El reciclaje de residuos de comida es un proceso que ha sido implementado con éxito en Corea del Sur, transformando lo que una vez fue un problema ambiental en una lucrativa oportunidad de negocio. Este modelo ha permitido que el país asiático recicle el 97% de los restos alimentarios, estableciendo un ejemplo a nivel global. Pero, ¿quiénes se benefician realmente de este sistema? A primera vista, parece que los principales ganadores son las empresas de gestión de residuos y las organizaciones gubernamentales. Sin embargo, un análisis más profundo revela que la estructura de reciclaje de residuos de alimentos también beneficia a la sociedad coreana en su conjunto y a sectores económicos específicos como la agricultura y la energía. Este reportaje explora cómo el caso coreano ha convertido los residuos de alimentos en un recurso valioso y rentable para múltiples actores.
Alejandra Martins, periodista del Departamento de América Latina del Servicio Mundial de la BBC, publicó recientemente un artículo titulado “»Paga por tus desperdicios»: cómo logra Corea del Sur reciclar el 97% de sus residuos de alimentos”, que analiza en profundidad el sistema de reciclaje de residuos de alimentos en Corea del Sur. En su reportaje, Alejandra nos muestra cómo el país asiático ha logrado desarrollar un mecanismo eficiente que involucra a toda la población, desde grandes negocios hasta pequeños hogares. La pieza periodística, alojada en el portal de BBC Mundo, destaca cómo las políticas públicas, la tecnología y la responsabilidad compartida han convertido el reciclaje de residuos de comida en un verdadero negocio.
Reciclaje de residuos de comida
El proceso comienza desde los hogares, donde cada ciudadano paga por el volumen exacto de desperdicios que genera. La tecnología juega un papel crucial aquí, con sensores que detectan la cantidad de restos alimentarios que se depositan en cada contenedor. Pero este sistema no solo es útil para gestionar el volumen de residuos; también crea una cadena de valor que comienza en el punto de origen y se extiende hasta la producción de raciones para animales, abono y biogás. Así, el reciclaje de residuos de comida no solo mitiga los impactos ambientales, sino que también contribuye a la generación de ingresos en sectores clave como el agrícola y el energético.

El éxito del modelo surcoreano no fue inmediato. En 1996, Corea del Sur reciclaba apenas el 2,6% de sus residuos alimentarios. La transformación comenzó con la implementación de políticas gubernamentales estrictas y campañas de concienciación. El profesor Jae-Cheol Jang, del Instituto de Agricultura de la Universidad Nacional de Gyeongsang, resalta que la industrialización y la urbanización llevaron a un aumento masivo de los residuos y, por ende, a la necesidad de encontrar soluciones sostenibles. Con una población de más de 50 millones de habitantes y una alta densidad demográfica, Corea del Sur enfrentaba un desafío monumental en la gestión de sus residuos. Sin embargo, la implementación de un sistema de “Pago por Peso de Residuos de Comida” cambió la manera en que los coreanos se relacionan con sus desechos. Al tener que pagar cada vez que se deshacen de comida, los ciudadanos son más conscientes de sus hábitos de consumo y, a la vez, generan ingresos para financiar el proceso de reciclaje.
Tecnología y negocios
Las empresas de reciclaje de residuos de alimentos se han adaptado a estas normativas, encontrando oportunidades de negocio en cada eslabón de la cadena. Compañías especializadas en tecnología de gestión de residuos han desarrollado dispositivos de identificación por radiofrecuencia (RFID) para monitorear la cantidad de restos que se desechan. Estos dispositivos no solo facilitan el cobro, sino que también proporcionan datos valiosos que permiten a las autoridades ajustar las políticas y mejorar la eficiencia del sistema. Los pequeños negocios, como restaurantes y cafeterías, también participan en el proceso a través de la compra de calcomanías que identifican el peso de cada contenedor, otro punto de monetización dentro del sistema de reciclaje de residuos de comida.
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Pero el verdadero beneficio del sistema coreano no radica únicamente en las ganancias económicas directas. La reutilización de los residuos como alimento para animales, la producción de fertilizantes y la generación de biogás han reducido la dependencia del país de recursos naturales más costosos. Según datos del Sistema Nacional de Manejo de Residuos de Corea del Sur, de 2022, el 49% de los restos alimentarios reciclados se destinan a la alimentación animal, el 25% a la producción de abonos, y el 14% a la producción de biogás. Este proceso ha creado un ecosistema en el que diferentes sectores se ven beneficiados, desde granjeros hasta empresas de energía renovable. La inversión en tecnología también ha impulsado el crecimiento de un sector industrial dedicado a la fabricación de maquinaria para procesar residuos alimentarios, generando nuevos empleos y fortaleciendo la economía local.
Mucha sal en las comidas
Sin embargo, el reciclaje de residuos de alimentos en Corea del Sur no está exento de desafíos. Uno de los principales problemas es el alto contenido de sal en las comidas tradicionales, lo que puede afectar la salud de los animales que consumen las raciones elaboradas con estos restos. Para mitigar este problema, el gobierno surcoreano ha establecido regulaciones estrictas que exigen un procesamiento adecuado antes de utilizar los residuos como alimento para animales. El uso de métodos como el calentamiento y la fermentación asegura que los restos alimentarios no representen un riesgo sanitario. Aun así, el sistema requiere un monitoreo constante para evitar brotes de enfermedades, como la fiebre porcina africana que afectó al país en 2019.
Además, el costo del reciclaje de residuos de comida puede ser significativo para algunos hogares y negocios. Aunque Yuna Ku, periodista del Servicio Coreano de la BBC, paga menos de 5 dólares al mes por el manejo de sus desechos, las multas para quienes no cumplen con las normativas pueden ser elevadas. Las infracciones en hogares individuales pueden superar los 70 dólares, mientras que en negocios grandes las sanciones pueden alcanzar los 7.000 dólares. Estas, aunque efectivas para fomentar el cumplimiento, también pueden generar resentimiento en sectores de bajos ingresos, especialmente en un contexto global donde muchas personas luchan por satisfacer sus necesidades alimentarias básicas.

La FAO elogia al sistema
Aún así, el sistema coreano de reciclaje de residuos de alimentos ha demostrado ser un modelo exitoso para otros países que buscan reducir sus desechos y mejorar su gestión de residuos. Rosa Rolle, experta en pérdida y desperdicio de alimentos de la FAO, señala que aunque cada nación tiene un contexto diferente, el enfoque integral de Corea del Sur, que combina incentivos financieros, educación pública y regulaciones estrictas, es una fuente de inspiración para otros sistemas de reciclaje en el mundo. La clave, según Rolle, es adaptar las políticas a la realidad local y encontrar un equilibrio entre el incentivo económico y la protección ambiental.
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El reciclaje de residuos de comida en Corea del Sur ha beneficiado a múltiples actores: desde las empresas tecnológicas que desarrollan maquinaria y sistemas de gestión de residuos, hasta los sectores agrícolas y energéticos que utilizan los restos alimentarios para producir raciones y biogás. Más allá de las ganancias económicas, el verdadero éxito del sistema coreano reside en su capacidad para crear un entorno de colaboración entre el gobierno, las empresas y los ciudadanos, haciendo del reciclaje de residuos de comida no solo un negocio rentable, sino también un ejemplo. de sostenibilidad y responsabilidad compartida.