Joe Biden estaría dotando a Israel y Ucrania de un arsenal de palabras inservibles

En un mundo cada vez más convulso y dividido, la política exterior se convierte en un terreno resbaladizo donde las promesas y los compromisos a menudo chocan con la cruda realidad. Este es el caso del presidente Joe Biden, cuya administración enfrenta crecientes desafíos para cumplir sus compromisos con dos aliados clave: Israel y Ucrania. Según Douglas E. Schoen y Saul Mangel, expertos en política y estrategia, Biden, que desde su nominación demócrata a la presidencia en 2020 prometió defender la democracia tanto en Estados Unidos como en el extranjero, ahora se encuentra en una encrucijada crítica en el último año de su primer mandato.

Biden ha intentado reafirmar que el apoyo de Estados Unidos a Israel y Ucrania va más allá del ámbito financiero y militar, involucrando también su peso diplomático y político. Sin embargo, las decisiones y acciones recientes han sembrado dudas sobre la firmeza y coherencia de esta postura. Por ejemplo, la decisión de Estados Unidos de no vetar una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía un alto al fuego en Gaza, sin condenar a Hamás por iniciar el conflicto, ha sido vista como una señal de debilidad.

Joe Biden
Su percepción de debilidad podría ser aprovechada por sus oponentes políticos, en particular por el expresidente Donald Trump. Ilustración MidJourney

Joe Biden actúa con vacilación

En el caso de Ucrania, Joe Biden ha sido criticado por hablar con firmeza pero actuar con vacilación. Su reticencia inicial en aprobar la transferencia de armas avanzadas, como los F-16 y misiles de largo alcance, y su posterior aprobación, han sido interpretadas como una pérdida de tiempo valioso. En cuanto a Israel, su apoyo inicial al derecho de defensa del país contra los ataques de Hamas dio paso a una postura más presionante para que Israel hiciera concesiones a la Gaza controlada por Hamas.

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Estas acciones no solo plantean riesgos materiales para Israel y Ucrania, sino también riesgos políticos significativos para Biden. Su percepción de debilidad podría ser aprovechada por sus oponentes políticos, en particular por el expresidente Donald Trump, quien podría argumentar que los demócratas son incapaces de resolver estos conflictos.

Aprobación va en picada

El deterioro en la aprobación de Joe Biden, que cayó del 50% a un sombrío 37% según Gallup, se atribuye en parte a la caótica retirada de Afganistán en 2021, que reforzó la percepción de un Estados Unidos debilitado y renuente a apoyar a sus aliados. Esta caída en la aprobación también se ha visto influenciada por desafíos internos como la inflación y la crisis en la frontera sur.

No obstante, sería erróneo ignorar el impacto del entorno geopolítico en la posición interna de Biden. A pesar de sus intentos por jugar un papel activo en la defensa de los valores liberales, los resultados han sido mixtos y la oposición ha crecido, poniendo en peligro su posición de poder. La pregunta es si Biden podrá mantener los compromisos con sus aliados en medio del descontento interno y los riesgos políticos que enfrenta su presidencia.

La ayuda “está en el camino”

La ayuda en tiempos de guerra a Ucrania e Israel, que asciende a más de 100.000 millones de dólares, está estancada en la Cámara, con los republicanos oponiéndose a más gastos en Ucrania y crecientes demandas de la izquierda para suspender la ayuda a Israel. Esto deja en duda la capacidad de Joe Biden para impulsar estos paquetes de ayuda, especialmente ante la oposición pública de la derecha y la izquierda.

Joe Biden
Para evitar un destino similar al de Jimmy Carter, Joe Biden debe encontrar una manera de cumplir con los compromisos adquiridos por Estados Unidos con sus aliados y el mundo. Ilustración MidJourney

La situación se complica aún más por las divisiones dentro del propio Partido Demócrata, particularmente sobre el apoyo a Israel. Esta falta de consenso es evidente entre los jóvenes y algunas organizaciones progresistas afroamericanas. La representante Rashida Tlaib, por ejemplo, ha promovido un lenguaje utilizado habitualmente por Hamás, lo que ha generado preocupaciones sobre el futuro del partido.

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Un camino bifurcado

En este contexto, Biden se encuentra en una lucha entre las fuerzas de la democracia y los autócratas revisionistas. Su legado político está indisolublemente vinculado al papel de Estados Unidos como arsenal de la democracia. Sin embargo, su incapacidad para aprobar cualquier paquete de financiación en el Congreso podría favorecer los ataques republicanos que lo pintan como un presidente débil e ineficaz, lo que amenaza sus esperanzas de reelección.

Para evitar un destino similar al de Jimmy Carter, Joe Biden debe encontrar una manera de cumplir con los compromisos adquiridos por Estados Unidos con sus aliados y el mundo. El escenario político actual no solo pone a prueba la capacidad de liderazgo de Biden, sino también el papel de Estados Unidos en el escenario mundial.

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