Imperios como EE.UU. y UK son incapaces de absorber lecciones valiosas sin sufrir una humillación

En la compleja arena geopolítica de hoy, es cada vez más evidente que imperios como EE.UU. y UK se enfrentan a una paradoja histórica: su aparente incapacidad para absorber lecciones valiosas sin antes experimentar humillaciones significativas. Esta tendencia es particularmente notoria en sus políticas y estrategias en Oriente Medio, una región que ha sido el epicentro de conflictos y transformaciones geopolíticas.

Según Firas Modad, fundador de Modad Geopolitics y analista de Oriente Medio durante dos décadas, esta característica ha quedado claramente expuesta en diversas intervenciones de estos imperios en la región. La historia de su influencia se extiende a lo largo del siglo XX y principios del XXI, marcada por decisiones que parecen ignorar las lecciones de experiencias pasadas, especialmente en conflictos como los de Yemen. Las estrategias adoptadas en estos contextos han mostrado una tendencia a repetir errores, sin una comprensión adecuada de las realidades en el terreno.

Imperios como EE.UU. y UK son lentos

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, tanto Estados Unidos como el Reino Unido han jugado roles significativos en la configuración del escenario geopolítico mundial, ejerciendo una influencia particularmente fuerte en Oriente Medio. Esta región, estratégica por sus recursos petrolíferos y su ubicación geográfica, ha sido testigo y terreno de importantes juegos de poder. Sin embargo, el análisis de sus intervenciones sugiere una persistente dificultad para aprender de los errores, evidente en políticas y estrategias que han desembocado en resultados contraproducentes.

Imperios como EE.UU. y UK
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, tanto Estados Unidos como el Reino Unido han jugado roles significativos en la configuración del escenario geopolítico mundial, ejerciendo una influencia particularmente fuerte en Oriente Medio. Ilustración MidJourney

El caso de Yemen es un ejemplo claro. Como señala Modad, la persistencia en una campaña de bombardeos en un país que ya es el más pobre de Oriente Medio, refleja una falta de aprendizaje de conflictos anteriores, como las guerras en Irak y Afganistán. Esta obstinación en seguir una estrategia que no parece tener en cuenta las realidades locales es un testimonio de la incapacidad de imperios como EE.UU. y UK para absorber lecciones sin sufrir humillaciones.

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Fin de la influencia anglosfera

La historia de la influencia de la anglosfera en Oriente Medio es extensa y compleja, involucrando alianzas estratégicas desde el siglo XIX. Estas alianzas, primero con el Imperio Otomano y luego con otros actores regionales, han tenido un impacto significativo en la configuración política de la región. Aunque estas alianzas han sido cruciales en momentos clave, como la derrota de la Unión Soviética en Afganistán o durante la Guerra Fría, también han generado una serie de consecuencias negativas, incluyendo el apoyo a regímenes autoritarios y la imposición de fronteras y gobiernos que han alimentado conflictos internos.

En este contexto, la invasión de Irak en 2003 se destaca como un punto de inflexión, donde la falta de una evaluación adecuada y una estrategia coherente llevó a un conflicto prolongado y desastroso. Esta intervención no solo socavó la credibilidad de Washington y Londres en la región, sino que también demostró la falta de capacidad de los imperios como EE.UU. y UK para adaptarse a las realidades cambiantes y aprender de experiencias pasadas.

Yemen es un avispero

Asimismo, las políticas recientes respecto a Yemen y la continua dependencia de estrategias militares intensivas muestran una falta de comprensión de las dinámicas regionales. La guerra en Yemen ha resultado ser un punto crítico, evidenciando la falta de una estrategia efectiva y coherente. La insistencia en una campaña militar que ha causado un gran daño a la población civil, pero ha logrado poco desde una perspectiva estratégica, subraya una vez más la incapacidad de imperios como EE.UU. y UK para aprender sin enfrentar humillaciones.

Imperios como EE.UU. y UK
Sus decisiones por más de un siglo han generado una serie de consecuencias negativas, incluyendo el apoyo a regímenes autoritarios y la imposición de fronteras y gobiernos que han alimentado conflictos internos. Ilustración MidJourney

La relación con Arabia Saudita, especialmente en el contexto de la guerra en Yemen y las preocupaciones sobre los derechos humanos, es otro ejemplo de las contradicciones en las políticas de la anglosfera. Esta relación ha sido objeto de escrutinio y críticas, ya que pone de manifiesto la dificultad de equilibrar intereses estratégicos con valores democráticos y derechos humanos. La aparente disposición a pasar por alto las transgresiones de los aliados en pro de intereses estratégicos es una muestra más de la compleja y a menudo contradictoria política exterior de estos imperios en Oriente Medio.

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Un mundo multipolar

En conclusión, la historia de la influencia de Estados Unidos y el Reino Unido en Oriente Medio es un reflejo de su incapacidad para aprender de sus errores sin antes experimentar humillaciones. Esta tendencia, destacada por analistas como Firas Modad, pone de relieve la necesidad de una reflexión profunda y una reevaluación de estrategias por parte de estos imperios si desean mantener su influencia y credibilidad en un mundo cada vez más complejo y multipolar.

En última instancia, la historia de imperios como EE.UU. y UK en Oriente Medio nos enseña que el poder y la influencia no garantizan una comprensión profunda de las dinámicas regionales ni la capacidad de adaptarse a ellas de manera efectiva.

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