La reciente cumbre de la OTAN celebrada en Washington, Estados Unidos, dejó a Ucrania con una mezcla de promesas y expectativas insatisfechas. A pesar de los esfuerzos diplomáticos y los discursos cargados de apoyo, la realidad de las resoluciones adoptadas dista de lo que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, había esperado. Las palabras del presidente estadounidense, Joe Biden, quien aseguró que el consenso era que la cumbre había sido un gran éxito, contrastan con las metas más ambiciosas que Ucrania había establecido.
Este artículo, basado en un análisis detallado de Joseph Bosco, quien se desempeñó como director de país en China para el secretario de Defensa de 2005 a 2006 y como director de asistencia humanitaria y socorro en casos de desastre para Asia y el Pacífico de 2009 a 2010, revela la complejidad de las decisiones y promesas hechas durante la cumbre. Bosco, miembro no residente del Instituto de Estudios Coreano-americanos y del consejo asesor del Instituto Global de Taiwán, publicó recientemente en The Hill un artículo titulado: «La cumbre de la OTAN no fue un gran éxito». Su perspectiva subraya que las metas limitadas de la cumbre son la razón principal por la que se le atribuyó éxito, en lugar de un avance significativo en la ayuda a Ucrania.
Ucrania atrapada en una ilusión
Ucrania, en medio de su lucha constante contra la invasión rusa, recibió promesas de apoyo adicional en forma de armas y ayuda financiera. Los miembros de la OTAN emitieron una declaración conjunta en la que reafirmaron su compromiso con la defensa ucraniana. Además de prometer más ayuda, discutieron la posibilidad de diversificar las fuentes de armamento. Estados Unidos, como principal proveedor de armas a Ucrania, instó a otros miembros a desarrollar sus propias capacidades de producción de sistemas de armas, no solo para ayudar a Ucrania de inmediato, sino también para fortalecer sus propias defensas frente a futuras amenazas.

El presidente Biden destacó en su discurso de apertura cómo la invasión de Vladimir Putin había unido a las naciones europeas en reconocimiento del peligro que representa una Rusia expansionista. Biden señaló: «Hoy, todos los miembros de la OTAN se comprometen a ampliar nuestra base industrial y nuestra capacidad industrial, al igual que nuestro compromiso en materia de gasto en defensa. Este es un paso fundamental para mantener nuestra seguridad«. Esta declaración refleja el reconocimiento tardío de Europa sobre la amenaza a largo plazo que Rusia representa no solo para Ucrania, sino para gran parte del continente europeo.
Zelensky sin poder de fuego
Sin embargo, estas promesas y compromisos no fueron suficientes para satisfacer completamente a Zelensky. El presidente ucraniano había esperado un apoyo más robusto y concreto, especialmente en términos de armamento avanzado y capacidades de ataque profundo contra las fuerzas rusas en Crimea. En su discurso durante la cumbre, Zelensky fue claro al expresar que Ucrania podría limitar significativamente las acciones rusas y expulsar a los ocupantes si Estados Unidos proporcionaba las capacidades necesarias.
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La renuencia de Biden a proporcionar ciertas armas clave, como tanques y sistemas de defensa aérea, ha sido una fuente constante de frustración para Ucrania. Esta postura ha llevado a una guerra de desgaste que beneficia a Rusia, como lo demostró la fallida contraofensiva ucraniana. La hesitación de Estados Unidos y Alemania, dos de los ejércitos más poderosos de la OTAN, es vista por varios miembros de la alianza, especialmente los más cercanos a Rusia, como contraproducente y frustrante.
Está difícil la plaza
Polonia ha sido uno de los críticos más vocales de esta postura. El presidente polaco, Andrzej Duda, durante su visita a Washington para la cumbre, insistió en que Ucrania debería ser admitida en la OTAN lo antes posible. Sin embargo, la alianza ofreció a Ucrania un «puente» hacia la membresía futura, condicionado al fin de la guerra. Esta ambigüedad le da a Putin un incentivo para prolongar el conflicto con la esperanza de obtener concesiones territoriales.
Duda expresó su desacuerdo con la estrategia de Biden, que considera influenciada en parte por China y apoyada por el primer ministro húngaro, Viktor Orban. «Es fácil regalar un pedazo de tierra Rusia ajena», dijo Duda. «La guerra no debe terminar con la victoria de Rusia porque… pronto tendremos otra guerra… Rusia atacará de nuevo». Para Duda, el destino de Ucrania es un momento decisivo para Occidente: «Hay que reprender al imperialismo ruso, hay que castigarlo en Ucrania».

Kiev incomoda en Washington
La cumbre también intentó proteger la estrategia de Biden para Ucrania frente a las críticas internas en Estados Unidos. La posible candidatura del ex presidente Donald Trump, quien ha prometido terminar con la resistencia ucraniana «en 24 horas», representa una amenaza para la continuidad del apoyo estadounidense a Ucrania. Sin embargo, tanto Trump como Biden podrían aprovechar la oportunidad para desactivar las divisiones políticas en el país, quizás incluso retirándose mutuamente de la carrera presidencial, lo que sería visto como un acto de estadismo.
La cumbre de la OTAN en Washington dejó a Ucrania con un cúmulo de promesas y un camino indefinido hacia la membresía en la alianza. Las declaraciones de apoyo y los compromisos financieros son importantes, pero no alcanzan las expectativas ucranianas de un apoyo militar decisivo y una integración rápida en la OTAN. La dinámica interna de la alianza y las posturas de sus miembros clave seguirán jugando un papel crucial en el desarrollo del conflicto y en el futuro de Ucrania.
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La lucha de Ucrania continúa mientras busca no solo la victoria sobre las fuerzas invasoras, sino también un lugar seguro y reconocido en la comunidad internacional. La cumbre de la OTAN, aunque cargada de promesas, ha demostrado que el camino hacia la paz y la estabilidad es largo y lleno de desafíos. Las decisiones tomadas en Washington marcarán el rumbo de las futuras estrategias de defensa y el papel de la OTAN en la protección de Europa frente a las amenazas que plantea una Rusia revanchista.