En un preocupante análisis realizado por Roberto Muñoz Bolaños, profesor de Ciencias Sociales en la Universidad Camilo José Cela, se destaca la reciente escalada de antisemitismo en Alemania, un fenómeno que, según él, «nunca se fue» realmente.
Esta inquietante tendencia ha provocado una oleada de preocupación tanto en la opinión pública germana como en la internacional, al punto que el vicecanciller y ministro de Economía, Robert Habeck, se vio obligado a emitir un mensaje a principios de noviembre, advirtiendo de una dura respuesta a los ataques contra los judíos. Estos incidentes han estado estrechamente ligados al conflicto en Gaza entre Israel y Hamás, desencadenado desde el 7 de octubre.

Antisemitismo es viejo en Alemania
A pesar de esta vinculación con eventos actuales, las raíces del antisemitismo en Alemania son profundas y datan de mucho antes, con base en una tradición ideológica aún no superada. Diversos estudios y encuestas realizadas durante la segunda mitad del siglo XX revelaron que el rechazo al régimen nazi (1933-1945) nunca fue absolutamente mayoritario en la sociedad alemana. Además, se estimó que el porcentaje potencial de votantes de extrema derecha rondaba el 13%, donde destacaban dos factores definitorios: el racismo, fundamentado en la supuesta superioridad racial alemana, y el antisemitismo, alimentado por el rechazo a los judíos y el mito de la conspiración judía mundial.
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Sin embargo, el antisemitismo no es un problema exclusivo de Alemania; se ha extendido por toda Europa. Según una encuesta de la Anti-Defamation League (ADL) realizada en mayo de 2023, España lidera con el nivel más alto de actitudes antisemitas (26%), seguida de Bélgica (24%), Francia (17%), Alemania (12%), Reino Unido (10%) y Países Bajos (6%). Estas actitudes se sustentan principalmente en la creencia de que los judíos son más leales a Israel que a sus países de origen y en la percepción vinculada al proceso de globalización económica, según la cual los judíos promueven a inmigrantes y minorías para socavar la civilización europea.
La extrema derecha
En Alemania, el antisemitismo, junto con la xenofobia y el racismo contra los musulmanes, ha encontrado expresión en Alternative für Deutschland (AfD), el partido de extrema derecha más potente surgido en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial. En particular, su rama más extremista, Der Flügel (El Ala), ha mostrado un fuerte componente antisemita, lo que ha generado tensiones internas, como se evidencia en la expulsión de Doris von Sayn-Wittgenstein en agosto de 2019 por apoyar a una organización negacionista del Holocausto. A pesar de estos planteamientos ideológicos, que han llevado a la vigilancia del partido por parte del Bundesamt für Verfassungsschutz (Oficina Federal de Protección de la Constitución), AfD ha continuado creciendo, reflejado en su presencia notable en los Länder de la antigua República Democrática Alemana.

Una encuesta reciente en estos territorios reveló datos alarmantes: el 50% de los entrevistados exige frenar la inmigración de musulmanes, el 70% cree que los extranjeros llegan a Alemania solo para aprovecharse del Estado de bienestar, y un 30% considera que la influencia de los judíos es demasiado grande. Además, el antisemitismo en Alemania no se limita al este del país; se manifiesta en todo su territorio, como lo demuestran el miedo de los judíos alemanes a usar la kipá en espacios públicos y actos de violencia como el ataque a la sinagoga de Halle el 9 de octubre de 2019.
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Es un proceso complejo
Los incidentes antisemitas en Alemania desde el 9 de octubre son el resultado de un proceso complejo, donde factores históricos e ideológicos se combinan con cambios socioeconómicos y la incapacidad de los partidos tradicionales para responder a las demandas de la sociedad. Aunque el conflicto de Gaza ha revelado estas dinámicas, no las ha desencadenado. Sin embargo, el mayor riesgo es que si este conflicto se prolonga, pueda intensificar las actitudes antisemitas latentes en un porcentaje significativo de alemanes, manifestándose no solo en elecciones sino en incidentes de mayor gravedad. El antisemitismo, lejos de ser un problema exclusivamente alemán, se extiende por toda Europa, exacerbado potencialmente por el conflicto de Oriente Medio.
Este aumento del antisemitismo en Alemania y su propagación por Europa son un claro recordatorio de la necesidad de una vigilancia constante y de la educación contra el odio y la intolerancia, para no repetir los errores del pasado.