51% apoya esta integración. Este respaldo más fuerte en el sur de Europa contrasta con la reticencia observada en el norte y el centro del continente, donde los efectos de la guerra y las potenciales amenazas de represalias rusas pesan más en la opinión pública.

Ucrania
En todos los países encuestados, más del 50% de la población se opone a esta medida. Esta oposición es especialmente alta en Bulgaria, donde el rechazo alcanza el 90%. En países como Grecia, Italia, Alemania y Suiza, la negativa también es significativa, aunque algo menos intensa en Suecia y Estonia. Ilustración MidJourney

Un puesto bien peleado

Los ucranianos, por su parte, ven su ingreso tanto en la Unión Europea como en la OTAN como pasos cruciales para su futuro. Dos tercios de los encuestados en Ucrania consideran que estos movimientos son esenciales para la seguridad y el desarrollo del país. La aspiración de unirse a estas organizaciones se ha visto reforzada por la invasión rusa, que ha llevado a un renovado sentido de urgencia para proteger la soberanía y la integridad territorial de Ucrania.

La opinión pública europea también refleja una notable oposición a la idea de enviar tropas para luchar en Ucrania. En todos los países encuestados, más del 50% de la población se opone a esta medida. Esta oposición es especialmente alta en Bulgaria, donde el rechazo alcanza el 90%. En países como Grecia, Italia, Alemania y Suiza, la negativa también es significativa, aunque algo menos intensa en Suecia y Estonia. En contraste, Portugal y España muestran una mayor disposición relativa a considerar el envío de tropas, con un 19% y 17% respectivamente, cifras que, aunque bajas, son notables en comparación con otros países europeos.

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Pegada en el bolsillo

Esta disposición no se traduce necesariamente en un mayor apoyo para aumentar el gasto en defensa si eso implica recortes en otras áreas cruciales como la sanidad, la educación o la seguridad ciudadana. En países que han sufrido ajustes severos durante la crisis financiera, como Italia, Grecia, España y Portugal, la opinión pública es claramente contraria a estos sacrificios. En Italia, por ejemplo, el 63% de la población rechaza aumentar el gasto en defensa frente a solo un 9% que lo apoya. En España, estas cifras son del 51% y 20%, respectivamente.

Las perspectivas para la entrada de Ucrania en la OTAN no son homogéneas y enfrentan desafíos significativos. Las reticencias en los países más grandes y políticamente influyentes de la UE, como Alemania y Francia, son obstáculos importantes. Estos países tendrán un papel determinante en el Consejo cuando llegue el momento de tomar decisiones sobre la ampliación de la OTAN y la inclusión de nuevos miembros. La necesidad de consenso entre los países miembros añade otra capa de complejidad a la ya de por sí delicada situación.

Evitar la confrontación

La situación se complica aún más por la postura de Rusia, que ha dejado claro que considera la expansión de la OTAN hacia el este como una amenaza directa a su seguridad. La inclusión de Ucrania en la alianza podría escalar las tensiones en la región y provocar una respuesta agresiva por parte de Moscú. Este escenario es uno de los principales factores que alimentan la reticencia en países como Alemania y Francia, que buscan evitar una confrontación directa con Rusia.

Ucrania
La reciente invasión rusa ha vuelto a poner de relieve la importancia de la seguridad y la defensa en la agenda europea. Los países de la OTAN han reforzado su presencia en el flanco oriental de la alianza, pero la incorporación de Ucrania implica riesgos y desafíos adicionales. Ilustración MidJourney.

La historia reciente muestra que los procesos de adhesión a la OTAN pueden ser largos y complicados. Los países candidatos deben cumplir con una serie de criterios políticos, económicos y militares, y deben ser aceptados por unanimidad por los miembros existentes. Ucrania ha avanzado en algunas áreas, pero aún enfrenta desafíos significativos en términos de reformas internas y estabilidad política. Además, la corrupción y la necesidad de modernizar su ejército son obstáculos que deben superarse para cumplir con los requisitos de la OTAN.

Muchas complicaciones

El apoyo público en Ucrania para unirse a la OTAN es alto, pero la situación en el terreno es complicada. La guerra en el este del país y la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 han dejado cicatrices profundas. Estos conflictos no solo han devastado la economía y la infraestructura de Ucrania, sino que también han creado una situación de seguridad muy volátil. La OTAN, por su parte, ha brindado apoyo a Ucrania en términos de capacitación y asistencia militar, pero una membresía plena sigue siendo una meta lejana.

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La reciente invasión rusa ha vuelto a poner de relieve la importancia de la seguridad y la defensa en la agenda europea. Los países de la OTAN han reforzado su presencia en el flanco oriental de la alianza, pero la incorporación de Ucrania implica riesgos y desafíos adicionales. La posibilidad de una escalada militar y la necesidad de defender a un nuevo miembro en caso de agresión son preocupaciones reales que los líderes europeos deben considerar.

La entrada de Ucrania en la OTAN enfrenta obstáculos significativos tanto a nivel interno como externo. La opinión pública en varios países miembros muestra una clara división, con importantes reticencias en naciones clave como Alemania y Francia. Estos desafíos se suman a las dificultades inherentes al proceso de adhesión y a las tensiones geopolíticas con Rusia. Aunque Ucrania sigue aspirando a unirse a la alianza atlántica, el camino hacia esa meta está lleno de incertidumbres y desafíos.

 

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