Una visita entre escombros y cámaras: Gaza en el lente de la controversia internacional
La reciente visita del empresario estadounidense Steve Witkoff a la Franja de Gaza ha generado una reacción contundente por parte del movimiento Hamás, que calificó el evento como un «montaje premeditado para maquillar la ocupación israelí». Según un comunicado oficial del movimiento, esta entrada mediática a uno de los territorios más golpeados del conflicto árabe-israelí representa «una estrategia cínica para desviar la atención internacional de los crímenes de guerra en curso cometidos por Israel».
Witkoff, conocido magnate inmobiliario y asesor cercano de figuras del Partido Republicano en EE. UU., recorrió sectores del norte de Gaza bajo estricta vigilancia militar israelí y acompañado por medios internacionales seleccionados. Las imágenes del empresario observando ruinas, dialogando con oficiales israelíes y expresando su deseo de ver «una reconstrucción con oportunidades» se viralizaron rápidamente. Pero para los portavoces de Hamás y observadores independientes, el trasfondo político del evento no puede ser ignorado.
Una narrativa controlada: reconstrucción o lavado de imagen
Expertos como Dr. Maha Nassar, profesora de estudios del Medio Oriente en la Universidad de Arizona, coinciden en que “este tipo de visitas no son inocentes ni espontáneas. Representan una clara intención de crear una narrativa favorable al ocupante, maquillando la asimetría del conflicto con un barniz empresarial y optimista”. En efecto, el viaje de Witkoff se produce semanas después de la intensificación de operaciones militares en Jabalia y Beit Hanoun, donde organismos como la ONU y Human Rights Watch han denunciado ataques indiscriminados y desplazamientos forzados.
El ministro de Exteriores palestino en funciones, Riyad al-Maliki, señaló desde Ramallah que “lo que hemos presenciado no es más que teatro político. Una puesta en escena que busca legitimar el control israelí bajo el disfraz de ayuda e inversión privada”.

Entre la ocupación y los intereses globales: ¿quién reconstruye Gaza y para quién?
Este incidente ocurre en un contexto donde la reconstrucción de Gaza se ha convertido en un campo de disputa internacional. China, Qatar y Turquía han expresado su intención de apoyar iniciativas de reconstrucción dirigidas por organismos multilaterales, mientras que Estados Unidos ha promovido discretamente la participación de capital privado estadounidense, como es el caso de Witkoff.
Para Zaha Hassan, asesora en Carnegie Endowment for International Peace, “el problema no es la reconstrucción per se, sino que se haga bajo un régimen de ocupación. Eso convierte el proceso en una validación de una situación que el derecho internacional condena”.
La escena mediática generada por esta visita no puede desligarse del objetivo político de normalizar la presencia israelí en territorio palestino ante la opinión pública occidental. Un espectáculo cuidadosamente producido para influir en la narrativa internacional y desplazar la atención de la crisis humanitaria crónica en Gaza, acentuada por 17 años de bloqueo y operaciones militares recurrentes.
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¿Reconstrucción con justicia o propaganda sin memoria?
En definitiva, la presencia de Steve Witkoff en Gaza no ha sido un acto de filantropía desinteresada ni un gesto neutral. Ha sido percibido, incluso por múltiples diplomáticos en funciones en Oriente Medio, como parte de una estrategia de soft power que busca legitimar el statu quo de una ocupación militar condenada por resoluciones de la ONU. La pregunta que ahora resuena entre las ruinas es inevitable: