Descubre los pasos que se están dando para cristalizar el proyecto de un Euro Digital

En un mundo cada vez más inmerso en la era digital, la posibilidad de una moneda digital europea se hace cada vez más tangible. El Banco Central Europeo (BCE), en su búsqueda por responder a la creciente demanda de opciones de pago digitales, está explorando activamente el lanzamiento del euro digital, un proyecto que podría concretarse no antes de 2027. Pedro Jesús Cuadros Solas, profesor Titular de CUNEF Universidad y especialista en Economía Bancaria, ofrece una visión detallada de lo que conocemos y lo que aún está por descubrir sobre este ambicioso proyecto.

El euro digital, según los planes del BCE, se presentaría como una moneda de curso legal operativa a través de canales digitales. A diferencia del efectivo tradicional, el euro digital estaría disponible en forma de moneda electrónica, almacenada y transaccionada a través de billeteras digitales. Este sistema permitiría a ciudadanos y empresas de la eurozona realizar pagos de manera eficiente y segura. Sin embargo, es crucial entender que el euro digital no busca reemplazar al efectivo; más bien, se complementaría con él, ofreciendo una alternativa moderna y adaptada a las nuevas tendencias de consumo y transacción.

Euro Digital
Una de las características más destacadas del euro digital es su capacidad de funcionar offline, es decir, sin necesidad de conexión a Internet. Ilustración MidJourney

Un Euro Digital a la mano

La accesibilidad es un pilar central en el diseño del euro digital. El BCE ha sugerido que la moneda estaría disponible mediante aplicaciones móviles, ya sean de bancos o entidades de pago, o incluso a través de una aplicación específica desarrollada por el mismo BCE. Para quienes no dispongan de una cuenta bancaria o un dispositivo móvil, se contempla la opción de acceder a los euros digitales mediante tarjetas físicas proporcionadas por organismos públicos. Esta inclusión garantizaría que todos los ciudadanos de la eurozona, independientemente de su situación financiera o tecnológica, puedan beneficiarse de esta iniciativa.

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Una de las características más destacadas del euro digital es su capacidad de funcionar offline, es decir, sin necesidad de conexión a Internet. Esta funcionalidad aseguraría que la moneda pueda ser utilizada en cualquier circunstancia, incluyendo situaciones de caída de la red o en zonas con limitada conectividad. Esta característica refuerza la visión del BCE de que el euro digital sea un medio de pago universal en la eurozona, con la obligación para todos los comercios que acepten pagos digitales de aceptar también el euro digital.

Hay baches en el camino

Sin embargo, aún hay aspectos del proyecto que permanecen en la incertidumbre. La decisión final sobre el lanzamiento del euro digital recae en el Consejo de Gobierno del BCE, y hay cuestiones pendientes como el límite máximo de euros digitales que los ciudadanos podrán poseer y la tecnología específica que se empleará. Entre las opciones se considera la tecnología de registro descentralizado (DLT), aunque aún se están evaluando diversas alternativas.

El BCE ha aclarado que el euro digital no pretende ser una reserva de valor, sino un medio de pago orientado principalmente al comercio minorista. Esto implica que habrá un límite en la cantidad de euros digitales que se podrán tener, buscando evitar una desintermediación financiera que afecte negativamente a los bancos tradicionales.

La ruta hacia el euro digital es un viaje de descubrimiento y adaptación. A medida que la sociedad avanza hacia una mayor digitalización, la necesidad de una moneda digital se hace cada vez más evidente. Aunque la decisión final aún está en el aire, el BCE continúa trabajando para adaptar la infraestructura monetaria de la eurozona a las necesidades y expectativas del siglo XXI. El euro digital representa no solo una innovación tecnológica, sino también un paso hacia una integración económica más profunda en Europa, respondiendo a los cambios en los hábitos de consumo y las expectativas de los ciudadanos en una era cada vez más digitalizada.

Una medida estratégica

El euro digital no solo es una respuesta a los avances tecnológicos y los cambios en los hábitos de consumo, sino también una medida estratégica en el ámbito económico y político. En un contexto global donde diversas economías, como China con su Yuan digital, están explorando o implementando monedas digitales, Europa no puede quedarse atrás. La adopción de un euro digital robustecería la posición de la eurozona en el escenario financiero internacional, proporcionando una alternativa europea a otras monedas digitales y criptomonedas. Este movimiento es crucial no solo para mantener la relevancia del euro, sino también para asegurar su estabilidad y confiabilidad en un panorama financiero global cada vez más digitalizado.

Euro Digital
El euro digital es más que una simple actualización tecnológica; es un paso hacia el futuro de la economía europea, un esfuerzo por mantenerse a la vanguardia. Ilustración MidJourney

Además, el euro digital podría jugar un papel importante en la lucha contra el fraude y el lavado de dinero. Al ser una moneda digital regulada por una autoridad central, como el BCE, se facilitaría el rastreo de transacciones, aumentando así la transparencia y la seguridad en comparación con el efectivo. Esto podría significar un avance significativo en los esfuerzos de la UE por combatir actividades financieras ilegales y mejorar la integridad del sistema financiero. Sin embargo, este punto también plantea preocupaciones sobre la privacidad y la protección de datos personales, aspectos que el BCE tendrá que abordar cuidadosamente para equilibrar la seguridad con los derechos individuales.

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Un tema de inclusión y acceso

Por último, el proyecto del euro digital plantea importantes desafíos en términos de inclusión y acceso. Aunque la intención es que sea accesible para todos los ciudadanos de la eurozona, existe el riesgo de que las brechas digitales existentes, como la falta de acceso a la tecnología en ciertas comunidades o la baja alfabetización digital, puedan excluir a algunos sectores de la población. Por ello, una parte integral del proyecto debe ser garantizar que el euro digital sea tan inclusivo y accesible como el efectivo. Esto requerirá no solo el desarrollo de infraestructura tecnológica, sino también programas educativos y de sensibilización para asegurar que todos los ciudadanos puedan beneficiarse de esta nueva forma de moneda.

El euro digital es más que una simple actualización tecnológica; es un paso hacia el futuro de la economía europea, un esfuerzo por mantenerse a la vanguardia en un mundo cada vez más digitalizado, y una oportunidad para mejorar la eficiencia, la seguridad y la inclusión en el sistema monetario. Aunque aún quedan muchos detalles por definir, el euro digital se perfila como un componente esencial en la evolución de la economía y la sociedad europeas.

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