En el complejo escenario de la frontera sur de los EE.UU., Theresa Cardinal Brown, destacada académica en inmigración de la Facultad de Derecho de Cornell, ha emergido como una voz innovadora y decisiva. Brown ha propuesto «cuatro soluciones de política para abordar el cambio de paradigma en la frontera sur». Este cambio no es un detalle menor; refleja una crisis que ha llevado a la administración Biden a solicitar al Congreso una financiación suplementaria significativa de 106.000 millones de dólares para «prioridades de seguridad nacional«, incluyendo la frontera sur y otras áreas geopolíticas clave como Ucrania e Israel. La inclusión de la gestión fronteriza, junto con Israel, en esta petición de 14.000 millones de dólares subraya la urgencia y la complejidad de la situación.
La frontera sur de EE.UU. ha sido testigo de transformaciones radicales en la última década. Ha pasado de ser un punto de entrada para inmigrantes mexicanos en busca de trabajo a un destino para personas de todo el mundo que buscan asilo. Además, ha habido un cambio en el trato de los detenidos: de una rápida deportación a la liberación masiva en EE.UU. para que presenten sus reclamaciones en los tribunales de inmigración. Estas dinámicas resaltan la insuficiencia de las leyes, procesos e infraestructuras de inmigración existentes para abordar los desafíos actuales.

Soluciones para la frontera sur de los EE.UU.
Las propuestas de Brown y su equipo, destinadas a reformar los sistemas fronterizos y de asilo actuales, se centran en cuatro áreas clave a desarrollar en la c:
- Perseguir a contrabandistas y cárteles criminales: La propuesta enfatiza la necesidad de combatir a las organizaciones criminales transnacionales que se benefician del tráfico de migrantes. Estos grupos han evolucionado de los «coyotes» tradicionales a entidades complejas que explotan las políticas fronterizas inconsistentes para su beneficio.
- Crear alternativas para quienes buscan protección: La idea es acercarse a los migrantes antes de que lleguen a la frontera, ayudándoles a comprender las realidades del sistema de inmigración estadounidense y las posibilidades de asilo. Esto incluiría la expansión del procesamiento de refugiados en la región y la creación de vías legales alternativas para el trabajo o la reunificación familiar.
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Dos puntos adicionales
En líneas precisas Theresa Cardinal Brown traza un boceto de una política viable que administre el problema migratorio en la frontera sur de los EE.UU.
- Reformar el sistema de asilo: La propuesta busca redefinir el asilo como un último recurso para aquellos que realmente lo necesitan, en lugar de una primera opción para los migrantes. Esto implicaría un proceso de asilo separado y acelerado para los migrantes que cruzan ilegalmente, así como el fomento de procesamientos en los puertos de entrada.
- Crear una nueva Oficina de Política Migratoria: Dada la falta de coordinación entre las diversas agencias federales involucradas en la inmigración, se propone establecer esta oficina bajo la administración de la Casa Blanca para supervisar y coordinar las políticas y esfuerzos de inmigración.

Superar el estancamiento bipartidista
Brown y sus colegas reconocen que implementar estas políticas requerirá superar el estancamiento partidista y la resistencia a nuevas estrategias. Sin embargo, enfatizan la necesidad de soluciones realistas y bipartidistas. Mientras que el Congreso y la Casa Blanca consideran cambios en su paquete de financiación, Brown y su equipo esperan que sus propuestas generen un diálogo constructivo y conduzcan a soluciones prácticas que aborden efectivamente los desafíos de seguridad y humanitarios en la frontera sur de EE.UU.
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La situación en la frontera sur de los EE.UU. no solo es un desafío de seguridad, sino también una cuestión humanitaria compleja. La propuesta de Brown y su equipo no solo busca una gestión más efectiva de la frontera, sino también asegurar el trato humano y justo de los migrantes. Esto implica abordar las causas fundamentales de la migración, como la pobreza y la violencia en los países de origen, y buscar colaboración internacional para mejorar las condiciones en estos países. La visión de Brown enfatiza que una frontera segura y una política de inmigración compasiva no son mutuamente excluyentes, sino complementarias.
Además, el enfoque de Brown sobre la necesidad de una coordinación mejorada entre las agencias federales resalta una falla crítica en la gestión actual de la inmigración. La creación de una Oficina de Política Migratoria busca no solo simplificar y hacer más eficientes los procesos, sino también garantizar que las políticas sean consistentes y reflejen los valores y prioridades de la nación. Esta propuesta tiene el potencial de transformar significativamente la manera en que Estados Unidos aborda sus desafíos fronterizos, proporcionando un modelo para una gestión de fronteras más efectiva y humana.