Estados Unidos teme a su propia narrativa en la que “la IA se vuelve loca”

En una época donde la inteligencia artificial avanza a pasos agigantados, Estados Unidos enfrenta una creciente preocupación sobre las posibles consecuencias de estas tecnologías emergentes. La inquietud no está infundada; diversas voces alertan sobre los riesgos que la inteligencia artificial descontrolada podría representar, especialmente en contextos militares y estratégicos. La narrativa de una IA fuera de control ha sido tema de películas y literatura durante décadas, pero ahora, más que nunca, se siente como una posibilidad real.

Gordon Guthrie Chang, periodista, abogado y comentarista político estadounidense, recientemente publicó un artículo en el portal The Hill titulado «China no descarta armas nucleares controladas por IA». En su escrito, Chang expone cómo este mes la Casa Blanca reveló que China ha rechazado las propuestas de Estados Unidos para limitar el uso de inteligencia artificial en el control del lanzamiento de armas nucleares. Este rechazo se produjo durante conversaciones en mayo en Ginebra entre funcionarios estadounidenses y chinos, marcando un revés significativo para los esfuerzos de Washington por encontrar áreas de acuerdo con China en este ámbito tan delicado.

China elude a los Estados Unidos

Estados Unidos había planteado esta cuestión anteriormente en una reunión en California entre el presidente Biden y Xi Jinping en noviembre pasado. Biden subrayó que la inteligencia artificial era una de las áreas en las que ambos países debían mantener más debates. Sin embargo, la negativa rápida y firme de Beijing dejó claro que no habría acuerdos fáciles en esta área. Tarun Chhabra, director de tecnología del Consejo de Seguridad Nacional, mencionó que la Casa Blanca pronto emitirá un memorando sobre el uso de la IA en varias agencias federales, incluido el Departamento de Defensa. Chhabra también reiteró la postura pública de Estados Unidos: «No creemos que los sistemas autónomos deban acercarse a ninguna decisión de lanzar un arma nuclear».

Estados Unidos
Estados Unidos había planteado esta cuestión anteriormente en una reunión en California entre el presidente Biden y Xi Jinping en noviembre pasado. Biden subrayó que la inteligencia artificial era una de las áreas en las que ambos países debían mantener más debates. Sin embargo, la negativa rápida y firme de Beijing dejó claro que no habría acuerdos fáciles en esta área. Ilustración MidJourney

La política estadounidense ha sido clara al respecto desde hace tiempo. Joe Wang, miembro del personal del Consejo de Seguridad Nacional, expresó su preocupación diciendo: «Nadie quiere ver armas nucleares controladas por IA, ¿verdad?». A pesar de la aparente racionalidad de esta postura, el rechazo de China no sorprende a muchos expertos. Richard Fisher, Jr., del Centro de Evaluación y Estrategia Internacional, señala que el Partido Comunista Chino siempre ha abogado por el control de armas nucleares para otras potencias, mientras busca superioridad nuclear para sí mismo.

China desea preeminencia

China está llevando su arsenal nuclear al siguiente nivel, combinando misiles con ojivas nucleares y potentes capacidades de inteligencia artificial. Brandon Weichert, autor de «Winning Space: How America Remains a Superpower», advirtió que las armas nucleares controladas por IA serían mucho más devastadoras que las tradicionales, debido a la posibilidad de consecuencias no deseadas. Weichert se enfatizó que la IA conducir podría a un escenario de pesadilla en el que China pierda el control de su arsenal ante un sistema de inteligencia artificial descontrolado.

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La posibilidad de que la realidad refleje la ficción preocupa a muchos. Estados Unidos ha sido cuna de ciencia ficción escalofriante. Todos grabamos «Juegos de guerra», la película de 1983 en la que una computadora militar estadounidense casi lanza un contraataque nuclear al interpretar erróneamente una simulación. Asimismo, la franquicia «Terminator» muestra un futuro apocalíptico donde una red de superinteligencia artificial, conocida como Skynet, detona armas nucleares para exterminar a la humanidad. Estos escenarios ficticios plantean una pregunta crucial: ¿Cuál es el riesgo real cuando las máquinas toman decisiones de vida o muerte?

De la ficción a la realidad

El mundo estuvo al borde de un desastre nuclear el 26 de septiembre de 1983, cuando el teniente coronel Stanislav Petrov, en el centro de alerta temprana Serpukhov-15 al sur de Moscú, ignoró los procedimientos al no autorizar un lanzamiento de represalia tras una falsa Alarma de misiles de Estados Unidos entrantes. Petrov se guió por su instinto, evitando una catástrofe. Un sistema de IA en esa situación probablemente habría lanzado un ataque, desencadenando una guerra nuclear devastadora.

Rusia ya ha puesto armas nucleares bajo control autónomo con su sistema de «Mano Muerta» o «Perímetro», y la negativa de China a discutir la prohibición de la IA en armas nucleares sugiere que podría seguir un camino similar. Fisher advierte que nos encontramos en una «nueva carrera armamentista nuclear» que no solo se centra en el número de ojivas, sino también en la automatización de las decisiones de lanzamiento. China parece creer que la inteligencia artificial hará su arsenal nuclear más formidable, eliminando la utilidad de los ataques de decapitación y mejorando los ataques nucleares iniciales.

¿Guerra contra Estados Unidos?

Más allá de una carrera armamentista, China parece prepararse para una guerra con Estados Unidos. Weichert argumenta que esta guerra implicará una sorpresa estratégica, con la IA ayudando a China a determinar los momentos y lugares óptimos para atacar, posiblemente con armas nucleares. Esta perspectiva plantea serias preocupaciones sobre el equilibrio de poder global y la estabilidad estratégica.

Estados Unidos se encuentra en una encrucijada. Por un lado, debe avanzar en sus propias capacidades de inteligencia artificial para no quedarse atrás en la carrera tecnológica y militar. Por otro lado, deben promoverse acuerdos internacionales que limiten el uso de IA en contextos peligrosos, como el control de armas nucleares. La resistencia de China a estos acuerdos complica aún más la situación, creando un entorno donde la desconfianza y la competencia podrían llevar a un conflicto inadvertido.

Estados Unidos
Más allá de una carrera armamentista, China parece prepararse para una guerra con Estados Unidos. Weichert argumenta que esta guerra implicará una sorpresa estratégica, con la IA ayudando a China a determinar los momentos y lugares óptimos para atacar, posiblemente con armas nucleares. Ilustración MidJourney.

Gestión de la locura

La narrativa de una inteligencia artificial fuera de control no es sólo una ficción para Estados Unidos, sino una posible realidad que debe ser gestionada con extrema precaución. Las decisiones que se toman hoy sobre el uso de la IA tendrán repercusiones profundas y duraderas en la seguridad global. En un mundo donde las tecnologías avanzan rápidamente, la prudencia y la cooperación internacional son más esenciales que nunca para evitar que las peores pesadillas de la ciencia ficción se conviertan en realidad.

Estados Unidos tiene el desafío de liderar en la creación de un marco global para el uso seguro y ético de la inteligencia artificial. Este esfuerzo no sólo protegerá su seguridad nacional, sino que también contribuirá a la estabilidad mundial. Sin embargo, el camino hacia este objetivo está lleno de obstáculos, especialmente cuando otros actores importantes, como China, no comparten la misma visión o prioridades.

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¿No salvaremos de nosotros mismos?

En última instancia, la capacidad de la humanidad para controlar su creación más poderosa —la inteligencia artificial— determinará nuestro futuro. La historia de Petrov y el casi desastre de 1983 es ​​un recordatorio de que las decisiones humanas, basadas en el juicio y la intuición, siguen siendo cruciales. A medida que avanzamos hacia un futuro cada vez más automatizado, debemos asegurarnos de que estas decisiones críticas no se deleguen a máquinas que carecen de la capacidad de comprender plenamente las complejidades y consecuencias de sus acciones.

La conversación sobre la inteligencia artificial y su lugar en el armamento nuclear está lejos de terminar. Estados Unidos debe seguir trabajando con sus aliados y oponentes para establecer normas y acuerdos que eviten una carrera armamentista peligrosa y potencialmente catastrófica. La historia y la ficción nos han mostrado los peligros de una inteligencia artificial descontrolada; ahora, es nuestra responsabilidad aprender de esas lecciones y actuar con la sabiduría y la precaución necesarias para proteger a las generaciones futuras.

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