En un giro sorprendente que sacude los cimientos de la industria petroquímica, se ha revelado que las industrias estadounidenses del plástico han vendido al público el cuento del reciclaje, engañando sistemáticamente a consumidores y gobiernos sobre la viabilidad de reciclar los productos plásticos que inundan nuestros mercados y ecosistemas. Este engaño, orquestado durante décadas, ha sido expuesto gracias a una exhaustiva investigación liderada por expertos y fiscales, poniendo al descubierto una crisis ambiental que amenaza la salud del planeta y de sus habitantes.
El autor de esta reveladora pieza es Brian Frosh, ex fiscal general de Maryland y colaborador actual para The Hill, quien en su artículo: «El gran engaño de las grandes petroleras: que los plásticos son reciclables», detalla cómo la contaminación plástica se ha convertido en una omnipresente y alarmante realidad. Desde la cima del Monte Everest hasta las profundidades de nuestros océanos, los residuos plásticos no solo contaminan el medio ambiente, sino que también se han infiltrado en la cadena alimentaria humana, hasta el punto de que, según estudios recientes, la persona promedio podría estar ingiriendo el equivalente a una tarjeta de crédito de plástico cada semana.
El cuento del reciclaje de plásticos
La investigación del Centro para la Integridad Climática destapa cómo la industria del plástico ha sido consciente desde hace más de 40 años de que el reciclaje de plástico no es viable técnica ni económicamente a gran escala. A pesar de ello, estas empresas han promovido el cuento del reciclaje como una solución factible, desviando la atención de la creciente crisis de residuos plásticos y sus impactos nocivos en el medio ambiente y la salud pública.

El caso no es aislado ni menor; más del 90% de todo el plástico producido termina en vertederos, ecosistemas naturales o incineradoras, contribuyendo no solo a la contaminación terrestre y marina sino también al cambio climático. A medida que la evidencia del engaño se hace pública, surgen paralelos con otras industrias que han enfrentado consecuencias legales por vender productos nocivos y engañar al público, como las compañías tabacaleras y de opioides.
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Las demandas hacen filas
En este contexto, la fiscal general de Nueva York, Letitia James, ha presentado un caso significativo contra Pepsi por la contaminación causada por sus productos plásticos. Sin embargo, el problema es mucho más amplio y se extiende a lo largo de toda la industria petroquímica, donde veinte empresas generan más de la mitad de todos los plásticos de un solo uso a nivel mundial. Entre ellas, figuran gigantes del petróleo y gas como ExxonMobil, destacados por ser los principales productores de residuos plásticos de un solo uso.
La investigación también arroja luz sobre cómo las compañías petroleras han promovido el cuento del reciclaje de plásticos como parte de su «Plan B», en un esfuerzo por mantener la relevancia de los combustibles fósiles en un mundo que se esfuerza por combatir el cambio climático. Esta estrategia se ha basado en publicidad engañosa, materiales educativos inexactos y compromisos ambientales poco realistas, evidenciando un esfuerzo concertado para manipular la percepción pública sobre la reciclabilidad de los plásticos y evadir responsabilidades sobre el daño ambiental causado.

Registrado en blanco y negro
Documentos internos de la industria, fechados desde 1986, revelan una comprensión clara de que la reutilización no podía considerarse una solución permanente y que el cuento del reciclaje de desechos plásticos es solo eso, prolongando únicamente el tiempo hasta su inevitable eliminación. A pesar de estas advertencias internas, la industria del plástico continuó promoviendo el reciclaje como una solución viable, incluso cuando sabían que era poco probable cumplir con los objetivos establecidos, lo que plantea serias preguntas sobre la integridad y la responsabilidad de estas empresas ante una crisis ambiental de magnitud global.
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La situación ha llevado a una serie de demandas estatales y locales contra actores clave de la industria del plástico, como Exxon, Chevron, Dow Chemical Company, LyondellBasell y Shell Chemicals, buscando responsabilizarlos por engañar al público sobre el cambio climático y la contaminación plástica. El fiscal general de California, Rob Bonta, ha iniciado una investigación para examinar el papel de la industria de los combustibles fósiles en la creación y exacerbación de la crisis de contaminación por plásticos, emitiendo citaciones a empresas como Exxon como parte de este proceso.
Empresas y reguladores son responsables
La evidencia acumulada sobre el cuento del reciclaje del plástico exige una acción decisiva. La industria del plástico, al explotar el deseo compartido de una vida sostenible y al contaminar nuestro aire, agua y cuerpos con plásticos, enfrenta un momento crítico. La llamada a la responsabilidad no solo recae sobre las compañías implicadas sino también sobre los reguladores, fiscales generales y otros funcionarios, quienes tienen la tarea de hacer frente a esta crisis y asegurar que se haga justicia.
Este reportaje destaca un punto de inflexión en la lucha contra la contaminación plástica y el engaño corporativo, subrayando la necesidad imperiosa de transparencia, responsabilidad y un cambio radical en la manera en que producimos, utilizamos y desechamos los materiales plásticos. A medida que la sociedad se enfrenta a los desafíos del cambio climático y la sostenibilidad ambiental, es crucial reevaluar nuestras prácticas y políticas para evitar perpetuar un legado de daño irreparable a nuestro planeta y a las generaciones futuras.