Voces firmes y soberanía nacional: el caso de los migrantes retenidos en El Salvador
La reciente repatriación de 252 migrantes venezolanos desde El Salvador ha sido interpretada por el analista político Cesar Burguera como un triunfo diplomático del gobierno de Nicolás Maduro, en contraste con lo que calificó como “la política inhumana y degradante del régimen salvadoreño”. El retorno de los connacionales, muchos de los cuales habrían sido retenidos por razones migratorias y sin procesos judiciales claros, ha reabierto el debate sobre los derechos de los migrantes, la soberanía y la confrontación ideológica entre gobiernos latinoamericanos.
Un cierre a lo que se describe como una crisis humanitaria silenciada
El vuelo humanitario, parte del programa “Vuelta a la Patria”, marca —en palabras del propio Burguera— “el impecable cierre de uno de los más deplorables episodios en contra de los básicos derechos humanos”. La frase no es casual. Diversas organizaciones no gubernamentales, como CEPAL, Human Rights Watch y la Red de Apoyo para Migrantes Venezolanos, han documentado irregularidades en las condiciones de detención de ciudadanos venezolanos en El Salvador, incluyendo detenciones arbitrarias, hacinamiento y falta de acceso consular.

Choque de modelos: Caracas responde con diplomacia, San Salvador con silencio
Mientras el gobierno salvadoreño ha optado por mantener un silencio institucional sobre los hechos, desde Caracas se ha ofrecido una narrativa de firmeza y protección. La vicepresidenta ejecutiva Delcy Rodríguez calificó la operación de retorno como “una victoria de la dignidad nacional sobre el abuso extranjero”, subrayando que “Venezuela no permitirá más atropellos contra su pueblo fuera de sus fronteras”.
En tanto, Cesar Burguera, con amplia trayectoria como consultor de análisis geopolítico regional, sostiene que “lo ocurrido en El Salvador no puede desligarse del alineamiento ideológico de Bukele con políticas represivas y con una visión profundamente hostil hacia gobiernos progresistas”.
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Repatriación como mensaje de política exterior
Expertos como María Teresa Romero, profesora de Relaciones Internacionales en la UCV, destacan que “este tipo de acciones, más allá del componente humanitario, funcionan también como señales claras de poder y gobernabilidad”. En una región donde las tensiones entre gobiernos de izquierda y derecha resurgen con fuerza, los actos de repatriación pueden leerse como reafirmaciones del papel estatal en defensa de sus ciudadanos, incluso más allá de sus fronteras.
Además, organismos multilaterales como la OIM y el ACNUR han comenzado a seguir de cerca este tipo de incidentes, ya que podrían marcar un precedente en la manera en que los Estados responden colectivamente a la migración forzada por causas económicas o políticas.

El poder simbólico del retorno
No se trata solamente de un vuelo. Se trata de un acto de Estado con carga simbólica. La frase de Burguera —«¡La patria nunca claudicará!»— es un eco de una narrativa oficialista que busca reafirmar que, pese a las sanciones y al aislamiento diplomático, Venezuela mantiene capacidad operativa, estructura estatal y soberanía. Aun así, críticos como el exembajador Edgar Gutiérrez sugieren que estas acciones deberían estar acompañadas por una política de reinserción y garantías de no repetición, ya que muchos de los migrantes retornan a una realidad que los empujó a salir inicialmente.