Donald Trump, ex presidente de los Estados Unidos, ha sido una figura polarizante en la política estadounidense, y su influencia en el sistema electoral sigue siendo evidente a medida que se acercan las elecciones de 2024. En lugar de confiar en el proceso democrático tal como está, el expresidente ha diseñado una estrategia calculada para modificar las reglas del juego, creando lo que muchos llaman una «cúpula de hierro legal» con el objetivo de evitar que los votos en su contra impacten como misiles en noviembre. Este entramado legal, compuesto por reformas y restricciones, ha sido cuidadosamente orquestado para crear barreras que disuadan a ciertos electores de ejercer su derecho al voto.
Austin Sarat, profesor de Jurisprudencia y Ciencias Políticas William Nelson Cromwell en Amherst College, es uno de los principales académicos que ha documentado estos esfuerzos en el portal especializado en política The Hill. En su artículo titulado «En 2020, Trump se quejó de que las elecciones habían sido amañadas. Esta vez, él es el que ha cometido el fraude», Sarat expone cómo Trump y sus aliados del movimiento MAGA han cambiado su postura desde las elecciones de 2020. Hace apenas unos años, criticaban duramente a los estados que no seguían las reglas electorales tradicionales. Hoy, sin embargo, han adoptado un enfoque completamente diferente, modificando esas mismas reglas para que se adapten a sus propios intereses.
Cúpula de hierro legal anti votos
Entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2023, al menos 14 estados aprobaron 17 leyes restrictivas sobre el proceso electoral, todas diseñadas para estar en vigencia en las elecciones de 2024. El Centro Brennan para la Justicia destaca cómo estas leyes, en su mayoría promovidas por los republicanos y apoyadas por Trump, limitan particularmente el voto por correo, agregando requisitos adicionales, acortando los plazos y prohibiendo el uso de buzones de entrega. Estas son parte fundamental de la «cúpula de hierro legal» que el expresidente ha construido para controlar el acceso a las urnas, aumentando las dificultades para votar y limitando las opciones de los electores, especialmente en zonas urbanas y entre poblaciones minoritarias.

El objetivo de esta «cúpula de hierro legal» es claro: garantizar que las elecciones de 2024 se inclinen a favor de Trump y sus aliados, sin importar los deseos del electorado en su conjunto. A lo largo de los últimos años, los esfuerzos para restringir el acceso al voto han sido constantes y crecientes. En 2022, Nebraska y Georgia se convirtieron en campos de prueba para algunas de las tácticas más agresivas del expresidente. En Nebraska, por ejemplo, Trump presionó para cambiar las reglas del sistema electoral del estado, que divide sus votos electorales por distritos en lugar de otorgarlos a todos al ganador del voto popular. Este movimiento, aunque no logró un cambio inmediato, fue un claro ejemplo de cómo la «cúpula de hierro legal» se extiende por varios estados con el fin de maximizar los resultados favorables para Trump.
Trump ha sido el “gran legislador”
El propio Trump, según Sarat, ha utilizado su influencia política y su red de aliados dentro del Partido Republicano para presionar a los legisladores estatales a modificar las leyes a su favor. En Georgia, la Junta Electoral del Estado aprobó recientemente un cambio que exige el recuento manual de los votos en los condados más pequeños, una medida criticada por su potencial de retrasar los resultados y generar caos en las elecciones. Esta táctica de retrasar el proceso electoral mediante cambios de última hora es otra faceta de la «cúpula de hierro legal» diseñada para confundir a los electorales y desalentar su participación.
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A medida que se acercan las elecciones de 2024, la maquinaria legal construida por Trump y sus aliados continúa ampliándose. En varios estados, se han aprobado sanciones penales para los trabajadores electorales que cometan errores menores, lo que crea un clima de temor entre quienes administran las elecciones. Al mismo tiempo, observadores electorales, muchos de ellos vinculados a grupos pro-Trump, han recibido mayores facultades para interferir en el proceso de votación, bajo el pretexto de garantizar su transparencia. Sin embargo, estos cambios no hacen más que agregar capas adicionales de complejidad y confusión para los registradores.
Cruzó las líneas rojas
El principio Purcell, que advierte contra los cambios en las reglas electorales poco antes de las elecciones para evitar la confusión entre los votantes, ha sido ignorado deliberadamente por los aliados de Trump. A pesar de las advertencias de los tribunales y expertos electorales, las nuevas normas impuestas por los estados controlados por republicanos siguen adelante. Esto refleja una estrategia clara: alentar la abstención entre aquellos votantes que, históricamente, no favorecen al partido de Trump, como los afroamericanos y los jóvenes. En palabras de Sarat, se trata de un enfoque que prioriza el control del sistema sobre el respeto a la voluntad del pueblo.
Las leyes promulgadas en varios estados también imponen restricciones adicionales para el acceso de las personas a los centros de votación. En Texas, por ejemplo, se ha recortado el número de lugares donde los preferidos pueden entregar su papeleta de voto por correo, lo que resulta en largas colas y tiempos de espera excesivos. De este modo, la «cúpula de hierro legal» se extiende, haciendo que la experiencia de votar sea lo más difícil posible para aquellos que no se alinean con la agenda de Trump.

Las impugnaciones masivas
Uno de los casos más flagrantes de interferencia electoral en las recientes modificaciones legales se vio en Georgia, donde se han aprobado medidas que facilitan las impugnaciones masivas de votos por parte de particulares, lo que permite que cualquier ciudadano cuestione la legitimidad de miles de votos sin necesidad de pruebas sólidas. Este tipo de ataques al derecho al sufragio es parte integral de la estrategia de Trump y su «cúpula de hierro legal», diseñada para desincentivar la participación, crear caos y erosionar la confianza en el sistema.
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La pregunta que muchos se hacen es si esta «cúpula de hierro legal» será suficiente para inclinar la balanza a favor de Trump en las elecciones de 2024. Hasta ahora, las encuestas muestran que la lucha será reñida, pero con las nuevas leyes en vigor. y las estrategias legales desplegadas, la capacidad de Trump para influir en el resultado está asegurada. Mientras tanto, la respuesta de los demócratas ha sido variada: algunos legisladores han intentado contrarrestar estas tácticas, pero el proceso de revertir o bloquear estas reformas ha sido lento y, en muchos casos, infructuoso.
La «cúpula de hierro legal» que Donald Trump ha construido para las elecciones de 2024 es una clara manifestación de su intento por controlar el sistema electoral desde dentro. Las reformas impulsadas por su equipo no solo buscan proteger sus intereses políticos, sino también modificar las reglas de juego de una forma que podría tener un impacto duradero en la democracia estadounidense. Queda por ver si estas barreras adicionales lograrán su propósito, o si los presionados podrán sortear los obstáculos para hacer valer su voz en las urnas.