Editorial de The Wall Street Journal: Julian Assange trabajó con la Inteligencia rusa

Julian Assange, fundador de WikiLeaks, una figura controvertida en la arena global, ha sido objeto de numerosos debates sobre la libertad de prensa y la seguridad nacional. Sin embargo, una reciente editorial de The Wall Street Journal arroja luz sobre una faceta aún más sombría de su carrera: su presunta colaboración con la inteligencia rusa. Según el influyente diario, cuyo Consejo Editorial ha defendido históricamente los mercados libres y la autonomía individual, Assange no solo desafió las normas periodísticas tradicionales, sino que también puede haber puesto en peligro la seguridad de numerosas personas.

La fuente de esta contundente afirmación es una editorial publicada por el mismo Wall Street Journal, titulada “Julian Assange no es un héroe”. La pieza argumenta que, aunque una declaración de culpabilidad podría eventualmente liberar a Assange, es crucial recordar las razones por las cuales fue perseguido por Estados Unidos. Este enfoque editorial proviene de un periódico que ha sido un bastión del pensamiento liberal en términos económicos, defendiendo principios que datan de la época de la Declaración de Independencia y la «Riqueza de las Naciones».

Julian Assange ya está libre

Julian Assange se encuentra actualmente en libertad en Australia después de aceptar declararse culpable de un delito grave según la Ley de Espionaje. Su regreso sigue a un período prolongado de encarcelamiento que incluyó cinco años en una prisión británica y siete años en la embajada de Ecuador. A pesar de su liberación, el Wall Street Journal insta a los lectores a no dejarse engañar por la narrativa de que Assange es simplemente un «editor» perseguido. Según el periódico, el comportamiento de Assange a lo largo de los años ha demostrado repetidamente que sus acciones fueron cualquier cosa menos periodística.

Julian Assange
Julian Assange se encuentra actualmente en libertad en Australia después de aceptar declararse culpable de un delito grave según la Ley de Espionaje. Su regreso sigue a un período prolongado de encarcelamiento que incluyó cinco años en una prisión británica y siete años en la embajada de Ecuador. Ilustración MidJourney

En 2019, cuando Estados Unidos acusó a Assange bajo la Ley de Espionaje, el entonces fiscal general adjunto John Demers destacó la gravedad de solicitar y publicar en línea información clasificada que podría comprometer a las fuentes humanas en zonas de conflicto. Este tipo de comportamiento, argumenta el WSJ, es irresponsable y peligroso, no solo para las personas involucradas sino para la seguridad nacional de múltiples países.

El año 2016 es clave

El caso se complica aún más con las revelaciones de que durante las elecciones de 2016, WikiLeaks publicó correos electrónicos de figuras prominentes del Partido Demócrata, que investigaciones posteriores atribuyeron a hackers asociados con la inteligencia militar rusa. El Comité de Inteligencia del Senado en 2020 encontró pruebas significativas de que Julian Assange y WikiLeaks probablemente estaban conscientes de estar ayudando a una operación de influencia de la inteligencia rusa.

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Julian Assange ha negado consistentemente que Rusia fuera la fuente de los correos electrónicos filtrados, pero el Wall Street Journal y otros críticos argumentan que sus afirmaciones carecen de credibilidad. Este escepticismo está enraizado en una larga historia de acciones y decisiones cuestionables por parte de Assange, que según el WSJ, claramente no corresponden a las de un periodista o un denunciante.

Julian Assange
Julian Assange ha negado consistentemente que Rusia fuera la fuente de los correos electrónicos filtrados, pero el Wall Street Journal y otros críticos argumentan que sus afirmaciones carecen de credibilidad. Ilustración MidJourney.

El mundo cambió

La percepción de WikiLeaks y de Assange ha cambiado considerablemente desde su aparición en la escena internacional. Inicialmente vistos como defensores de la transparencia, las acciones de Assange han llevado a muchos a cuestionar no solo sus motivos sino también las consecuencias de sus filtraciones. La era de Internet ha facilitado la difusión de información clasificada, pero como subraya el Wall Street Journal, también ha planteado nuevos desafíos éticos y legales que aún están siendo debatidos en los foros públicos y legales alrededor del mundo.

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Así, la trayectoria de Julian Assange y WikiLeaks sirve como un caso de estudio sobre los límites de la libertad de prensa en la era digital y las complejidades de la ética periodística cuando se intersecta con la seguridad nacional y las operaciones de inteligencia extranjera. A medida que este debate continúa, es esencial que el público y los legisladores consideren cuidadosamente las implicaciones de cada acción y declaración en este complicado tablero geopolítico.

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