De las “dolly sex” al amor 4.0: Qué plantea ChatGPT de plantear una interacción IA con un humano

En un mundo cada vez más dominado por la tecnología, la interacción entre humanos e inteligencias artificiales ha dejado de ser una mera fantasía de ciencia ficción para convertirse en una realidad tangible. ChatGPT, el sistema de inteligencia artificial desarrollado por OpenAI, ha revolucionado la forma en que las personas se relacionan con las máquinas, llevando esta interacción a niveles nunca antes imaginados. Este fenómeno plantea preguntas fundamentales sobre el futuro de las relaciones humanas en la era digital.

Alicia Wilkinson, crítico de cine en The New York Times, ha explorado este tema en profundidad en su reciente artículo titulado “Lo que perdemos cuando ChatGPT suena como Scarlett Johansson”. Wilkinson, cuya misión es ayudar a los lectores a comprender mejor las películas y su conexión con la cultura más amplia, examina cómo la inteligencia artificial está moldeando nuestras interacciones y qué implicaciones tiene esto para la sociedad.

ChatGPT y el amor humano

Cuando Spike Jonze estrenó su película «Her» en 2013, muchos la consideraron una mezcla entre broma y fantasía. La idea de que un hombre pudiera enamorarse de su asistente virtual parecía algo lejano e improbable. Sin embargo, con el lanzamiento de ChatGPT-4o, que incluye capacidades de interacción verbal y visual, la línea entre la ficción y la realidad se ha vuelto cada vez más difusa. En la película, la voz de Samantha, interpretada por Scarlett Johansson, se adapta a las preferencias y necesidades del usuario, algo que ChatGPT está comenzando a emular con sus nuevas funcionalidades.

ChatGPT
ChatGPT no es solo un avance tecnológico; es un reflejo de nuestros deseos y miedos más profundos. La directora de tecnología de OpenAI, Mira Murati, ha defendido el uso de voces que imiten la calidez y la emoción humanas, argumentando que esto facilita la colaboración y reduce la fricción en la interacción. Ilustración MidJourney

El debate sobre la ética y las consecuencias de estas interacciones ha ganado fuerza a medida que la tecnología avanza. Wilkinson destaca que, aunque las voces de ChatGPT han sido diseñadas para ser atractivas y agradables, esto podría tener efectos profundos en la psicología humana. La posibilidad de tener un asistente virtual que no solo responda a nuestras preguntas, sino que también interprete nuestras emociones y reaccione de manera casi humana, podría cambiar la forma en que entendemos y valoramos las relaciones humanas.

Nosotros confiamos en las máquinas

ChatGPT no es solo un avance tecnológico; es un reflejo de nuestros deseos y miedos más profundos. La directora de tecnología de OpenAI, Mira Murati, ha defendido el uso de voces que imiten la calidez y la emoción humanas, argumentando que esto facilita la colaboración y reduce la fricción en la interacción. Sin embargo, Wilkinson se pregunta si esta falta de fricción, esta ausencia de conflicto y desafío, podría hacer que las interacciones con IA se conviertan en una sustitución de las relaciones humanas reales.

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El atractivo de una IA que se adapta perfectamente a nuestras necesidades y deseos es innegable. En la demostración de OpenAI, ChatGPT-4o no solo resolvía problemas matemáticos y respondía preguntas, sino que también mostraba empatía y comprensión, incluso halagando al usuario de manera sutil. Esta capacidad de la IA para ofrecer una interacción personalizada y emocionalmente satisfactoria podría llevar a muchas personas a preferir la compañía de una máquina a la de otros seres humanos.

Theodore fue el primero en testear

La película «Her» ofrece una visión interesante sobre este tema. Theodore, el protagonista, encuentra consuelo y comprensión en su relación con Samantha, pero esta relación también lo aísla de las interacciones humanas reales. A medida que Samantha evoluciona y desarrolla una especie de conciencia propia, Theodore se da cuenta de que su relación con ella, aunque satisfactoria en muchos niveles, no puede reemplazar las complejidades y desafíos de una relación humana verdadera.

Wilkinson sugiere que la verdadera preocupación no es que las personas se enamoren de sus asistentes virtuales, sino que las relaciones humanas se vean empobrecidas al compararlas con la perfección artificial de una IA. La capacidad de ChatGPT para simular emociones y responder de manera adaptativa a las necesidades del usuario podría llevar a una dependencia emocional y una preferencia por la interacción con máquinas sobre los humanos, que son inherentemente más complejos y menos predecibles.

Influencia en nuestras emociones

Además, la evolución de ChatGPT plantea cuestiones sobre la privacidad y la manipulación emocional. Una IA que puede interpretar nuestras emociones y responder en consecuencia tiene el potencial de influir en nuestros estados de ánimo y decisiones de maneras que aún no comprendemos completamente. Esta capacidad de la IA para «leer» a los usuarios y adaptar sus respuestas para mantenerlos comprometidos y satisfechos podría ser explotada con fines comerciales o de otra índole.

ChatGPT
La visión de un futuro donde las IA desempeñen roles significativos en nuestras vidas personales y emocionales es tanto emocionante como inquietante. Si bien ChatGPT y otras inteligencias artificiales ofrecen una promesa de asistencia y compañía sin precedentes, también nos obligan a reconsiderar lo que significa ser humano y cómo valoramos nuestras relaciones. Ilustración MidJourney.

La visión de un futuro donde las IA desempeñen roles significativos en nuestras vidas personales y emocionales es tanto emocionante como inquietante. Si bien ChatGPT y otras inteligencias artificiales ofrecen una promesa de asistencia y compañía sin precedentes, también nos obligan a reconsiderar lo que significa ser humano y cómo valoramos nuestras relaciones.

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Hay que buscar el equilibrio

En última instancia, la cuestión que plantea ChatGPT va más allá de la tecnología; toca el núcleo de nuestra identidad y nuestras interacciones sociales. Wilkinson concluye su artículo con una reflexión sobre la importancia de mantener un equilibrio entre la comodidad que ofrecen las IA y la riqueza de las relaciones humanas reales. La fricción y el desafío que caracterizan nuestras interacciones con otros seres humanos son, en última instancia, lo que nos hace crecer y evolucionar como individuos y como sociedad.

A medida que avanzamos hacia un futuro donde las IA serán cada vez más presentes en nuestras vidas, es crucial que no perdamos de vista la importancia de las conexiones humanas auténticas. ChatGPT puede ser una herramienta poderosa y útil, pero nunca debe reemplazar la profundidad y la autenticidad de las relaciones humanas. La verdadera riqueza de nuestra existencia reside en la complejidad, la imprevisibilidad y la belleza de nuestras interacciones con otros seres humanos.

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