En un giro sorprendente y vanguardista, la Misión Artemis de la NASA ha anunciado que sus astronautas lucirán trajes espaciales diseñados por la prestigiosa firma de moda italiana Prada. Este acontecimiento marca un hito sin precedentes en la historia de la exploración espacial, fusionando la alta costura con la tecnología aeroespacial avanzada. David González-Bárcena, profesor en el Departamento de Mecánica de Fluidos y Propulsión Aeroespacial de la ETSIAE e investigador en el Instituto Universitario de Microgravedad «Ignacio da Riva» de la Universidad Politécnica de Madrid, ha aportado su visión experta sobre este innovador desarrollo.
Durante los últimos 20 años, la NASA ha venido desarrollando nuevas tecnologías que han culminado en la creación del prototipo de traje espacial xEMU (Exploration Extravehicular Mobility Unit). Este traje es la base para los trajes espaciales AxEMU de la misión Artemis III, cuyo objetivo es regresar a los seres humanos a la superficie lunar. Axiom Space, bajo contrato con la NASA, es la compañía encargada de desarrollar estos nuevos trajes y, en una movida inesperada, anunció una colaboración con Prada para su diseño.
Prada hace rato está en el espacio
El traje espacial, en su esencia, es una nave espacial individual con movilidad, diseñada para proteger y sostener la vida del astronauta en el inhóspito entorno espacial. Se compone principalmente de dos elementos: la prenda de presión y el sistema de soporte vital. La prenda de presión consta de hasta 16 capas y es la parte visible del traje que mantiene la forma humana y facilita la movilidad.
En el espacio, los astronautas se enfrentan a temperaturas extremas que varían entre +120 ºC y -180 ºC, dependiendo de su exposición al sol o al vacío del espacio. Estas variables han sido todo un retos de diseño para Prada. Para protegerlos, se utiliza una combinación de mylar aluminizado y Ortho-Fabric en las capas exteriores del traje. Estos materiales no solo aíslan térmicamente, sino que también protegen contra la radiación ionizante, ultravioleta, el plasma y los micrometeoritos. El color blanco característico de los trajes es crucial para reflejar la radiación solar y emitir la radiación absorbida, manteniendo así una temperatura adecuada para los astronautas.
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El problema del polvo lunar
Uno de los mayores desafíos en la superficie lunar es el polvo lunar, conocido por su abrasividad y por adherirse a las superficies debido a cargas electrostáticas. Los actuales xEMU han incorporado una solución innovadora a este problema: un escudo de polvo electrodinámico. Este sistema utiliza las cargas electrostáticas para repeler el polvo de la superficie del traje, una mejora significativa respecto a los modelos anteriores.
Pero la innovación no se detiene ahí. Los trajes espaciales, literalmente, sudan. Dentro de estos trajes, el cuerpo del astronauta genera calor, especialmente durante actividades físicas intensas. Para manejar este calor interno, los trajes utilizan una prenda de ventilación y refrigeración líquida (LCVG) que está en contacto directo con la piel. Este sistema de refrigeración líquida, impulsado por un circuito cerrado, permite que el agua circule alrededor del cuerpo, absorbiendo el calor y luego llevándolo a un intercambiador de calor en el sistema de soporte vital. El trabajo del profesor David González-Bárcena no detalla claramente la participación de Prada, pero seguro en el ámbito de la estética han jugado un rol “estelar”.
Otros parámetros y herramientas
Además de la regulación térmica, otro desafío clave es la eliminación de CO₂ y vapor de agua del interior del traje. Los trajes xEMU han mejorado este aspecto con el sistema “Rapid Cycle Amine”, que absorbe CO₂ y H₂O, exponiendo luego estas moléculas al vacío para su liberación, mientras otra cama continua el proceso de absorción. Este ciclo autorregenerador aumenta significativamente la autonomía de los trajes.
El vacío del espacio plantea otro desafío crítico. En condiciones de baja presión, como en el espacio, el punto de ebullición del agua disminuye, lo que puede causar problemas graves para el cuerpo humano, compuesto en su mayoría por agua. Para contrarrestar esto, los trajes xEMU están presurizados a un tercio de la presión atmosférica terrestre, con oxígeno puro. Esta presión reducida, junto con un sistema de presurización variable, facilita la adaptación de los astronautas a estas condiciones.
La colaboración con Prada añade un elemento estético y funcional inesperado a los trajes. Aunque los detalles exactos de la contribución de Prada aún no se han revelado completamente, se espera que esta alianza entre la moda y la tecnología aeroespacial resulte en trajes espaciales que no solo sean técnicamente avanzados, sino también visualmente impactantes.
Colaboración de diferentes campos
Este desarrollo es un testimonio de cómo la colaboración entre diferentes campos puede llevar a innovaciones inesperadas. La Misión Artemis, con sus trajes espaciales diseñados por Prada, no solo representa un salto tecnológico, sino también un momento cultural significativo. La fusión de la alta moda con la tecnología aeroespacial simboliza un futuro en el que la exploración espacial y la estética van de la mano.
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La Misión Artemis y su colaboración con Prada marcan el comienzo de una nueva era en la exploración espacial. Estos trajes no solo son una herramienta de supervivencia, sino también un símbolo de cómo la humanidad puede combinar la ciencia, la tecnología y el arte para superar los desafíos más desalentadores y alcanzar las estrellas. La próxima vez que los astronautas pisen la superficie lunar, lo harán no solo como exploradores, sino también como embajadores de un mundo donde la ciencia y el estilo se fusionan en perfecta armonía.
Las variaciones de presión
Además de los aspectos ya mencionados, es fundamental destacar el papel del traje en la protección contra las variaciones de presión en el espacio. En condiciones de vacío, la presión atmosférica es inexistente, lo que representa un gran riesgo para los astronautas si no están adecuadamente protegidos. Los trajes espaciales de la Misión Artemis, incluyendo aquellos con el diseño de Prada, están equipados para manejar estos cambios de presión extrema. Esto es crucial, ya que, a altitudes muy altas, por encima de los 19 km (conocido como el límite de Armstrong), el agua puede comenzar a hervir a temperatura ambiente debido a la baja presión. Esto representa un riesgo significativo para el cuerpo humano, ya que aproximadamente el 60% de nuestro cuerpo está compuesto por agua. Los trajes espaciales, al mantener una presión interna adecuada, evitan estos peligros, protegiendo a los astronautas de las severas consecuencias del vacío espacial.
Este aspecto técnico se suma a la lista de características avanzadas que los trajes espaciales deben incorporar para garantizar la seguridad y eficiencia de las misiones espaciales. La colaboración con Prada no solo mejora la estética de estos trajes, sino que también destaca la importancia de la funcionalidad y la innovación en la indumentaria espacial. Con la combinación de moda y funcionalidad, los trajes de la Misión Artemis simbolizan un paso hacia adelante en la exploración espacial, demostrando que la seguridad, el confort y el estilo pueden coexistir incluso en los entornos más extremos fuera de nuestro planeta.
