EE.UU. siempre ha tenido un pie en la barbarie y coaccionado el otro para la civilización

EE.UU. ha vivido en una constante tensión entre la barbarie y la civilización desde sus inicios. Este país, fundado sobre la promesa de libertad y democracia, ha enfrentado repetidos desafíos que ponen a prueba su capacidad para mantenerse fiel a esos ideales. La historia reciente no es una excepción, con líderes invocando el legado de figuras como Abraham Lincoln para apaciguar una nación profundamente dividida. El caso más reciente de este fenómeno se dio tras el intento de asesinato de Donald Trump, que llevó a líderes comunitarios, clérigos y políticos, incluido el presidente Joe Biden, a pedir un retorno a la civilidad y a bajar el tono de la retórica política candente.

Donald Nieman, profesor de Historia y Rector Emérito de la Universidad de Binghamton de la Universidad Estatal de Nueva York, escribió recientemente un material académico titulado: «Lincoln pidió a los estadounidenses divididos que prestaran atención a sus ‘ángeles mejores’, y los políticos lo han invocado desde entonces en las crisis, pero para Abe, fueron más que palabras». Publicado en The Conversation, Nieman argumenta que la invocación de Lincoln por parte de los políticos en tiempos de crisis es una práctica común debido a la resonancia poética y moral de sus palabras. Lincoln, quien asumió la presidencia en medio de una nación al borde de la guerra civil, es recordado no solo por su liderazgo decisivo sino también por su capacidad para unir a un país fracturado mediante un discurso que apelaba a los «mejores ángeles de nuestra naturaleza».

La fea cara de EE.UU.

EE.UU. se encuentra nuevamente en una encrucijada similar. La retórica incendiaria y la polarización política han alcanzado niveles alarmantes, recordando las tensiones de épocas pasadas. Nieman menciona cómo Lincoln, al asumir su cargo en 1861, enfrentó una situación en la que siete estados ya se habían separado de la Unión y otros ocho estaban considerando seguir el mismo camino. Su habilidad para convertir la prosa en poesía fue crucial para intentar calmar los ánimos y buscar una solución pacífica, aunque, como señala Nieman, no logró evitar la guerra civil. Sin embargo, su llamado a la unidad y a la reflexión sobre los valores compartidos sigue siendo una referencia en tiempos de crisis.

La retórica incendiaria y la polarización política han alcanzado niveles alarmantes, recordando las tensiones de épocas pasadas. Nieman menciona cómo Lincoln, al asumir su cargo en 1861, enfrentó una situación en la que siete estados ya se habían separado de la Unión y otros ocho estaban considerando seguir el mismo camino. Ilustración MidJourneyBinghamton de la Universidad Estatal de Nueva York, escribió recientemente un material académico titulado: «Lincoln pidió a los estadounidenses divididos que prestaran atención a sus ‘ángeles mejores’, y los políticos lo han invocado desde entonces en las crisis, pero para Abe, fueron más que palabras».. Ilustración MidJourney

El uso de la frase «los mejores ángeles de nuestra naturaleza» en el discurso inaugural de Lincoln no fue una mera coincidencia. Aunque Lincoln la tomó de William Henry Seward, su principal rival político, la frase encapsulaba un profundo anhelo de reconciliación y esperanza. Seward, quien luego se convirtió en secretario de Estado, sugirió varias revisiones al discurso de Lincoln, instándolo a apelar a los lazos de afecto que unían a los estadounidenses. Lincoln, al adoptar y adaptar estas sugerencias, ofreció un mensaje que ha perdurado a través de los siglos, invitando a sus compatriotas a recordar sus lazos comunes y a trabajar juntos por un futuro mejor.

El cántaro de la violencia

Hoy en día, EE.UU. enfrenta desafíos similares a los que enfrentó Lincoln. La violencia política y la división interna amenazan con desgarrar el tejido social del país. El intento de asesinato de Donald Trump es solo el último ejemplo de cómo la retórica extrema puede llevar a actos de barbarie. En este contexto, la invocación de los «mejores ángeles» por parte de los líderes actuales no es solo un tributo a Lincoln, sino también un llamado urgente a la reflexión y a la acción para evitar un mayor deterioro de la civilidad.

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La polarización política no es un fenómeno nuevo en EE.UU., pero su intensidad actual ha llevado a muchos a cuestionar si el país podrá superar estas divisiones. Nieman destaca que, al igual que en tiempos de Lincoln, el desafío actual es encontrar una manera de unir a un país fracturado. Lincoln tuvo que calmar las divisiones dentro de su propio partido y asegurar el apoyo de estados fronterizos críticos. De manera similar, los líderes actuales deben encontrar formas de tender puentes entre las facciones opuestas y promover un diálogo constructivo.

No todo está perdido

A pesar de los desafíos, hay ejemplos que ofrecen esperanza. Nieman menciona la Proclamación de Emancipación de Lincoln como un acto decisivo que, aunque controvertido, fue fundamental para preservar la Unión y avanzar hacia la abolición de la esclavitud. De la misma manera, las decisiones difíciles y a veces impopulares que toman los líderes de hoy pueden ser cruciales para enfrentar las crisis actuales y sentar las bases para un futuro más unido y justo.

Nieman concluye su análisis con una reflexión sobre la importancia de la acción más allá de las palabras. Lincoln no solo habló de unidad, sino que tomó medidas concretas para lograrla. De manera similar, los líderes de hoy deben ir más allá de los discursos y tomar acciones decisivas para abordar las causas subyacentes de la polarización y la violencia. Ilustración MidJourney.

EE.UU. siempre ha tenido un pie en la barbarie, pero también ha demostrado una capacidad notable para coaccionar el otro hacia la civilización. Este dualismo es parte integral de su identidad y su historia. La capacidad de los estadounidenses para reflexionar sobre sus valores fundamentales y actuar en consecuencia ha sido clave para superar momentos de gran tensión. La historia de Lincoln y su apelación a los «mejores ángeles» es un recordatorio de que, incluso en los tiempos más oscuros, hay un camino hacia la reconciliación y la unidad.

Una reflexión similar

El contexto actual, con un país profundamente dividido y enfrentando múltiples crisis, requiere una reflexión similar. Los líderes deben recordar las lecciones del pasado y buscar inspiración en figuras como Lincoln para encontrar soluciones que promuevan la unidad y la civilidad. La historia ha demostrado que, aunque EE.UU. puede verse tentado por la barbarie, su verdadero potencial reside en su capacidad para abrazar la civilización y trabajar hacia un futuro mejor para todos sus ciudadanos.

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Nieman concluye su análisis con una reflexión sobre la importancia de la acción más allá de las palabras. Lincoln no solo habló de unidad, sino que tomó medidas concretas para lograrla. De manera similar, los líderes de hoy deben ir más allá de los discursos y tomar acciones decisivas para abordar las causas subyacentes de la polarización y la violencia. Solo a través de un compromiso genuino con los principios de la democracia y la justicia, EE.UU. podrá superar sus desafíos actuales y avanzar hacia una sociedad más armoniosa.

El legado de Lincoln y su llamado a los «mejores ángeles de nuestra naturaleza» sigue siendo relevante hoy en día. EE.UU. siempre ha estado en una lucha constante entre la barbarie y la civilización, pero su historia también está llena de ejemplos de resiliencia y progreso. Al recordar y aprender de estas lecciones, el país puede encontrar el camino hacia un futuro más unido y pacífico.

 

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