En el agitado escenario político de Estados Unidos, la ciudadanía se enfrenta a una elección crucial en las próximas elecciones presidenciales. La insistencia de los partidos en presentar candidatos que han demostrado ser ineptos o poco confiables plantea una seria preocupación. Por el bien del país, los partidos estadounidenses deben excluirlos de las presidenciales.
Sheldon H. Jacobson, Ph.D., profesor de informática en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign y científico de datos especializado en políticas públicas, ha expuesto recientemente en el portal The Hill un contundente análisis titulado: “Trump y Biden no se harán a un lado: los partidos deben obligarlos a hacerlo”. Jacobson, quien aplica su experiencia en la toma de decisiones basada en datos y riesgos, ha señalado de manera clara las limitaciones de Joe Biden y los problemas de veracidad de Donald Trump.
Partidos deben excluirlos de las presidenciales
El debate presidencial más reciente dejó en evidencia las debilidades de ambos candidatos. El presidente Biden mostró signos de vacilación y falta de claridad, generando dudas incluso entre sus propios partidarios sobre su capacidad para liderar el país en un segundo mandato. En contraste, Donald Trump, conocido por su relación problemática con la verdad, ha mantenido una inusitada calma, prefiriendo observar cómo los demócratas se enfrentan entre ellos. Es evidente que los partidos deben excluirlos de las presidenciales para evitar una repetición de estos escenarios problemáticos.

Desde el debate, varios legisladores demócratas han pedido que Biden se haga a un lado en favor de una figura más articulada y capaz de unificar el partido. Entre los nombres que se barajan están la vicepresidenta Kamala Harris, el gobernador de California Gavin Newsom y la gobernadora de Michigan Gretchen Whitmer. Incluso se ha mencionado a Michelle Obama, aunque ella no ha mostrado interés en postularse. Sin embargo, la posibilidad de cambiar de candidato a tan pocos meses de las elecciones implica riesgos significativos, ya que podría desestabilizar aún más al partido. No obstante, para los demócratas, es crucial excluirlos de las presidenciales y encontrar una opción que inspire mayor confianza entre los votantes.
Un peligro en las sombras
Por otro lado, la estrategia de Trump de mantenerse en las sombras y dejar que los demócratas se destruyan entre ellos podría ser efectiva. Los votantes moderados e indecisos son clave en estados disputados como Michigan, Pensilvania, Nevada, Arizona, Georgia y Wisconsin, donde un pequeño margen de votos puede decidir la elección. En 2016, menos de 110,000 votos en tres estados dieron a Trump la Casa Blanca frente a Hillary Clinton, y en 2020, menos de 50,000 votos en tres estados fueron suficientes para que Biden ganara. Esta dinámica podría repetirse en 2024, reforzando la necesidad de excluirlos de las presidenciales y presentar candidatos más fuertes.
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Trump enfrenta varios desafíos legales que podrían resurgir y complicar su campaña. Aunque algunas decisiones judiciales recientes podrían ofrecerle cierta inmunidad, sus acciones pasadas continúan siendo un punto débil. Tanto Trump como Biden son candidatos con limitaciones significativas. Los republicanos, al igual que los demócratas, deberían considerar seriamente la posibilidad de excluirlos de las presidenciales y nominar a alguien que no solo sea más aceptable para el público en general, sino también menos polarizante.
Biden no ayuda a los demócratas
Los conflictos internos en ambos partidos y la percepción de inestabilidad no son atractivos para los votantes y la opción de excluirlos de las presidenciales emerge atractiva. En lugar de centrarse en ganar en bastiones seguros como California y Nueva York, los demócratas deben enfocarse en los estados disputados donde se decidirá la elección. Los debates públicos prolongados sobre la idoneidad de Biden solo benefician a Trump, quien podría capitalizar la confusión y presentarse como una alternativa viable. Por ello, los demócratas deben considerar seriamente excluir a Biden de las presidenciales para fortalecer su posición.

El análisis de Jacobson también sugiere que un cambio de candidato tan cercano a las elecciones podría volverse en contra de los demócratas, afectando las claves necesarias para llegar a la Casa Blanca. Aun así, el riesgo de mantener a Biden podría ser mayor, dado su desempeño reciente y las crecientes dudas sobre su capacidad. La exclusión de Biden de las presidenciales podría ser un movimiento necesario para evitar una derrota y asegurar una candidatura más sólida.
Donald Trump gana en la resta
Para los republicanos, la figura de Trump sigue siendo divisiva. Su base de apoyo es leal, pero su capacidad para atraer a votantes moderados y de otros partidos es limitada. Los republicanos también deben considerar excluir a Trump de las presidenciales y buscar un candidato que pueda ampliar su atractivo y reducir la polarización. La necesidad de un liderazgo que pueda unir al país y enfrentar los desafíos actuales es más urgente que nunca.
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Tanto los demócratas como los republicanos enfrentan un dilema crucial. Mantener a Biden y Trump como sus candidatos principales podría llevar a una elección altamente polarizada y problemática. Para el bienestar del país, los partidos deben actuar con responsabilidad y excluirlos de las presidenciales. Solo así podrán ofrecer a los votantes una opción que no solo sea viable, sino también capaz de liderar con integridad y eficacia en tiempos de incertidumbre. La exclusión de Biden y Trump es un paso necesario hacia un futuro político más estable y prometedor para Estados Unidos.