Rusia muestra en Ucrania superioridad en la guerra electrónica contra EE.UU.

Rusia ha demostrado una notable superioridad en la guerra electrónica en Ucrania, eclipsando las tecnologías militares de alta gama de Estados Unidos. Esta capacidad rusa ha sido un factor decisivo en la adaptación de las tácticas occidentales y en la revisión de las estrategias militares en curso en el conflicto. La evolución de estas tecnologías y su impacto en el campo de batalla han cambiado las reglas del juego, desafiando la eficacia de las armas avanzadas de precisión occidentales.

El artículo original fue escrito por Yaroslav Trofimov, el corresponsal jefe de asuntos exteriores de The Wall Street Journal. Trofimov, con una destacada carrera en la cobertura de conflictos globales, incluidas la toma de poder de Afganistán por los talibanes en 2021 y el conflicto en Ucrania desde enero de 2022, ha ofrecido una perspectiva profunda sobre esta situación. El título original de su pieza editorial es “Las armas estadounidenses de alta tecnología funcionan contra Rusia… hasta que dejan de hacerlo”. Su análisis destaca cómo Moscú ha aprendido a derrotar las municiones de precisión occidentales en Ucrania.

Contramedidas de Rusia

Rusia, con su formidable capacidad de guerra electrónica, ha logrado interferir y neutralizar los sistemas de guía GPS de varios tipos de armamentos, incluidas las municiones M982 Excalibur y los misiles disparados por los sistemas Himars. Introducidos en el verano de 2022, los proyectiles Excalibur inicialmente demostraron una precisión quirúrgica al destruir tanques y artillería rusos. Sin embargo, la rápida adaptación de las fuerzas rusas mediante el uso de contramedidas electrónicas redujo significativamente su eficacia. Este fenómeno se ha repetido con otras armas avanzadas, evidenciando un desafío constante para las fuerzas ucranianas y sus aliados occidentales.

Rusia
Rusia ha utilizado su capacidad de guerra electrónica para interferir con la navegación por satélite y engañar a los sistemas de guía de las municiones occidentales. Ilustración MidJourney

La capacidad de Rusia para adaptarse rápidamente a las nuevas tecnologías ha sido un factor crucial en este conflicto. Las municiones de precisión, que alguna vez se consideraron invulnerables, ahora enfrentan serios obstáculos debido a la interferencia electrónica. Los sistemas de guerra electrónica rusos han demostrado ser especialmente efectivos contra los proyectiles guiados por GPS, causando que estos se desvíen de sus objetivos o no detonen correctamente. Esto ha obligado a los militares occidentales a reevaluar sus estrategias y a buscar soluciones rápidas para contrarrestar estas contramedidas.

Estrategias derrumbadas

El éxito de Rusia en la guerra electrónica no solo ha tenido implicaciones en el campo de batalla, sino que también ha planteado problemas estratégicos para Estados Unidos y sus aliados. La doctrina militar occidental, que se ha basado en la precisión para superar la masa, se enfrenta ahora a la realidad de que estas tácticas pueden no ser efectivas contra un adversario tecnológicamente avanzado como Rusia. Esta situación ha llevado a una revisión de las estrategias militares y a la búsqueda de nuevas soluciones para mantener la ventaja en el campo de batalla.

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Rusia ha compartido sus lecciones de guerra electrónica con China, lo que podría tener implicaciones aún más amplias para el equilibrio de poder global. La capacidad de Rusia para interferir con las municiones de precisión occidentales plantea un desafío significativo para la doctrina militar occidental, que ha dependido de la superioridad tecnológica para compensar la falta de números en combate. Este conflicto ha demostrado que las tecnologías que funcionaron contra adversarios menos avanzados no necesariamente serán efectivas contra ejércitos modernos y bien equipados.

Desempolvado la chatarra

El uso de proyectiles de artillería no guiados, que son inmunes a la interferencia electrónica, ha cobrado nueva relevancia en este contexto. Mientras que las municiones de precisión han enfrentado dificultades, los proyectiles tradicionales han demostrado ser más confiables en ciertas situaciones. Esta realidad ha llevado a un resurgimiento en la fabricación de municiones no guiadas, subrayando la importancia de mantener una variedad de opciones en el arsenal militar.

Los avances en la guerra electrónica por parte de Rusia han resaltado la necesidad de innovación constante y rápida adaptación en el campo de batalla. Las fuerzas ucranianas, enfrentadas a un enemigo que evoluciona rápidamente, han tenido que encontrar formas de contrarrestar las tácticas rusas y mejorar sus propias capacidades defensivas. La capacidad de Rusia para adaptarse y mejorar sus sistemas de guerra electrónica ha sido un factor decisivo en la reducción de la eficacia de las armas occidentales en el conflicto.

Velocidad de adaptación

El conflicto en Ucrania ha proporcionado lecciones valiosas para los militares occidentales, que ahora deben considerar la velocidad de adaptación como un factor crucial en sus estrategias. La introducción gradual de sistemas occidentales ha permitido a Rusia desarrollar contramedidas efectivas, subrayando la importancia de una implementación rápida y efectiva de nuevas tecnologías en el campo de batalla. Esta situación ha llevado a una reevaluación de las tácticas y estrategias militares, destacando la importancia de la innovación constante y la capacidad de adaptación rápida.

En cada guerra, la introducción de nuevas tecnologías de armas impulsa a los adversarios a desarrollar contramedidas. Esta dinámica de constante evolución ha sido evidente en el conflicto en Ucrania, donde Rusia ha demostrado una capacidad notable para adaptarse a las nuevas tecnologías occidentales y neutralizarlas. Este ciclo de innovación y adaptación ha sido un factor clave en la eficacia de las operaciones militares rusas y en los desafíos enfrentados por las fuerzas ucranianas y sus aliados.

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El conflicto en Ucrania ha demostrado la superioridad de Rusia en la guerra electrónica, desafiando la eficacia de las armas avanzadas occidentales y obligando a una reevaluación de las estrategias militares. Ilustración MidJourney.

Excalibur se trabó again

Rusia ha utilizado su capacidad de guerra electrónica para interferir con la navegación por satélite y engañar a los sistemas de guía de las municiones occidentales. Este enfoque ha sido especialmente efectivo contra municiones como los proyectiles Excalibur, que dependen de espoletas programadas para detonar a una altitud específica. La manipulación del GPS por parte de Rusia ha causado que estos proyectiles no detonen, reduciendo su eficacia en el campo de batalla. Este éxito en la guerra electrónica ha obligado a los militares occidentales a buscar nuevas soluciones y mejorar sus tácticas.

La intervención de Rusia en la guerra electrónica ha tenido un impacto significativo en el desempeño de las municiones GMLRS disparadas por los sistemas Himars. La precisión de estos misiles ha sido reducida por la interferencia rusa, lo que ha afectado su capacidad para alcanzar objetivos con exactitud. Este desafío ha llevado a las fuerzas ucranianas a desarrollar nuevas tácticas y mejorar sus capacidades de reconocimiento para contrarrestar la interferencia electrónica. La adaptación y mejora constante de las tácticas y tecnologías es esencial para mantener la eficacia en el campo de batalla.

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Enemigo fuerte, armas inadecuadas

El conflicto en Ucrania ha subrayado la importancia de la capacidad de adaptación rápida y la innovación constante en la guerra moderna. Las lecciones aprendidas en este conflicto han llevado a una reevaluación de las estrategias militares y a un enfoque renovado en la mejora de las capacidades defensivas y ofensivas. La capacidad de Rusia para interferir con las tecnologías occidentales ha sido un factor decisivo en este conflicto, subrayando la necesidad de mantener una ventaja tecnológica y de adaptarse rápidamente a las nuevas amenazas.

El conflicto en Ucrania ha demostrado la superioridad de Rusia en la guerra electrónica, desafiando la eficacia de las armas avanzadas occidentales y obligando a una reevaluación de las estrategias militares. La capacidad de Rusia para adaptarse rápidamente a las nuevas tecnologías y desarrollar contramedidas efectivas ha sido un factor clave en este conflicto. Las lecciones aprendidas subrayan la importancia de la innovación constante y la capacidad de adaptación rápida en la guerra moderna, asegurando que las fuerzas militares puedan mantener su ventaja en el campo de batalla.

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