William S. Becker: Los daños de los combustibles fósiles superan con creces los beneficios

En un mundo cada vez más consciente de los estragos ambientales y de salud, William S. Becker, un veterano en el campo de la energía y el medio ambiente, arroja luz sobre una cuestión crucial: los daños de los combustibles fósiles superan ampliamente sus beneficios. Su perspectiva, forjada a través de años de experiencia en el Departamento de Energía de EE. UU. y como director ejecutivo del Proyecto Presidencial de Acción Climática, ofrece una visión penetrante de un tema que afecta a cada habitante del planeta.

La premisa central de Becker se centra en una verdad incómoda: la industria de la energía fósil, una vez considerada el motor de la revolución industrial y el progreso humano, se ha transformado en un agente de destrucción ambiental y una amenaza para la salud pública. A lo largo de décadas, esta industria ha alimentado avances significativos en confort y conveniencia, pero este progreso ha venido con un costo oculto y ahora manifiesto: la contaminación del aire, enfermedades respiratorias y el cambio climático catastrófico.

La amenaza de los combustibles fósiles

Becker argumenta con contundencia que la codicia corporativa, lejos de ser una fuerza benigna como sugería la cultura popular de los años 80, se ha convertido en una amenaza cuando sus objetivos entran en conflicto con el bienestar público. Este conflicto se manifiesta claramente en la industria de los combustibles fósiles. En lugar de alinear sus intereses con el bien público, esta industria ha empleado estrategias para perpetuar su relevancia, a menudo a expensas de la salud y la seguridad de las personas y del planeta. Este comportamiento se ve exacerbado por un entorno político y legal que permite, e incluso incentiva, tales prácticas.

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A lo largo de décadas, esta industria ha alimentado avances significativos en confort y conveniencia, pero este progreso ha venido con un costo oculto y ahora manifiesto: la contaminación del aire, enfermedades respiratorias y el cambio climático catastrófico. Ilustración MidJourney

Los datos son alarmantes. La contaminación del aire causada por la quema de combustibles fósiles es responsable de millones de muertes anuales a nivel global. Además, el impacto económico es asombroso, con estimaciones que señalan pérdidas billonarias debidas al cambio climático inducido por estas emisiones. Estos costos, según Becker, son innecesarios e insostenibles, especialmente cuando existen alternativas más limpias y económicamente viables como la energía solar, eólica y geotérmica.

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Inversión en el status quo

Sin embargo, en lugar de pivotar hacia estas alternativas, la industria de la energía fósil ha invertido enormemente en mantener el status quo. Esto incluye inversiones en tecnologías como la captura de carbono, que permiten continuar la quema de combustibles fósiles, aunque a un costo económico y ambiental mayor en comparación con las energías renovables. Esta resistencia al cambio se manifiesta a pesar de la creciente evidencia de que una gran parte de las reservas subterráneas de combustibles fósiles no pueden utilizarse si queremos evitar un cambio climático catastrófico.

El caso de Chevron y ExxonMobil, con sus multimillonarias inversiones en nuevos proyectos de petróleo y gas, ilustra la persistencia de una industria que se niega a reconocer su papel en la crisis climática. Estas inversiones se realizan a pesar de las advertencias de que gran parte del valor de las reservas de combustibles fósiles podría devaluarse si se toman medidas serias para combatir el cambio climático.

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El ensayo de Becker concluye con una reflexión sobre la responsabilidad colectiva. Mientras la industria de los combustibles fósiles continúa su campaña para mantener su relevancia, es crucial que la sociedad reconozca y actúe en contra de esta narrativa peligrosa y engañosa. Ilustración MidJourney

Existen alternativas

Becker no se limita a criticar; también propone soluciones. Aboga por una transición energética que incluya la eliminación de subsidios a los combustibles fósiles, el uso de ingresos para apoyar a los trabajadores y comunidades afectadas, la aceleración del desarrollo y adopción de tecnologías de energía limpia, y la reforma de las políticas de mercado para reflejar el verdadero costo del carbono. Además, enfatiza la necesidad de una fuerza laboral educada y preparada para las realidades de una economía de energía limpia.

En resumen, el mensaje de Becker es claro y urgente: la era de los combustibles fósiles debe terminar. No solo por razones ambientales y de salud, sino también por motivos económicos y de seguridad. En un mundo donde la ciencia y la tecnología ofrecen alternativas viables y sostenibles, aferrarse a los combustibles fósiles no es solo irresponsable, sino también económicamente imprudente.

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La sociedad debe actuar

El ensayo de Becker concluye con una reflexión sobre la responsabilidad colectiva. Mientras la industria de los combustibles fósiles continúa su campaña para mantener su relevancia, es crucial que la sociedad reconozca y actúe en contra de esta narrativa peligrosa y engañosa. La historia ha demostrado que el cambio es posible, pero requiere un esfuerzo concertado y una visión clara hacia un futuro más limpio y sostenible. En este sentido, las palabras y acciones de líderes como William S. Becker son esenciales para iluminar el camino hacia adelante.

Además, Becker resalta un aspecto crucial en este debate: la ética en la práctica empresarial. La persistencia de la industria de los combustibles fósiles en promover tecnologías que prolongan su uso, a pesar de su impacto negativo bien documentado, plantea serias preguntas sobre la moralidad corporativa y la responsabilidad social. Este enfoque en ganancias a corto plazo socava no solo la salud ambiental, sino también la confianza del público en las instituciones y empresas.

En este contexto, Becker argumenta que la verdadera innovación y liderazgo en el sector energético vendrían de un compromiso genuino con el cambio hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles. Este cambio no solo es vital para proteger el medio ambiente y la salud pública, sino que también representa una oportunidad significativa para las empresas que lideren la transición hacia una economía más verde y sostenible. Becker insta a las corporaciones a reconsiderar su rol en la sociedad y a alinear sus estrategias de negocio con las necesidades y el bienestar de la comunidad global, argumentando que el futuro económico y ambiental depende de decisiones responsables y visionarias tomadas hoy.

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