Johannes Lang: No hay solución militar a la guerra en la Franja de Gaza 

En un mundo donde los conflictos armados parecen ser la respuesta predeterminada a las disputas territoriales y políticas, el análisis de Johannes Lang, investigador sobre democratización y política exterior estadounidense y becario John F. Kennedy en la Escuela Kennedy de Harvard, resuena con una contundencia particular. En su reciente artículo para The Hill, Lang argumenta firmemente que “no hay solución militar a la guerra en Gaza”, una afirmación que desafía la retórica belicista y propone un enfoque más matizado y políticamente orientado. 

El conflicto en la Franja de Gaza, especialmente el reciente episodio de violencia tras la ruptura de una breve tregua entre Hamás e Israel, ha dejado un saldo devastador. En apenas un día, los ataques aéreos de Israel resultaron en la muerte de más de 700 palestinos, un acto que no solo escala el conflicto, sino que también profundiza las heridas históricas y la animosidad entre ambos bandos. El Primer Ministro israelí, Netanyahu, con su retórica beligerante, compara a Hamás con “el ISIS de Gaza”, prometiendo una lucha sin cuartel. Sin embargo, esta analogía, según Lang, es no solo incorrecta sino peligrosamente simplista. 

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No hay solución militar 

El contexto histórico y político de la insurgencia y el terrorismo sugiere que las soluciones duraderas rara vez son militares. Las comparaciones de Hamás con ISIS son engañosas; mientras ISIS buscaba un califato global, Hamás ha mostrado su disposición a considerar una solución de dos Estados y a hacer concesiones tácticas para lograr un Estado palestino. Este matiz es crucial, ya que ilustra la diferencia entre un grupo con ambiciones globales y otro cuyas aspiraciones se centran en la autonomía nacional y territorial. 

Lang sugiere mirar hacia otros movimientos de resistencia históricos, como el Viet Cong, los talibanes y el IRA, para comprender mejor la situación de Hamás. A pesar de sus diferencias ideológicas y tácticas, estos grupos comparten la característica de ser movimientos de liberación nacional que operan en contextos de ocupación extranjera. La experiencia de estos grupos muestra que la violencia deliberada contra civiles y la ocupación militar solo fortalecen la resistencia y el apoyo popular a los movimientos insurgentes, de allí que sea inevitable concluir que no hay solución militar. 

No hay solución militar
Lang sugiere mirar hacia otros movimientos de resistencia históricos, como el Viet Cong, los talibanes y el IRA, para comprender mejor la situación de Hamás. Ilustración MidJourney

Estrategias contraproducentes 

La historia nos enseña que las represalias masivas y la ocupación militar son estrategias contraproducentes. En Vietnam, por ejemplo, la población civil se inclinó hacia el Viet Cong a medida que aumentaba la violencia estadounidense. En Afganistán, el apoyo público a los Estados Unidos disminuyó a medida que las bajas civiles aumentaban. Este patrón se repite en Gaza, donde las medidas militares israelíes han fortalecido históricamente el apoyo a Hamás. 

Lang argumenta que para el conflicto en Gaza no hay solución militar. La ocupación militar, como la planteada por Israel, solo conducirá a más violencia y resistencia. En cambio, sugiere tomar ejemplo del Acuerdo del Viernes Santo entre el Reino Unido y el IRA, donde se optó por una solución política en lugar de la confrontación militar. La idea es que los compromisos difíciles y el diálogo político son esenciales para una solución duradera. 

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Desproporcionalidad de la fuerza 

La situación en Gaza es crítica y desesperada. Las estadísticas son alarmantes: un porcentaje significativo de la población ha muerto o desaparecido, y la infraestructura está devastada, superando incluso los daños sufridos en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. La urgencia de un alto el fuego es palpable, ya que la continuación del conflicto solo promete más muerte y destrucción. 

No hay solucion Militar
Las estadísticas son alarmantes: un porcentaje significativo de la población ha muerto o desaparecido, y la infraestructura está devastada. Ilustración MidJourney

Lang concluye que el camino de Israel hacia la escalada militar es un error estratégico grave. La erradicación de Hamás, un grupo arraigado en la población y con objetivos políticos específicos, es impracticable sin infligir un daño inmenso a la población civil. En lugar de seguir un camino de violencia, Israel debería considerar seriamente la negociación y el compromiso político, reconociendo que la paz duradera solo puede lograrse a través de soluciones políticas. 

Este análisis de Johannes Lang no solo desafía la percepción común de la guerra en Gaza, sino que también ofrece una perspectiva crucial para entender y resolver uno de los conflictos más prolongados y complejos de nuestro tiempo. La afirmación de que «no hay solución militar» no es solo un llamado a la reflexión, sino un urgente llamado a la acción para todos aquellos involucrados en la búsqueda de la paz en Medio Oriente. 

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