La reciente reelección de Donald Trump y su próxima toma de posesión en enero de 2025 han impulsado una serie de iniciativas urgentes en la política exterior de Estados Unidos, especialmente en lo que respeta a la situación en Ucrania. Ante un contexto internacional cada vez más volátil, el Instituto McCain, una organización dedicada a la defensa de la democracia, los derechos humanos y la seguridad global, ha intensificado su llamado a la acción. Evelyn Farkas, directora ejecutiva del instituto y ex subsecretaria adjunta de Defensa, ha alzado la voz en un artículo de opinión publicado en The Hill, donde urge a los líderes de la OTAN y la administración de Joe Biden a actuar de inmediato para asegurar la estabilidad de Ucrania antes de que Trump asuma el cargo. Esta postura del McCain Institute no solo responde a la crítica situación de Ucrania, sino también a una visión estratégica a largo plazo que busca preservar el equilibrio de poder en Europa y el orden internacional, garantizando que las naciones aliadas no queden vulnerables ante una agresión rusa.
Instituto McCain, Ucrania y la OTAN
El artículo de Farkas, titulado: “Para salvar a Ucrania y evitar una Tercera Guerra Mundial, invítenla a unirse a la OTAN antes de que Trump asuma el cargo”, destaca la importancia de otorgar a Ucrania la membresía en la OTAN como una medida preventiva. Con la membresía en la alianza militar, Ucrania no solo obtendría respaldo internacional, sino también un paraguas de seguridad que la protegería de cualquier intensificación en las hostilidades rusas. Según Farkas, el período que resta hasta la toma de posesión de Trump representa una “ventana de oportunidad” clave para los aliados de Occidente, un momento en el que pueden trabajar juntos para consolidar el apoyo a Ucrania y brindar las garantías de defensa necesarias, especialmente ante la posibilidad de que la administración entrante adopte una postura menos confrontativa hacia Moscú.
La intención del McCain Institute, inspirada en el legado del senador John McCain, no es meramente teórica. La organización, que opera desde Washington DC en colaboración con la Universidad Estatal de Arizona, promueve un enfoque pragmático y orientado a la acción para abordar los problemas críticos de la política internacional. La misión del Instituto McCain está arraigada en principios de democracia y derechos humanos, y, como enfatizaba McCain, la defensa de estos valores exige acciones contundentes, no solo palabras. En este contexto, el apoyo a Ucrania se ha convertido en un asunto de suma importancia para el instituto, que defiende una política de respaldo firme ante las amenazas rusas que han escalado en los últimos meses.

Hay que detener a Vladimir Putin
La situación sobre el terreno en Ucrania es cada vez más delicada. Las fuerzas armadas ucranianas, aunque innovadoras y respaldadas en tecnología, siguen enfrentando una escasez significativa de personal y equipos. La reciente introducción de soldados norcoreanos en apoyo de Rusia y la colaboración de potencias como China e Irán han contribuido a llevar el conflicto a una nueva dimensión. Farkas destaca que estos movimientos han cambiado el carácter del conflicto, y ahora Occidente enfrenta una “guerra global” de facto, en la cual los intereses de países como Estados Unidos, los aliados europeos e incluso Corea del Sur están en juego. Los ataques rusos en Europa occidental y la actividad encubierta de sus agentes en Alemania, Finlandia y Francia han encendido las alarmas en las principales capitales de la OTAN. Estos incidentes incluyen sabotajes en infraestructuras esenciales y operaciones de inteligencia que evidencian la disposición de Moscú para desafiar los límites de la seguridad en Europa.
Para Farkas y el republicano Instituto McCain, la administración de Biden tiene una responsabilidad fundamental en estos próximos meses: aprovechar la coyuntura y asegurar que Ucrania tenga el respaldo internacional necesario antes de que Trump, conocido por su enfoque menos intervencionista, asuma el cargo. La comparación con Ronald Reagan, quien adoptó una postura firme contra la Unión Soviética durante la Guerra Fría, es inevitable. Para el instituto, el retorno de Trump implica una probable desviación de esa política robusta hacia Rusia, lo cual podría dar a Vladimir Putin la oportunidad de intensificar sus esfuerzos por controlar más territorio ucraniano. Según Farkas, permitir que Ucrania quede fuera de la OTAN y sin una protección sólida sería dejarla en una situación de vulnerabilidad extrema frente a las ambiciones expansionistas de Moscú.
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¿Preparativos de guerra?
El Instituto McCain no solo propone el ingreso de Ucrania en la OTAN, sino también una serie de medidas estratégicas que podrían fortalecer la posición de Ucrania en el corto plazo. Una de estas medidas sería el despliegue de sistemas de defensa como el sistema de misiles Patriot, proporcionado por Polonia y posicionado en puntos estratégicos dentro del territorio ucraniano. Esta iniciativa, explica Farkas, podría crear defensas aéreas más robustas y dificultar los ataques rusos, reduciendo la vulnerabilidad de ciudades clave a los drones y misiles de Moscú. Además, el instituto sugiere que, en caso de que las hostilidades aumenten, la OTAN debería considerar una zona de exclusión aérea sobre Ucrania, similar a la implementada en Israel para protegerlo de los ataques iraníes. Estas acciones disuasorias, aunque arriesgadas, tendrían el propósito de demostrar a Rusia que Occidente no está dispuesto a tolerar más agresiones.
En el contexto europeo, los aliados de la OTAN también han mostrado una creciente preocupación por el avance de Rusia. Durante el último año, el presidente francés Emmanuel Macron ya había sugerido el despliegue de tropas en Ucrania, y diversos líderes europeos han comenzado a expresar su inquietud por la proximidad de los ataques rusos en sus propios territorios. Los incidentes de sabotaje, como los atentados en el metro de París y las plantas de agua en Finlandia, han llevado a los jefes de inteligencia a advertir que Moscú podría estar considerando ataques directos contra la infraestructura de la OTAN. Esto, sumado a los allanamientos en instalaciones críticas y los intentos de asesinato de figuras clave en la industria armamentista europea, ha hecho evidente que la amenaza rusa trasciende las fronteras de Ucrania.

¿A cuál unidad se refieren?
En última instancia, la inclusión de Ucrania en la OTAN no es solo una cuestión de defensa territorial, sino una señal de unidad frente a las potencias que buscan socavar el orden global. Para el Instituto McCain, el compromiso de Estados Unidos y de sus aliados con Ucrania refleja un principio fundamental: el respeto a la soberanía de las naciones y la defensa de los derechos humanos. La falta de una respuesta contundente, advierte Farkas, podría no solo dar lugar a ataques más frecuentes y letales en Europa, sino también alentar a China a adoptar posturas agresivas en el Pacífico, especialmente en relación con Taiwán.
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A medida que se aproxima la toma de posesión de Trump, el McCain Institute reitera su llamado a la acción. La amenaza de una escalada en el conflicto ucraniano representa no solo un riesgo para la estabilidad de Europa del Este, sino para el equilibrio de poder global. Con la oportunidad de actuar en estos próximos meses, la administración actual puede fortalecer las defensas de Ucrania y consolidar una política que frene las ambiciones expansionistas de Rusia, enviando una señal clara a Moscú de que Estados Unidos y sus aliados no permitirán que la seguridad de la región se ve comprometida.