En la era de la información digital, el periodismo enfrenta desafíos sin precedentes. La aparición de la inteligencia artificial (IA) ha revolucionado muchas industrias, incluyendo los medios de comunicación. Sin embargo, el uso indebido de esta tecnología ha generado controversias significativas. Un caso reciente en Alemania ha puesto de relieve la ética y la integridad en el periodismo, y ha dejado claro que la culpa no es de la IA, sino del usuario que la maneja.
Aron Solomon, JD, es el director de estrategia de Amplify. Ha enseñado emprendimiento en la Universidad McGill y la Universidad de Pensilvania, y fue elegido para Fastcase 50, que reconoce a los 50 principales innovadores legales del mundo. Solomon recientemente publicó en el portal The Hill un artículo titulado: «Un fallo judicial oficial pone fin al uso de la IA en el periodismo, pero ¿es suficiente?». En este artículo, Solomon describe cómo el fallo del Tribunal Laboral de Múnich otorgó una compensación de £170,239 ($216,641) a la familia de Michael Schumacher después de que el tabloide alemán Die Aktuelle publicara una «entrevista» generada por IA con la leyenda de la Fórmula 1. Esta decisión judicial ha sacudido al mundo de los medios, planteando preguntas cruciales sobre la ética en el periodismo.
Pecado IA del periodismo
El fallo subraya la gravedad de presentar contenido fabricado como si fuera real. En abril de 2023, Die Aktuelle publicó una entrevista exclusiva con Schumacher, quien ha estado alejado de la vida pública desde que sufrió una grave lesión cerebral en un accidente de esquí en diciembre de 2013. La revelación de que la entrevista fue creada íntegramente por IA provocó una reacción inmediata de la familia Schumacher, que respondió con acciones legales. El grupo editorial Funke Media, responsable de Die Aktuelle, pidió disculpas y ofreció una compensación, además de despedir al editor jefe involucrado en la historia.

Este veredicto sienta un precedente importante para el uso de la IA en el periodismo. La decisión del tribunal alemán resalta la importancia de respetar la privacidad individual, especialmente en casos delicados. La familia de Schumacher ha protegido celosamente su privacidad desde el accidente, y el desprecio de la revista por sus deseos fue tanto éticamente reprochable como legalmente punible. La explotación de la privacidad de una persona con fines sensacionalistas o lucrativos es inaceptable y tendrá consecuencias.
El asunto de la ética
El uso de la IA en el periodismo plantea riesgos y cuestiones éticas significativas. Si bien la IA puede mejorar la investigación y la narración, nunca debe utilizarse para crear o tergiversar hechos. El intento de Die Aktuelle de hacer pasar contenido generado por IA como real fue una flagrante violación de la ética periodística y una traición a la confianza del público. La transparencia es crucial: el contenido generado por IA debe distinguirse claramente de los informes fácticos basados en fuentes creíbles y entrevistas reales.
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El abogado Ken Fulginiti señaló que el veredicto sobre Schumacher debe ser una llamada de atención para que los medios de comunicación y los periodistas establezcan directrices claras para el uso de la IA en su trabajo. La transparencia es esencial para mantener la confianza del público en el periodismo. Ignorar esta necesidad no solo puede empañar la reputación de una publicación, sino que también puede tener graves repercusiones legales, como se ha visto en este caso.
Ausencia de sentido común
El uso indebido de la IA para crear deepfakes o difundir información errónea es un problema creciente. A medida que la tecnología de IA avanza, es crucial desarrollar métodos sólidos para verificar la autenticidad de la información y protegerla contra usos maliciosos. La ley debe evolucionar rápidamente para mantenerse al día con estos desarrollos y garantizar que se mantengan altos estándares éticos en el periodismo.
Una multa de $216,641 es casi ridícula en comparación con el daño causado por Die Aktuelle. Este número parece absurdamente bajo y no actúa como un elemento disuasorio efectivo. En términos prácticos, algunas piezas virales pueden valer más que el costo de una multa, lo que incentiva a las publicaciones a asumir estas sanciones como parte de su costo operativo. Necesitamos decisiones judiciales que aborden las implicaciones éticas y legales del uso de la IA en el periodismo con sanciones suficientes para penalizar a los infractores.

Fuentes de noticias reales
La ironía es que, a pesar de la prevalencia de las «noticias falsas», aún reconocemos la necesidad de fuentes de noticias reales. Independientemente de nuestras opiniones políticas, queremos creer que la fuente de nuestras noticias es auténtica. Podemos estar en desacuerdo con la fuente o su mensaje, pero la idea de que un ser humano estuvo involucrado sigue siendo esencial.
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La IA está en su infancia y su uso en el periodismo debe ser manejado con extrema precaución. La transparencia, la verificación de datos y el cumplimiento de los principios periodísticos deben seguir siendo primordiales, incluso cuando las herramientas de IA se vuelvan más sofisticadas. Cuando estas normas fallan, los tribunales deben intervenir con sanciones contundentes, no con multas simbólicas.
El fallo del Tribunal Laboral de Múnich es un paso en la dirección correcta, pero no es suficiente. Se necesita una regulación más estricta y sanciones más severas para asegurar que el uso de la IA en el periodismo se haga de manera ética y responsable. La integridad periodística es vital para la democracia y la confianza del público en los medios de comunicación. Falsear no es hacer periodismo, y la culpa no es de la IA, es del usuario que decide utilizarla de manera irresponsable.