Elecciones en Taiwán: Cuando las relaciones de confrontación China-EE.UU. coexisten con la interdependencia

Las elecciones en Taiwán son unas presidenciales que se perfilan como un acontecimiento crítico no solo para la isla sino para el complejo entramado de las relaciones internacionales, especialmente entre China y Estados Unidos. A medida que se acercan estos comicios, las especulaciones y análisis sobre cómo influirán en la delicada relación trilateral entre Taiwán, Estados Unidos y China se intensifican. Seong-Hyon Lee, miembro principal de la Fundación George HW Bush para las Relaciones entre Estados Unidos y China y académico visitante del Centro de Asia de la Universidad de Harvard, aporta una perspectiva valiosa en su artículo para The Hill, titulado: «Estados Unidos y China ganan sin importar quién tome el mando de Taiwán». 

A menudo descrita como una guerra por poderes entre las superpotencias, la realidad de estas elecciones presenta matices más profundos, revelando un complejo juego de ajedrez geopolítico. Sorprendentemente, tanto Estados Unidos como China parecen salir ganando independientemente del resultado de las elecciones. Con las elecciones programadas para el 13 de enero, el candidato del Partido Democrático Progresista, Lai Ching-te, pro estadounidense y anti-China, lidera las encuestas frente a Hou Yu-ih del Kuomintang, considerado más complaciente con Beijing. 

Elecciones en Taiwán: un juego de suma cero 

Las elecciones en Taiwán colocan al pueblo frente a una posición crítica: entre la paz o la guerra, tal como lo propugna el Kuomintang, y la democracia o la dictadura, según lo enmarca el Partido Democrático Progresista. Los recientes acontecimientos sugieren una posible continuación del gobierno del Partido Demócrata Progresista, pero las implicaciones de que cualquiera de los partidos gane son profundas a escala internacional. Si el Kuomintang logra la victoria, las relaciones a través del Estrecho probablemente se estabilizarían, aliviando la amenaza inminente de un conflicto militar y beneficiando tanto a Estados Unidos como a China al mantener el status quo y garantizar compromisos económicos y políticos continuos en la región. 

Elecciones en Taiwán
Con las elecciones programadas para el 13 de enero, el candidato del Partido Democrático Progresista, Lai Ching-te, pro estadounidense y anti-China, lidera las encuestas frente a Hou Yu-ih del Kuomintang, considerado más complaciente con Beijing. Ilustración MidJourney

Por otro lado, una victoria del Partido Democrático Progresista, que aboga por la independencia de Taiwán, complicaría significativamente la relación a través del Estrecho. Para Estados Unidos, un Taiwán liderado por este partido podría ser un activo estratégico, proporcionando influencia contra China en la competencia geopolítica más amplia por el poder en la región del Indo-Pacífico. Sin embargo, para China, una victoria del Partido Democrático Progresista puede parecer desfavorable a primera vista, pero también presenta una oportunidad para que la administración de Xi Jinping consolide su poder internamente, presentando al Partido Democrático Progresista como un antagonista externo, lo que puede fomentar la unidad nacional y justificar su control autoritario. 

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Confrontación e interdependencia coexisten  

Estas elecciones en Taiwán son un punto focal de la rivalidad entre Estados Unidos y China y resumen la competencia estratégica más amplia en la región del Indo-Pacífico. Sin embargo, también son un testimonio de la compleja dinámica de la política internacional, donde las relaciones de confrontación coexisten con la interdependencia. Ya sea que el Kuomintang o el Partido Democrático Progresista salgan victoriosos, las implicaciones resonarán más allá de las costas de Taiwán y afectarán el cálculo geopolítico tanto de Estados Unidos como de China. La elección no se trata solo de quién tomará el mando de Taiwán, sino de cómo los cambiantes equilibrios de poder redefinirán el futuro del orden regional e internacional. 

La presuposición de que tanto Estados Unidos como China podrían encontrar ventajas estratégicas en el resultado de las elecciones no disminuye los riesgos e incertidumbres reales que se avecinan. En este contexto, Estados Unidos debería centrarse en fortalecer los vínculos diplomáticos y estratégicos con Taiwán, independientemente del resultado electoral. En caso de una victoria del Partido Demócrata Progresista, que puede llevar a un aumento de las tensiones con China, Estados Unidos debería estar preparado para brindar apoyo a Taiwán y al mismo tiempo gestionar las relaciones con China con prudencia para evitar una escalada de conflictos. 

Se requieren más compromisos 

Fomentar y alimentar una percepción pública positiva entre el pueblo taiwanés también ha adquirido una mayor importancia, subrayada por los intereses geopolíticos de largo alcance de Washington en la región de Asia y el Pacífico. Este imperativo se extiende más allá de la mera óptica y abarca una estrategia multifacética que implica reforzar las asociaciones económicas y de seguridad, reafirmar el apoyo inquebrantable a los valores democráticos y la estabilidad regional, y posicionarse para posibles cambios en el panorama geopolítico. 

Elecciones en Taiwán
Si el Kuomintang logra la victoria, las relaciones a través del Estrecho probablemente se estabilizarían, aliviando la amenaza inminente de un conflicto militar y beneficiando tanto a Estados Unidos como a China al mantener el status quo. Ilustración MidJourney

Más allá del ámbito político, el resultado de las elecciones en Taiwán tiene importantes implicaciones económicas, particularmente en lo que respecta a la industria mundial de semiconductores. Esto se puso de relieve en febrero de 2023, cuando Berkshire Hathaway se deshizo de Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, citando preocupaciones geopolíticas. Esta medida refleja inquietudes más amplias sobre la estabilidad de la región y su impacto en las empresas estadounidenses y aliadas. Para sortear estas incertidumbres de manera más efectiva, es vital que Washington apoye a estas empresas para que comprendan los acontecimientos a través del Estrecho y ajusten sus estrategias en consecuencia. Además, es de suma importancia mejorar la colaboración en materia de resiliencia de la cadena de suministro entre las naciones aliadas. 

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Flexibilidad de la cadena de suministro 

Dado el potencial de que las elecciones influyan en las políticas comerciales y económicas, especialmente en la región del Indo-Pacífico, las empresas estadounidenses deben priorizar la flexibilidad de la cadena de suministro y la preparación para posibles cambios geopolíticos. La gestión de estas complejidades y la preparación para los posibles cambios que pueden surgir como resultado de las elecciones en Taiwán se convierten en un imperativo estratégico no solo para los actores políticos sino también para el sector empresarial. 

Las elecciones no son solo un evento político local, sino un espejo de las complejas interacciones geopolíticas del siglo XXI. Mientras el mundo observa, el resultado de estos comicios no solo determinará el futuro de Taiwán sino que también tendrá un impacto significativo en el equilibrio de poder en la región del Indo-Pacífico y más allá, afectando las estrategias y políticas de las dos superpotencias globales, Estados Unidos y China. En este entramado de poder, influencia y estrategia, las elecciones en Taiwán se convierten en un escenario crucial que podría redefinir las relaciones internacionales en los años venideros. 

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