La modernidad digital que, lejos de ser un mero pasatiempo, reflejan estructuras de pensamiento que podrían haber sido analizadas por los propios fundadores de la filosofía occidental. Los memes, esas imágenes o textos que se viralizan rápidamente en internet, son parte de un fenómeno cultural que Platón y Aristóteles, de haber vivido en esta era, probablemente habrían diseccionado con gran interés y, quizás, con un toque de escepticismo.
Ronald Forero-Álvarez, profesor asociado de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas de la Universidad de La Sabana, ha abordado precisamente este tema en su artículo: “¿Qué dirían Platón y Aristóteles de los memes?”, publicado en el portal The Conversation. Forero-Álvarez, especialista en griego clásico y latín, con una trayectoria en investigación sobre la lírica griega arcaica y la papirología literaria, explora cómo la teoría de la mímesis de ambos pensadores griegos permite comprender la popularidad y el impacto de los memes en la sociedad actual. Según su análisis, la imitación de la realidad a través de estos contenidos virales es un reflejo contemporáneo de los conceptos filosóficos clásicos.
Una inmersión en los memes
Para abordar la relación entre los memes y la filosofía antigua, es necesario entender la etimología del término. El concepto de “meme” fue introducido por el biologo Richard Dawkins en 1976 en su libro «El gen egoísta», derivado de la palabra griega “mímēma”, que significa “cosa que se imita”. Este concepto original apuntaba a la transmisión de ideas y comportamientos de una generación a otra, pero en la era digital ha evolucionado para referirse a imágenes, videos o textos con fines humorísticos o críticos que se difunden rápidamente a través de internet. La similitud con la mímesis filosófica es innegable: los memes son representaciones distorsionadas de la realidad que, como en el arte, pueden generar emociones, reflexiones y conexiones sociales.

Platón, en su obra “La República”, concebía el arte como una imitación imperfecta de la realidad. Para él, el mundo sensible no era más que una copia defectuosa del Mundo de las Ideas, y cualquier representación artística no hacía sino alejar a las personas de la verdad. Si extrapolamos este pensamiento al fenómeno de los memes, Platón probablemente los vería como una versión deformada y superficial del pensamiento, que podría desviar a las personas del conocimiento real. Además, al apelar a las emociones y a lo inmediato, los memes podrían ser considerados una forma de distracción que impide una reflexión profunda sobre la realidad. No obstante, también reconocía que el arte podía servir como un mecanismo de formación moral si se regulaba adecuadamente. En este sentido, podría aceptarse la existencia de memes que fomenten valores positivos y generen diálogos constructivos en la sociedad.
Desde la tribuna aristotélica
Por otro lado, Aristóteles tenía una visión más optimista sobre la imitación. En su obra “Poética”, defendió que la mímesis no solo reproducía la realidad, sino que también tenía un valor pedagógico y emocional. La imitación permitía a las personas reflexionar sobre sus propias experiencias y aprender de ellas. Uno de los conceptos más relevantes que introduce Aristóteles es el de kátharsis, la purificación emocional que se experimenta a través del arte, especialmente en la tragedia. Aplicado al mundo digital, los memes podrían cumplir una función catártica al permitir la expresión de frustraciones, críticas sociales o simplemente generar humor como vía de escape ante la cotidianidad. En este sentido, Aristóteles probablemente vería en los memes una herramienta de exploración de la condición humana, con la capacidad de generar tanto risa como reflexión.
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El impacto de los memes en la cultura contemporánea es innegable. En 2024, la exposición “El subversivo arte de los memes” en Ciudad de México demostró que estos elementos digitales pueden ser considerados una forma de arte popular. En esta muestra se destacó su potencial para configurar imaginarios colectivos y fomentar el debate social. La accesibilidad de los memes y su carácter lúdico los convierten en una herramienta poderosa para la comunicación, permitiendo la transmisión de ideas y valores más allá de las barreras idiomáticas y culturales. La ironía, el sarcasmo y la crítica implícita en muchos de estos contenidos refuerzan su rol como mecanismos de interpretación de la realidad contemporánea.

Un arma electoral
En el marco de la digitalización de la comunicación, los memes también han adquirido un carácter político. En muchos países, han sido utilizados como armas discursivas en contextos electorales y movimientos sociales. La capacidad de sintetizar críticas en imágenes o frases cortas hace que los memes sean un vehículo efectivo para la opinión pública y la movilización social. Desde esta perspectiva, podrían verse como una expresión de la democracia digital, permitiendo que cualquier persona participe en la creación y difusión de narrativas colectivas.
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Si Platón y Aristóteles tuvieran la posibilidad de explorar el ciberespacio actual, es probable que sus posturas se mantuvieran en la misma línea que sus antiguas teorías. Platón seguiría mostrando escepticismo hacia los memes, preocupándose por su capacidad para distorsionar la verdad y desviar la atención de lo esencial. Aristóteles, en cambio, encontraría en ellos un medio útil para la educación y la catarsis social. Lo cierto es que, a través de la imitación y la ironía, los memes continúan construyendo significados y redefiniendo la manera en que interactuamos con la información en la era digital.