¿Bases espías chinas en Cuba?: Muchas letras escritas, pero con baja verificación periodística

 Recientes informes han suscitado una gran controversia al sugerir la existencia de “bases espías” chinas en Cuba. Este desarrollo ha generado preocupaciones sobre la posible reactivación de la vigilancia electrónica en el Caribe, evocando recuerdos de las tensiones de la Guerra Fría. Las “bases espías” representan una amenaza potencial para la seguridad de la región, y se especula que China podría estar utilizando su proximidad geográfica para monitorear las comunicaciones electrónicas de Estados Unidos.

El artículo original que inspiró este reportaje fue escrito por Warren P. Strobel, un destacado periodista que cubre inteligencia y seguridad para The Wall Street Journal en Washington. Strobel, quien ha acompañado a siete secretarios de estado y dos presidentes de Estados Unidos en sus viajes, es conocido por su participación en el equipo de Knight Ridder Newspapers que desafió el caso de la administración Bush a favor de invadir Irak, un hecho que apareció en la película de Rob Reiner de 2018, “Shock and Awe”. Recientemente, alojó en el portal de The Wall Street Journal un material bajo el título: “Imágenes satelitales muestran expansión de supuestas bases de espionaje chino en Cuba”.

Supuestas bases espías

Imágenes capturadas desde el espacio muestran el crecimiento de las estaciones de escuchas electrónicas en Cuba, que se cree están vinculadas a China, incluida una nueva construcción en un sitio no informado previamente a unas 70 millas de la base naval estadounidense en la Bahía de Guantánamo, según un nuevo informe. El estudio del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), un grupo de expertos con sede en Washington, surge a raíz de un informe publicado el año pasado por The Wall Street Journal según el cual China y Cuba estaban negociando vínculos más estrechos en materia de defensa e inteligencia, incluido el establecimiento de una nueva instalación de entrenamiento militar conjunto en la isla y una instalación de escuchas telefónicas.

En ese momento, el Journal informó que Cuba y China ya operaban conjuntamente estaciones de escuchas telefónicas en la isla, según funcionarios estadounidenses, que no revelaron su ubicación. No se pudo determinar cuáles de ellas, si es que hay alguna, están incluidas en los sitios cubiertos por el informe del CSIS. La preocupación sobre las supuestas bases espías, dicen exfuncionarios y analistas, es que China está utilizando la proximidad geográfica de Cuba al sureste de Estados Unidos para obtener comunicaciones electrónicas sensibles de bases militares estadounidenses, instalaciones de lanzamiento espacial y envíos militares y comerciales.

Bases espías
Imágenes capturadas desde el espacio muestran el crecimiento de las estaciones de escuchas electrónicas en Cuba, que se cree están vinculadas a China, incluida una nueva construcción en un sitio no informado previamente a unas 70 millas de la base naval estadounidense en la Bahía de Guantánamo, según un nuevo informe. Ilustración MidJourney

EE.UU. al alcance

Las instalaciones chinas en la isla “también podrían impulsar el uso de las redes de telecomunicaciones por parte de China para espiar a los ciudadanos estadounidenses”, dijo Leland Lazarus, experto en relaciones entre China y América Latina de la Universidad Internacional de Florida. La Casa Blanca y la Oficina del Director de Inteligencia Nacional declinaron hacer comentarios. Los autores del informe del CSIS, después de analizar años de imágenes satelitales, descubrieron que Cuba ha mejorado y ampliado significativamente sus instalaciones de espionaje electrónico en los últimos años e identificaron cuatro sitios: en Bejucal, El Salao, Wajay y Calabazar. Aunque algunos de los sitios descritos por el CSIS, como el de Bejucal, habían sido identificados previamente como bases espías, las imágenes satelitales proporcionan nuevos detalles sobre sus capacidades, su crecimiento a lo largo de los años y sus posibles vínculos con China.

“Son lugares activos con un conjunto de misiones en evolución”, dijo Matthew Funaiole, investigador principal del CSIS y autor principal del informe. El informe llega en medio de crecientes preocupaciones sobre la competencia entre grandes potencias en el Caribe y otras partes de América Latina, donde Washington durante décadas ha tratado de impedir que sus rivales obtengan ventajas militares y económicas. China está construyendo un megapuerto en la costa peruana del Pacífico. Rusia, por su parte, envió recientemente un submarino de propulsión nuclear, capaz de disparar misiles de crucero Kalibr, y una fragata al puerto de La Habana, en Cuba.

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Comunidad de Inteligencia

En su evaluación anual de amenazas publicada en febrero, la comunidad de inteligencia estadounidense dijo públicamente por primera vez que China está buscando instalaciones militares en Cuba, sin proporcionar detalles. Los funcionarios chinos subrayan que Estados Unidos tiene una vasta red mundial de bases militares y puestos de escucha. “Estados Unidos es sin duda la principal potencia en materia de escuchas clandestinas y no perdona ni siquiera a sus aliados”, escribió Liu Pengyu, portavoz de la embajada de China en Washington, en un comunicado. “La parte estadounidense ha promocionado repetidamente el establecimiento de bases de espionaje por parte de China o la realización de actividades de vigilancia en Cuba”. La embajada de Cuba no respondió a una solicitud de comentarios sobre las bases espías.

El informe señala que dos de los sitios cercanos a La Habana, Bejucal y Calabazar, contienen grandes antenas parabólicas que parecen diseñadas para monitorear y comunicarse con satélites. El informe señala que, si bien Cuba no tiene satélites, las antenas serían útiles para China, que sí tiene un importante programa espacial. La antena parabólica más nueva se instaló en Bejucal en enero, según el informe, que encontró esa y otras mejoras de infraestructura en los sitios durante la última década. El más reciente de los cuatro sitios, aún en construcción y hasta ahora desconocido públicamente, está en El Salao, en las afueras de la ciudad de Santiago de Cuba, en la parte oriental del país y no lejos de la base naval estadounidense en Guantánamo. La construcción allí comenzó en 2021, y el sitio parece diseñado para albergar una gran formación de antenas conocida como conjunto de antenas dispuestas circularmente, que se pueden usar para encontrar e interceptar señales electrónicas, según el informe.

China usa tecnología tradicional

El sitio, cuando esté terminado, podría potencialmente monitorear las comunicaciones y otras señales electrónicas provenientes de la base de Guantánamo, dijo Funaiole. Estados Unidos y Rusia han abandonado en gran medida este tipo de conjunto de antenas en favor de tecnologías más nuevas, pero China las ha estado construyendo en varios puestos militarizados en el Mar de China Meridional, dijo. Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética operaba su mayor centro de espionaje electrónico en el extranjero, conocido como inteligencia de señales, en Lourdes, a las afueras de La Habana. El sitio, que al parecer albergaba a cientos de agentes de inteligencia soviéticos, cubanos y de otros países del bloque del Este, cerró después de 2001 y su situación actual no está clara.

Bases espías
Las instalaciones chinas en la isla “también podrían impulsar el uso de las redes de telecomunicaciones por parte de China para espiar a los ciudadanos estadounidenses”, dijo Leland Lazarus, experto en relaciones entre China y América Latina de la Universidad Internacional de Florida. Ilustración MidJourney.

China ha desempeñado un papel más importante en la isla en los últimos años y, según una declaración de la Casa Blanca del año pasado, realizó una actualización de sus instalaciones de recopilación de inteligencia en Cuba en 2019. La preocupación sobre las “bases espías” sigue siendo un tema de debate, y aunque algunos expertos sugieren que estas instalaciones podrían ser parte de una red de vigilancia más amplia, otros cuestionan la veracidad y el alcance de estas afirmaciones. La falta de información concreta y verificable deja mucho espacio para la especulación y la incertidumbre, lo que solo añade más leña al fuego en este controvertido tema.

Estabilidad hemisférica

La presencia de bases espías en Cuba, supuestamente gestionadas por China, es un asunto que no solo afecta las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Cuba, sino que también tiene implicaciones significativas para la estabilidad y la seguridad en el hemisferio occidental. La comunidad internacional observa con atención este desarrollo, mientras los analistas y funcionarios continúan debatiendo sobre las verdaderas intenciones y capacidades de estas instalaciones. La posibilidad de que China esté utilizando su presencia en Cuba para espiar a Estados Unidos y sus aliados es una preocupación que no debe ser tomada a la ligera, y que requerirá una respuesta coordinada y estratégica por parte de las naciones involucradas.

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En última instancia, la cuestión de las bases espías chinas en Cuba es un recordatorio de que la competencia por la supremacía tecnológica y la seguridad nacional sigue siendo una prioridad en la agenda global. A medida que la tecnología avanza y las naciones buscan nuevas formas de proteger sus intereses, la vigilancia y el espionaje continuarán siendo herramientas clave en el arsenal de las grandes potencias. Solo el tiempo dirá si estas bases espías son realmente una amenaza tangible o simplemente otro capítulo en la larga historia de la desconfianza y la rivalidad entre naciones.

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