En un momento donde las tensiones geopolíticas alcanzan niveles alarmantes, el analista senior del Atlantic Council, Ariel Cohen, Ph.D., ha señalado que es crucial que «Trump destruya a Irán» para garantizar la estabilidad en la región y proteger los intereses de Estados Unidos y sus aliados. Esta declaración, aunque provocativa, surge tras el reciente pacto de defensa firmado entre Rusia e Irán, un acuerdo que Cohen considera un desafío directo al equilibrio de poder global y una amenaza inmediata para la seguridad internacional.
Ariel Cohen, además de ser miembro senior del Atlantic Council, es director fundador de International Market Analysis, una consultora de riesgo global con sede en Washington, DC También dirige el Programa de Energía, Crecimiento y Seguridad y es miembro del Centro Internacional de Impuestos e Inversiones. En su artículo de opinión publicado en The Hill, titulado: “El pacto de defensa entre Rusia e Irán es un desafío que Trump debe afrontar”, Cohen advierte que este acuerdo entre Moscú y Teherán no solo estrecha los lazos entre dos adversarios históricos de Estados Unidos, sino que podría tener consecuencias devastadoras para la estabilidad regional y global.
Buscan que Trump destruya a Irán
En su análisis, Cohen describe cómo el pacto firmado el 17 de enero incluye acuerdos de cooperación en defensa, intercambio de tecnología militar y estrategias para evadir sanciones internacionales. Estos elementos, según el analista, fortalecen a Irán como un actor clave en el eje antioccidental, en colaboración con Rusia, China y Corea del Norte. Para Cohen, no abordar esta alianza sería un error estratégico monumental, por lo que recomienda que Trump destruya a Irán mediante una combinación de medidas económicas, diplomáticas y, de ser necesario, militares.

Históricamente, la relación entre Rusia e Irán se ha basado en un interés mutuo por contrarrestar la influencia de Estados Unidos. Desde el colapso de la Unión Soviética, ambos países han trabajado en conjunto para debilitar la presencia estadounidense en regiones clave como el Golfo Pérsico. Cohen destaca cómo, bajo el liderazgo de Vladimir Putin, Rusia ha suministrado a Irán tecnología avanzada en defensa, incluido el sistema de misiles S-300, mientras que Irán ha apoyado al régimen de Bashar al-Assad en Siria, consolidando su influencia en Oriente Medio. En este contexto, la sugerencia para que Trump destruya a Irán no parece una exageración -según el analista- sino una medida preventiva para frenar una amenaza que podría salirse de control.
Drones iraníes sirven a Rusia
Cohen también señala que, aunque Irán ha demostrado ser un aliado estratégico para Rusia, su posición económica y militar es frágil. Años de sanciones internacionales, combinados con una mala gestión interna y las consecuencias de la pandemia, han dejado al régimen iraní en una situación precaria. Sin embargo, el reciente apoyo ruso, que incluye miles de drones Shahed y misiles balísticos de corto alcance, ha permitido a Irán desempeñar un papel más activo en el conflicto en Ucrania, desafiando aún más a Occidente. Es aquí donde Cohen enfatiza que el tiempo es un factor crucial: si la administración Trump no actúa rápidamente para desmantelar esta alianza, las consecuencias podrían ser irreversibles.
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El analista propone un enfoque integral para abordar esta amenaza. En primer lugar, recomienda restablecer todas las sanciones levantadas por la administración Biden, con el objetivo de asfixiar económicamente al régimen iraní. Además, sugiere que la comunidad de inteligencia estadounidense debe priorizar la vigilancia y el sabotaje de las operaciones conjuntas entre Moscú y Teherán. Pero Cohen no se detiene ahí; también argumenta que es imperativo neutralizar la capacidad nuclear de Irán y destruir su arsenal de misiles balísticos. Estas acciones, combinadas con el debilitamiento de sus representantes como Hezbolá y los hutíes, formarían parte de una estrategia más amplia para garantizar que Trump destruya a Irán de manera efectiva.
Más peligroso cuando está herido
El artículo de Cohen no pasó por alto los recientes contratiempos sufridos por Irán en el ámbito militar. Entre ellos, los ataques de Israel contra Hezbolá en el Líbano, que han debilitado significativamente a este aliado clave del régimen iraní. Además, la caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria ha representado un golpe estratégico para Teherán, que había invertido recursos considerables en su apoyo. Sin embargo, Cohen advierte que estos reveses no deben ser motivo de complacencia. Por el contrario, representan una oportunidad única para que Estados Unidos tome la iniciativa y elimine la amenaza iraní de manera definitiva.
Cohen subraya que la amenaza iraní no se limita a su capacidad militar. También señala el peligro que representa su retórica antioccidental y su apoyo a grupos terroristas como Hamás y Hezbolá. Desde su perspectiva, permitir que Irán continúe desarrollando su programa nuclear y apoyando actividades desestabilizadoras sería un error catastrófico. Por ello, insiste en que es fundamental que Trump destruya a Irán no solo para proteger a Estados Unidos, sino también para salvar el orden mundial.

La inacción solo fortalecería a Irán
A pesar de las críticas que podrían generar una postura tan agresiva, Cohen defiende su posición argumentando que la inacción solo fortalecería a Irán y sus aliados. En su opinión, cualquier intento de negociación o compromiso con el régimen iraní sería interpretado como una señal de debilidad, lo que incentivaría a Teherán a continuar desafiando a Occidente. Por esta razón, el analista concluye que solo una acción decisiva por parte de la administración Trump puede garantizar la seguridad y estabilidad a largo plazo.
El pacto de defensa entre Rusia e Irán, según Cohen, es un recordatorio de los desafíos que enfrentan Estados Unidos y sus aliados en un mundo cada vez más multipolar. Mientras Rusia y China buscan consolidar su influencia global, Irán desempeña un papel crucial como socio estratégico en esta ecuación. Por ello, Cohen enfatiza que ignorar esta alianza sería un error histórico. En su lugar, insta a la administración Trump a tomar medidas audaces y decisivas, incluyendo la posibilidad de acciones militares, para garantizar que «Trump destruya a Irán» antes de que sea demasiado tarde.
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En última instancia, el artículo de Ariel Cohen plantea preguntas fundamentales sobre el futuro de la política exterior estadounidense y el papel de Trump en la configuración de un mundo más seguro. Si bien su propuesta de «destruir a Irán» puede parecer extrema para algunos, representa un llamado a la acción frente a una amenaza que no puede ser ignorada. Tal como lo describe Cohen, la administración Trump enfrenta una encrucijada: actuar ahora para neutralizar la amenaza iraní o arriesgarse a enfrentar consecuencias aún más graves en el futuro. En este contexto, la destrucción de la alianza entre Irán y Rusia podría ser vista no solo como una medida estratégica, sino como una necesidad para preservar la paz y la estabilidad global.