Israel y Líbano al parecer tienen como destino tranzarse en una guerra sangrienta

La posibilidad de una confrontación bélica entre Israel y Líbano se cierne ominosamente sobre el Medio Oriente, con ambas naciones aparentemente en el precipicio de una guerra que ninguno de los dos desea, pero que muchos consideran inevitable. Este escenario, descrito por los periodistas Abby Sewell y Melanie Lidman de la Associated Press, subraya una realidad alarmante en una región ya marcada por décadas de conflicto y tensión. El reportaje de la AP, titulado “Israel y Líbano se preparan para una guerra que nadie quiere, pero que muchos consideran inevitable”, pinta un cuadro sombrío de preparativos de guerra y de una población aterrada ante la perspectiva de un conflicto a gran escala. Este análisis se adentra en los detalles de estos preparativos, las lecciones aprendidas de conflictos anteriores, y las posibles vías para evitar una catástrofe que podría ser la más destructiva que ambas partes hayan experimentado jamás.

Tel Aviv y Beirut, atrapados en un ciclo de hostilidades y desconfianzas mutuas, parecen estar en una cuenta regresiva hacia un enfrentamiento directo. La última guerra entre estos dos en 2006, que terminó en un empate tras un mes de combates intensos, dejó lecciones importantes para ambos bandos. Sin embargo, la reciente escalada de tensiones sugiere que esos aprendizajes no han sido suficientes para evitar la perspectiva de una nueva guerra. A cuatro meses de preparativos intensificados por parte de ambos, incluso mientras Estados Unidos intenta mediar para evitar la expansión del conflicto, el espectro de la guerra vuelve a acechar a la región.

Israel y Líbano en e horno

El contexto de este inminente conflicto se entrelaza con la guerra en curso de Israel contra Hamás en Gaza, lo que complica aún más el panorama. La milicia libanesa Hezbollah, que ha intercambiado ataques transfronterizos con Israel, es vista por muchos como un actor clave que podría desencadenar o prevenir la guerra. Mientras tanto, los líderes políticos y militares israelíes advierten que la guerra es cada vez más probable a menos que Hezbollah se retire de la frontera. Sin embargo, Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah, ha evitado amenazar con iniciar una guerra, aunque advierte sobre una lucha “sin límites” si Israel la inicia.

Israel y Líbano
Tel Aviv y Beirut, atrapados en un ciclo de hostilidades y desconfianzas mutuas, parecen estar en una cuenta regresiva hacia un enfrentamiento directo. La última guerra entre estos dos en 2006, que terminó en un empate tras un mes de combates intensos, dejó lecciones importantes para ambos bandos. Ilustración MidJourney

Israel y Líbano han ampliado sus capacidades militares desde la guerra de 2006, preparándose para un conflicto que, de estallar, probablemente se extendería a múltiples frentes e involucraría a actores regionales adicionales, aumentando el riesgo de una escalada significativa. En Líbano, una prolongada crisis económica ha debilitado las instituciones públicas y erosionado la red de seguridad social, lo que hace que el país sea más vulnerable a los efectos devastadores de una guerra. Israel, por su parte, enfrenta tensiones económicas y sociales exacerbadas por su conflicto en Gaza, con costos que podrían aumentar drásticamente en caso de una guerra con Líbano.

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Advertencia de Antonio Guterres

La perspectiva de una guerra en gran escala es particularmente aterradora dada la posibilidad de un desastre total. Antonio Guterres, secretario general de la ONU, ha advertido sobre este escenario, mientras que esfuerzos diplomáticos por parte de Estados Unidos y Europa buscan frenar esta espiral de violencia. Sin embargo, «un error de cálculo podría desencadenar un conflicto más amplio que sería muy difícil de controlar», según Andrea Tenenti, portavoz de la misión de paz de la ONU en el sur del Líbano. A pesar de la retórica belicosa y los preparativos militares, hay un reconocimiento tácito de que ninguna de las partes realmente desea la guerra, lo que abre una ventana, aunque frágil, para la diplomacia.

Israel y Líbano
La escalada de tensiones entre Israel y Líbano refleja una realidad más amplia de inestabilidad en el Medio Oriente, donde las viejas heridas y los agravios históricos siguen alimentando ciclos de violencia. Ilustración MidJourney.

El reportaje de Sewell y Lidman no solo destaca la inminencia de un conflicto, sino que también arroja luz sobre las complejas dinámicas y los cálculos de riesgo que enfrentan Israel y Líbano. A medida que ambas naciones se preparan para lo peor, también buscan formas de evitar una guerra que podría tener consecuencias catastróficas para la región y más allá. La comunidad internacional observa con ansiedad, esperando que la diplomacia prevalezca sobre la confrontación.

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Siguen los ciclos de violencia

La escalada de tensiones entre Israel y Líbano refleja una realidad más amplia de inestabilidad en el Medio Oriente, donde las viejas heridas y los agravios históricos siguen alimentando ciclos de violencia. Mientras que las posibilidades de una guerra devastadora se ciernen sobre Israel y Líbano, la esperanza de una solución pacífica permanece, aunque cada día parece más distante.

Este reportaje, basado en el trabajo meticuloso de Sewell y Lidman, ofrece una visión crucial de los preparativos, temores y esperanzas de dos naciones atrapadas en el precipicio de la guerra, recordándonos la importancia crítica de buscar la paz y la estabilidad en una de las regiones más turbulentas del mundo.  En este precario equilibrio, la posibilidad de paz pende de un hilo, mientras el mundo observa, esperando que la razón y la diplomacia encuentren un camino para evitar el conflicto.

 

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