En un giro inesperado, el papa Francisco ha decidido reabrir el caso del jesuita esloveno Marko Rupnik. Este “soldado de Dios”, mundialmente conocido por su habilidad artística en la creación de mosaicos que decoran iglesias alrededor del mundo, incluida la famosa basílica de Lourdes en Francia, enfrenta graves acusaciones. Se le imputa el haber cometido abusos de poder y sexuales contra varias religiosas. Esta acción del sumo pontífice surge después de las incesantes críticas a la gestión de este caso por parte del Vaticano.
Desde que emergió el escándalo, las presuntas víctimas de Rupnik expresaron su frustración por la falta de respuesta del Vaticano. Su sentimiento de abandono se intensificó cuando la Pontificia Comisión para la Protección de Menores alertó en septiembre sobre deficiencias en la gestión del caso Rupnik. Ante tal situación, el Vaticano emitió un comunicado este viernes, revelando que el papa solicitó al Dicasterio para la Doctrina de la Fe que reconsiderara el caso y decidió evitar la prescripción para permitir la celebración de un juicio.
Marko Rupnik desde 1990
Las acusaciones contra Rupnik datan de principios de la década de 1990. Se alega que cometió abusos psicológicos y sexuales en contra de monjas de la comunidad eslovena Loyola de Lubliana. Esta comunidad fue fundada por un religioso cercano a Marko Rupnik y de quien el jesuita era padre espiritual. A raíz de estas acusaciones, la orden jesuita tomó la medida de excomulgar a Rupnik. Sin embargo, este castigo fue misteriosamente levantado poco tiempo después.
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La reapertura del caso ha reavivado la esperanza de justicia entre las víctimas. Ante la magnitud del escándalo y la gravedad de las acusaciones, es posible que Rupnik, de ser hallado culpable, sea expulsado del sacerdocio. Cabe recordar que, recientemente, una diócesis en Eslovenia reconoció haber acogido al sacerdote luego de que este fuera expulsado de la Compañía de Jesús por su “obstinada negativa a observar el voto de obediencia”.
Crecen casos de abusos
Diversas organizaciones han opinado sobre el asunto. Según estadísticas de la Organización para la Defensa de las Víctimas de Abusos Eclesiásticos (ODVAE), el Vaticano ha enfrentado más de 2.000 casos de abusos en los últimos 20 años, y en muchos de ellos, la respuesta ha sido insuficiente. Tomás González, historiador y experto en la Iglesia Católica, sostiene que «este caso, al igual que otros, pone de manifiesto la necesidad de una mayor transparencia y celeridad en la respuesta del Vaticano frente a acusaciones de esta magnitud».
Por otro lado, políticos como Ana Klavinska, miembro del Parlamento Esloveno, han manifestado que «es crucial que el Vaticano se haga responsable y garantice que se hará justicia, sin importar la prominencia o los logros artísticos de Marko Rupnik «.
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Mosaicos y perversidades
A pesar de la fama y reconocimiento que Marko Rupnik ha ganado a través de sus mosaicos – entre los que destacan los del Palacio Apostólico del Vaticano, el monasterio de Santo Domingo de la Calzada y la catedral de La Almudena en Madrid –, estas acusaciones amenazan con empañar su legado y con poner en tela de juicio la respuesta del Vaticano ante situaciones de abuso dentro de la Iglesia.
Solo el tiempo dirá si la decisión del papa Francisco de reabrir el caso garantizará justicia para las víctimas. Lo que es innegable es que este escándalo ha sacudido nuevamente los cimientos de la Iglesia Católica, recordando a todos que nadie está por encima de la ley, independientemente de su posición o talento.
