Juez Merchan volvió a retrasar la sentencia contra Donald Trump: ¿Qué pasó?

El juez Juan Merchan ha vuelto a aplazar la esperada sentencia contra Donald Trump, generando polémica y cuestionamientos sobre la igualdad ante la ley en Estados Unidos. La decisión, que muchos consideran un trato especial para el expresidente, ha alimentado la percepción de que Trump utiliza su posición y su influencia para manipular el sistema judicial a su favor. Este último retraso ha pospuesto la sentencia hasta después de las elecciones presidenciales de 2024, lo que ha generado un intenso debate sobre si ser un expresidente inclina la balanza de la justicia a su favor.

Austin Sarat, profesor de Jurisprudencia y Ciencias Políticas William Nelson Cromwell en Amherst College, ha sido una de las voces críticas respecto a este tratamiento diferenciado que parece estar recibiendo a Trump. En un reciente artículo publicado por el medio estadounidense The Hill titulado “El trato especial que recibe Trump es una prueba más: no todos son iguales ante la ley”, Sarat argumenta que el proceso judicial de Trump desafía la noción de que nadie está por encima de la ley en Estados Unidos. Sarat sostiene que los estadounidenses proclaman con orgullo este principio, pero que la odisea legal de Trump deja en evidencia lo contrario, sobre todo cuando se observa cómo ha logrado demorar y obstaculizar los esfuerzos judiciales en su contra.

Sentencia contra Donald Trump

La sentencia contra Donald Trump estaba originalmente prevista para el 11 de julio de este año. Sin embargo, tras una decisión de la Corte Suprema sobre la inmunidad presidencial en julio, la fecha fue movida al 18 de septiembre. Ahora, la nueva fecha establecida es el 26 de noviembre, aunque incluso esa no está garantizada, ya que Trump ha solicitado al Tribunal de Apelaciones de Nueva York otra prórroga adicional. La situación ha llevado a muchos, incluido a Sarat, a preguntarse si el sistema legal realmente está actuando con imparcialidad. Trump, al postergar su sentencia, logra evitar una decisión judicial que podría afectar negativamente su campaña presidencial en 2024.

Sarat sostiene que los estadounidenses proclaman con orgullo este principio, pero que la odisea legal de Trump deja en evidencia lo contrario, sobre todo cuando se observa cómo ha logrado demorar y obstaculizar los esfuerzos judiciales en su contra. Ilustración MidJourney

El juez Merchan ha señalado que su decisión de posponer la sentencia contra Donald Trump se tomó para proteger la integridad del procedimiento y mantener la independencia del poder judicial. No obstante, la respuesta del juez ha sido vista por algunos como una concesión innecesaria. En un intento por anticiparse a las críticas, Merchan explicó que la solicitud de aplazamiento fue tratada como cualquier otra, aplicando los hechos y la ley, y que esta no fue influenciada por la condición política del acusado. Sin embargo, esta justificación no ha convencido a todos. Sarat considera que la insistencia de Merchan en que su decisión se tomó de acuerdo con la práctica judicial normal es un argumento débil ante la magnitud del caso y el contexto político que lo rodea.

¿Trump por encima de la ley?

El profesor Sarat señala que la sentencia contra Donald Trump se ha visto aplazada en parte por la afirmación del expresidente de que una decisión pública podría perjudicarlo políticamente. Esta narrativa ha sido adoptada por sus defensores, quienes consideran que Trump está siendo tratado injustamente por el sistema legal. Sin embargo, los críticos argumentan que retrasar la sentencia hasta después de las elecciones no solo beneficia a Trump, sino que también envía un mensaje peligroso sobre cómo se administra la justicia en Estados Unidos. En este sentido, Sarat destaca que la decisión del juez Merchán refleja una deferencia preocupante hacia Trump, que no se extiende a otros acusados.

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La opinión de Sarat se alinea con la de otros analistas legales como Ankush Khardori de Politico, quien ha cuestionado la validez legal de retrasar la sentencia contra Trump. Khardori argumenta que la demora en la imposición de la sentencia es un reflejo de la capacidad de Trump para manipular el sistema judicial a su favor. Según Khardori, la apelación de Trump sobre su condena no debería haber interferido con la sentencia, ya que las apelaciones no suelen detener el proceso normal del sistema judicial. En cambio, el acusado es sentenciado y se le concede la libertad bajo fianza mientras se resuelve la apelación. Esta perspectiva sugiere que la decisión de Merchan no tiene un fundamento legal sólido y que se trata más bien de una concesión política.

El Fiscal no reclamó

La controversia en torno a la sentencia contra Donald Trump se ha intensificado aún más debido a la posición ambigua del fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, quien no tomó una postura clara respecto a la última solicitud de aplazamiento de Trump. Esta falta de oposición por parte de la fiscalía ha sido interpretada como una señal de que las fuerzas legales no están dispuestas a enfrentarse al expresidente de manera contundente. Para Sarat y otros críticos, esta pasividad por parte de las autoridades judiciales pone en duda el compromiso del sistema con la igualdad ante la ley y refuerza la percepción de que las reglas son diferentes cuando se trata de Trump.

La controversia en torno a la sentencia contra Donald Trump se ha intensificado aún más debido a la posición ambigua del fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, quien no tomó una postura clara respecto a la última solicitud de aplazamiento de Trump. Ilustración MidJourney.

Los aliados de Trump en el espectro político también han intervenido en la polémica. Megyn Kelly, conocida comentarista conservadora, ha acusado al juez Merchan de ser un actor político y de tomar decisiones calculadas para no influir negativamente en las elecciones. Kelly argumenta que el juez Merchán ha cedido ante la presión y que su aparente imparcialidad es, en realidad, una fachada para justificar un trato preferencial hacia Trump. Estas declaraciones reflejan un profundo escepticismo sobre la capacidad del sistema judicial para tratar a Trump de la misma manera que a cualquier otro ciudadano.

Desconfianza en e sistema judicial

La sentencia contra Donald Trump ha puesto de aliviar la complejidad de juzgar a un expresidente que sigue siendo una figura central en la política estadounidense. Mientras que algunos defienden la decisión del juez Merchan como un intento de mantener la neutralidad judicial, otros ven en este aplazamiento un ejemplo más de cómo el poder y la influencia pueden alterar el curso de la justicia. Sarat concluye que, para restaurar la confianza en el sistema judicial, es esencial que las autoridades demuestren que ningún individuo está por encima de la ley, independientemente de su posición política o influencia mediática.

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En última instancia, la resolución de la sentencia contra Donald Trump será un momento decisivo para la justicia en Estados Unidos. La percepción pública de que existen dos sistemas de justicia, uno para Trump y otro para el resto, amenaza con erosionar la confianza en las instituciones legales del país. Mientras Trump sigue utilizando todos los recursos a su disposición para demorar el fallo, la pregunta que persiste es si la justicia logrará finalmente imponerse sin distinción de cargos o nombres. La próxima fecha marcada en el calendario es el 26 de noviembre, pero dada la trayectoria del caso, pocos se atreven a apostar que esa será la definitiva.

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