Miles de venezolanos marcharon este jueves en Caracas para exigir la libertad inmediata de los 31 niños retenidos por EE.UU. bajo la administración Trump, así como la liberación de 252 migrantes venezolanos secuestrados en El Salvador en el CECOT, según denuncias oficiales.
El rostro humano de la protesta
Madres y abuelas alzaron pancartas con las siglas SOS y fotografías de sus hijos, denunciando que muchos no han visto a sus pequeños desde hace seis meses, tras firmar trámites migratorios en EE.UU. La presidenta de la Misión Vuelta a la Patria, Camilla Fabri, afirmó que “el amor no se rinde”, y que existe firme convicción de recuperar a todos los niños.

Un reclamo con alcance internacional
Durante la marcha, se entregó un documento a la ONU exigiendo intervención inmediata para los menores y los migrantes en El Salvador, denunciados como “víctimas de desaparición forzada” por estar bajo jurisdicción estadounidense, a pesar de estar detenidos en el CECOT. El diputado Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, exigió la repatriación urgente de los 31 niños.
Los 252 migrantes secuestrados: cifra y controversia
El grupo en El Salvador está conformado por 238 a 252 venezolanos deportados desde EE.UU. en marzo bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, acusados sin prueba de vínculos criminales con Tren de Aragua o MS‑13. Naciones como El Salvador y la ONU señalan que EE.UU. mantiene la responsabilidad legal sobre sus destinos.
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Solidaridad y diplomacia popular en la calle
La marcha contó también con el respaldo del Comité de Defensa de los Migrantes y movimientos sociales. Fabri y Rodríguez denunciaron el silencio de Volker Türk, Alto Comisionado de la ONU, y declararon a su oficina “persona no grata” en Venezuela. Además, pidieron que la Iglesia estadounidense y salvadoreña se impliquen en la causa.
Derechos vulnerados: denuncias y respuestas legales
Abogados y ONG advierten que la detención de los migrantes sin debido proceso, y la separación forzada de los niños, pueden constituir delitos de desaparición forzada y violaciones a los derechos humanos, respaldando la denuncia diplomática venezolana. Sin embargo, las autoridades estadounidenses no han emitido declaraciones oficiales recorriendo los llamados.

¿Conseguirá esta movilización nacional convertirse en una presión real sobre EE.UU., El Salvador y la ONU para devolver a los niños y migrantes detenidos, o quedará como una protesta simbólica sin repercusión práctica?