La imaginación de los padres fundadores no llegó a prever a un criminal como Trump

La imaginación de los padres fundadores no llegó a prever a un criminal como Trump. En la génesis de la Constitución de los Estados Unidos, los padres fundadores establecieron un sistema de pesos y contrapesos destinado a proteger a la joven república de la tiranía. Sin embargo, a pesar de su perspicacia y previsión, es improbable que Alexander Hamilton, James Madison o Thomas Jefferson hayan imaginado que algún día un personaje como Donald Trump podría aspirar a la presidencia, incluso después de haber sido condenado por múltiples delitos. La estructura legal y política que diseñaron no contemplaba la posibilidad de que un individuo condenado pudiera contender por el puesto más alto de la nación.

Lluís Bassets, un analista y columnista prolífico de EL PAÍS, ha abordado esta paradoja en su reciente pieza editorial titulada «Votar a un criminal». Con una carrera que incluye publicaciones como ‘El año de la Revolución’ y ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’, Bassets ofrece un análisis agudo de la situación actual en Estados Unidos. En su última columna, subraya cómo la condena de Trump por 34 delitos de falsificación de registros contables, relacionados con un soborno para silenciar a una actriz pornográfica durante una campaña presidencial, no le impide legalmente postularse a la presidencia. Este vacío legal revela una grieta en el sistema que los padres fundadores jamás habrían anticipado.

Donald Trump y los padres fundadores

Los padres fundadores, con su profundo escepticismo hacia el poder centralizado y su fervor por la creación de un gobierno representativo, diseñaron la Constitución para proteger a la nación de aspirantes tiránicos. Sin embargo, no pudieron prever que las mismas protecciones que instituyeron para salvaguardar las libertades individuales podrían ser explotadas por alguien como Trump. Al igual que Al Capone, encarcelado por evasión fiscal y no por sus crímenes más graves, Trump ha enfrentado consecuencias legales por delitos relativamente menores en comparación con las graves acusaciones de conspiración para anular los resultados electorales y el incitamiento de un ataque insurreccional al Capitolio en 2021.

los padres fundadores
Lluís Bassets, un analista y columnista prolífico de EL PAÍS subraya cómo la condena de Trump por 34 delitos de falsificación de registros contables, relacionados con un soborno para silenciar a una actriz pornográfica durante una campaña presidencial, no le impide legalmente postularse a la presidencia. Ilustración MidJourney

A lo largo de la historia de Estados Unidos, ha habido varios intentos de reinterpretar la Constitución para adaptarla a las necesidades y objetivos del momento. Durante los primeros años de la república, los debates entre federalistas y anti-federalistas dieron forma a la interpretación del documento. Los federalistas, liderados por Alexander Hamilton, promovían una interpretación flexible que permitiera un gobierno federal fuerte. En contraste, los anti-federalistas, como Thomas Jefferson, defendían una interpretación estricta para limitar el poder del gobierno federal. Esta dinámica ha sido una constante en la evolución del sistema político estadounidense.

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Para bien o para mal

En la era de la segregación, el Tribunal Supremo de Estados Unidos, a través del caso Plessy vs. Ferguson (1896), permitió la segregación racial bajo la doctrina de «separados pero iguales». Esta interpretación constitucional duró hasta que fue revocada por el caso Brown vs. Board of Education en 1954. Esta capacidad de reinterpretación de la Constitución muestra la flexibilidad del documento, pero también sus vulnerabilidades cuando las interpretaciones son guiadas por prejuicios o intereses políticos. Separados pero iguales torcía la visión de los padres fundadores de una nación con principios de igualdad y protección igualitaria bajo la ley establecidos en la 14ª Enmienda.

La administración de Franklin D. Roosevelt en la década de 1930 se enfrentó a desafíos similares cuando su programa del New Deal fue inicialmente declarado inconstitucional por la Corte Suprema. En respuesta, Roosevelt propuso el «Court Packing Plan» para expandir el número de jueces en la Corte, una medida destinada a obtener decisiones judiciales más favorables para sus políticas. Aunque el plan no se implementó, este episodio ilustra cómo las luchas por el poder pueden influir en la interpretación de la Constitución.

Sobre libertades individuales

En las décadas de 1950 y 1960, el Movimiento por los Derechos Civiles, liderado por figuras como Martin Luther King Jr., utilizó la Constitución para argumentar a favor de la igualdad de derechos para los afroamericanos. La capacidad de ver más allá de los padres fundadores permitió la reinterpretación de la 14ª Enmienda fue crucial para desmantelar las leyes Jim Crow y poner fin a la segregación racial, demostrando nuevamente cómo la Constitución puede ser una herramienta poderosa para la justicia social.

Después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, la administración de George W. Bush implementó políticas de vigilancia y detención que muchos criticaron por torcer los principios constitucionales de derechos y libertades individuales. La Ley Patriota de 2001 es un ejemplo de cómo se ampliaron los poderes del gobierno para combatir el terrorismo, poniendo a prueba los límites de la Constitución en tiempos de crisis.

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Al igual que Al Capone, encarcelado por evasión fiscal y no por sus crímenes más graves, Trump ha enfrentado consecuencias legales por delitos relativamente menores en comparación con las graves acusaciones de conspiración para anular los resultados electorales y el incitamiento de un ataque insurreccional al Capitolio en 2021. Ilustración MidJourney.

Pocas letras y muchos intérpretes

El derecho a portar armas, protegido por la Segunda Enmienda, también ha sido objeto de un intenso debate interpretativo. Grupos como la Asociación Nacional del Rifle (NRA) han defendido una interpretación expansiva, mientras que otros abogan por restricciones más estrictas para reducir la violencia armada. Esta controversia resalta las tensiones inherentes en la interpretación de derechos constitucionales en una sociedad cambiante.

En décadas recientes, el movimiento conservador ha logrado un significativo control sobre la Corte Suprema, influyendo en decisiones clave sobre el aborto, los derechos laborales y otros temas fundamentales. Este movimiento ha promovido una interpretación originalista de la Constitución, buscando adherirse a lo que creen que fueron las intenciones originales de los padres fundadores.

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Un criminal era impensable

Los padres fundadores jamás imaginaron un escenario en el que un presidente pudiera ser acusado de intentar subvertir una elección democrática y, aun así, continuar siendo una figura política viable. La Constitución, aunque robusta en muchos aspectos, no tiene mecanismos explícitos para impedir que un individuo condenado por delitos graves aspire a la presidencia. Este vacío legal se ha convertido en un punto focal en la era de Trump, donde las normas y los precedentes son desafiados con una frecuencia alarmante.

El caso de Trump plantea preguntas profundas sobre la resiliencia de la democracia estadounidense y la capacidad de su sistema legal para enfrentar desafíos sin precedentes. Si Trump logra una victoria electoral, no solo obtendrá impunidad por sus delitos pasados, sino que también gozará de inmunidad ante futuros actos ilegales. Esto podría transformar radicalmente la naturaleza del poder presidencial, acercándolo más a una monarquía absoluta que a una república democrática.

Trump y su nación a la medida

La posibilidad de que Trump se amnistíe a sí mismo en caso de una victoria electoral subraya la fragilidad de las salvaguardias democráticas en la Constitución. Esta realidad ha llevado a intelectuales conservadores, como Robert Kagan, a advertir sobre la amenaza que representa Trump para la Constitución, la democracia y las libertades fundamentales de Estados Unidos. Kagan argumenta que Trump lidera una rebelión antiliberal con el objetivo de destruir los principios fundacionales del país.

La situación actual de Estados Unidos bajo la influencia de Trump pone a prueba los límites de la imaginación de los padres fundadores. A medida que la nación se enfrenta a desafíos políticos sin precedentes, la interpretación y aplicación de la Constitución seguirán siendo campos de batalla cruciales en la defensa de la democracia. Los padres fundadores crearon un marco destinado a perdurar a través de los siglos, pero la realidad contemporánea demuestra que incluso sus previsiones más cuidadosas pueden ser insuficientes ante los complejos desafíos de la política moderna.

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