En un análisis profundo y revelador, Luis Britto García, destacado escritor, historiador, ensayista y dramaturgo venezolano, ofrece una perspectiva crítica sobre el desarrollo político y social de Venezuela, titulado: “Soberanía y Democracia”.
Publicado en el reconocido portal Aporrea, este trabajo no es solo un recuento histórico; es una disertación sobre cómo la retórica, la redistribución y la represión han sido herramientas constantes en la política venezolana. Brito García, con su vasta educación en la Universidad Central de Venezuela y la École Pratique des Hautes Études, y galardonado con el Premio Nacional de Literatura, nos guía a través de un viaje que inicia con las comunidades originarias precolombinas y se extiende hasta la actualidad, deteniéndose en momentos clave que han moldeado la nación.
Este viaje histórico destaca cómo desde la llegada de los europeos en 1498, la conquista y colonización impusieron un sistema de explotación y desigualdad. Brito García argumenta que la historia venezolana ha estado marcada por constantes luchas populares contra una oligarquía que, a lo largo de los siglos, ha negado derechos económicos, sociales, políticos y culturales a las mayorías. Desde la Guerra de Independencia hasta el 23 de enero de 1958, pasando por la Guerra Federal y el Caracazo de 1989, cada insurrección buscaba conquistar derechos usurpados, pero terminaba cooptada por dirigencias que pactaban con las clases dominantes.
Luis Britto García y su análisis
El autor señala cómo, tras cada rebelión, los acuerdos entre las elites condujeron a periodos de exclusión y represión, desde la República Oligárquica hasta la autocracia militar y la alternancia de gobiernos populistas. En sus obras “La máscara del Poder” y “La lengua de la Demagogia”, Brito García desmitifica el populismo, definiéndolo como el uso de un discurso que apela a la tradición cultural para legitimar una colaboración de clases que, en última instancia, perpetúa la desigualdad.

La pieza “Soberanía y Democracia” es un análisis crítico de cómo el populismo, representado principalmente por Acción Democrática y otros partidos tradicionales, ha utilizado la retórica nacionalista, la redistribución limitada de recursos y la represión como estrategias para mantenerse en el poder. Luis Britto García critica el Pacto de Punto Fijo por clausurar el debate político, excluyendo temas económicos y sociales fundamentales, y, por consiguiente, perpetuando un sistema que beneficia a unos pocos a expensas de la mayoría.
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Presente y futuro de Venezuela
El ensayo no solo critica el pasado; también reflexiona sobre el presente y el futuro de Venezuela. Brito García observa los logros y desafíos del proyecto bolivariano, reconociendo avances en la inversión social, la reducción de la pobreza y la desigualdad, y la expansión de la educación y servicios sociales. Sin embargo, advierte sobre los riesgos de caer en las políticas neoliberales que favorecen al capital extranjero y profundizan la desigualdad, un ciclo que Venezuela ha experimentado y debe evitar repetir.
Luis Britto García, con “Soberanía y Democracia”, no solo ofrece un recorrido histórico detallado de Venezuela; plantea una reflexión profunda sobre la soberanía, la democracia y el papel del Estado en la promoción de una sociedad más justa e igualitaria. Este trabajo es un llamado a reconocer los patrones de retórica, redistribución y represión que han caracterizado la política venezolana, pero también es una invitación a romper con estos ciclos y construir un futuro donde la soberanía y la democracia sean reales y efectivas para todos los venezolanos.
Debate político y social inclusivo
A través de este reportaje, se destaca la importancia de entender la historia para no repetir los errores del pasado y la necesidad de un debate político y social inclusivo que aborde los problemas fundamentales de la nación. Luis Britto García, con su análisis crítico y esperanzador, ofrece una visión para una Venezuela donde la soberanía reside verdaderamente en su pueblo, y donde la democracia se construye sobre la igualdad, la justicia social y el respeto a los derechos humanos. Este es el viaje que Venezuela debe emprender, un viaje donde la retórica, la redistribución y la represión den paso a la reflexión, la redistribución justa y la reconciliación.
En su crítica al populismo, Brito García hace énfasis en la importancia de la propiedad social de los medios de producción y la lucha de clases, conceptos que, según él, fueron negados por Acción Democrática en respuesta al cuestionario de la Procuraduría General de la República en 1941. Este rechazo a la lucha de clases y a la propiedad social de los medios de producción es un claro indicativo de la colaboración de clases que el populismo promovía, lo cual, para Brito García, representa una traición a los ideales de igualdad y justicia social que deberían regir en una sociedad verdaderamente democrática y soberana. Este análisis detallado nos muestra cómo los pactos políticos y la retórica populista han servido para mantener un status quo que beneficia a una minoría privilegiada, en detrimento de la mayoría de la población.

Elites que nunca han cesado
Además, el análisis de Luis Britto García sobre el Pacto de Punto Fijo destaca cómo este acuerdo entre partidos políticos tradicionales cerró efectivamente el debate sobre temas económicos y sociales cruciales, limitando la política a una mera competencia entre candidaturas y planchas electorales. Al excluir a comunistas y socialistas del campo político, el pacto no solo consolidó la dominación de ciertas élites sobre el sistema político venezolano, sino que también impidió cualquier discusión significativa sobre el cambio social o la redistribución de la riqueza. Este pacto, según Brito García, simboliza la clausura del debate político en Venezuela, perpetuando así las estructuras de poder existentes y frenando el progreso hacia una sociedad más equitativa y democrática.
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Finalmente, el énfasis de Brito García en los resultados del proyecto bolivariano subraya los contrastes con las políticas previas. Destaca los avances en la reducción de la pobreza, la mejora de la nutrición, el aumento de pensionados, y la significativa inversión social que caracterizó a este periodo, marcando un quiebre con las décadas de políticas neoliberales y populistas. Sin embargo, también advierte contra la tentación de adoptar nuevamente políticas que favorezcan al capital extranjero y profundicen la desigualdad. Este enfoque crítico pero esperanzador refleja la complejidad de la situación venezolana, donde los logros alcanzados deben ser defendidos y ampliados, evitando al mismo tiempo los errores del pasado que tanto han costado al país.

