La guerra entre Israel y Hamás es un diseño geopolítico creado en Teherán

La región de Oriente Medio ha sido testigo de conflictos prolongados y complejos a lo largo de su historia, y el conflicto palestino-israelí es uno de los más arraigados. Durante décadas, la comunidad internacional ha buscado una solución que permita la coexistencia pacífica de Israel y Palestina, y la idea de un «dos Estados» ha sido un tema recurrente en las conversaciones de paz. Sin embargo, según expertos como Sander Gerber y Robert Wexler, miembros del consejo asesor de la Ley de Asociación para la Paz en Oriente Medio (MEPPA) del Departamento de Estado de EE. UU., la clave para resolver este conflicto no radica únicamente en la búsqueda de una solución de dos Estados, sino en confrontar a Teherán. 

El papel desestabilizador de Irán y sus representantes en la región es un factor clave que ha contribuido a la persistencia de la tensión y la violencia en Oriente Medio. A medida que la guerra entre Israel y Hamás se prolonga, queda claro que la brutalidad de los ataques de octubre fue en sí misma una estrategia diseñada en Teherán. Irán entrenó y financió a Hamás con la misión de reorientar la atención mundial hacia el conflicto palestino-israelí. Los ataques brutales, documentados por los combatientes de Hamás, tuvieron como objetivo no solo aterrorizar a los israelíes, sino también desencadenar una devastadora invasión israelí en Gaza, con el objetivo de crear un alto número de víctimas civiles. Esto, a su vez, permitiría que las imágenes de las víctimas palestinas movilizaran a la «calle árabe» y debilitaran la estructura de seguridad emergente liderada por Estados Unidos e incluida a Israel. 

Teherán
Los ataques brutales, documentados por los combatientes de Hamás, tuvieron como objetivo no solo aterrorizar a los israelíes, sino también desencadenar una devastadora invasión israelí en Gaza. Ilustración MidJourney

Teherán mueve los hilos 

La conexión entre Irán y otros actores en la región también se hace evidente en otros eventos, como los intentos de los rebeldes hutíes respaldados por Irán en Yemen de atacar buques de transporte en el Mar Rojo. Estas acciones subrayan la necesidad de abordar la influencia y la actividad de Irán en la región de Oriente Medio. 

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Para poner fin a esta crisis y avanzar hacia una solución sostenible, Gerber y Wexler proponen cuatro medidas clave que el liderazgo de Estados Unidos debe tomar de inmediato para confrontar a Teherán: 

En primer lugar, construir una coalición de socios occidentales y árabes dispuestos a aplicar presión económica y militar contra Irán y sus representantes, con una política de tolerancia cero para sus ataques. 

Continúa la enumeración 

En segundo lugar, expresar una oposición clara al extremismo islamista en todas sus formas y apoyar al presidente del Partido Islamista Ra’am, Mansour Abbas, quien aboga por la desmilitarización de las facciones palestinas armadas y la búsqueda de un Estado palestino a través de medios no violentos. 

Teherán
Las imágenes de las víctimas palestinas movilizaran a la «calle árabe» y debilitaran la estructura de seguridad emergente liderada por Estados Unidos e incluida a Israel. Ilustración MidJourney

En tercer lugar, formar una coalición internacional que se comprometa a reconstruir Gaza e invertir en Cisjordania, con la participación de países como Egipto, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos, Bahréin y Jordania. Esta coalición no solo brindaría ayuda humanitaria y seguridad a los civiles, sino que también promovería el desarrollo económico y la estabilidad, mientras se enfrenta a la subversión gestada en Teherán. 

Acuerdo Integral de Seguridad 

En cuarto lugar, iniciar una campaña diplomática para ampliar el Acuerdo Integral de Seguridad, Integración y Prosperidad con Bahréin, con el objetivo de alentar a otros miembros de la coalición a unirse en la reconstrucción de Gaza. Este acuerdo fortalecería la cooperación en materia de seguridad y defensa en la región, además de promover el comercio y la estabilidad. 

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Estas acciones, lideradas por Estados Unidos, protegerían la arquitectura de seguridad emergente en Oriente Medio y ofrecerían a los palestinos un camino hacia un futuro independiente y digno. Sin embargo, también se debe abordar la cuestión de la Autoridad Palestina (AP), que ha sido objeto de controversia debido a su apoyo implícito al terrorismo a través de los llamados «pagos por matar». Es crucial que cualquier renovación de la AP incluya la eliminación de este sistema y la adopción de un enfoque de bienestar palestino basado en factores económicos en lugar de recompensas por actos terroristas. 

La solución al conflicto palestino-israelí no puede lograrse plenamente sin abordar la influencia y el papel desestabilizador de Teherán en la región de Oriente Medio. El liderazgo de Estados Unidos, en colaboración con sus aliados, debe tomar medidas concretas para contrarrestar esta influencia y trabajar hacia una solución que beneficie a todas las partes involucradas. Con la urgencia que representa la búsqueda de una capacidad nuclear por parte de Irán, la acción es necesaria y apremiante. La paz en Oriente Medio puede lograrse, pero solo si se abordan las raíces del conflicto de manera efectiva y se construye una coalición internacional sólida para neutralizar a Irán. 

 

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