Aspirante a “deportador en jefe” asusta a los afroamericanos: los inmigrantes les quitarán sus trabajos

Donald Trump, en su aspiración de convertirse nuevamente en el presidente de los Estados Unidos, ha redoblado su retórica contra los buscadores de futuro, afirmando que estos “los inmigrantes les quitarán sus trabajos” a los afroamericanos y a otros ciudadanos. Estas declaraciones, cargadas de xenofobia y racismo, buscan explotar el temor de las comunidades vulnerables al enfatizar que los inmigrantes representan una amenaza directa a sus oportunidades laborales. La estrategia de Trump de posicionarse como el “deportador en jefe” está sembrando una narrativa que no solo criminaliza a los inmigrantes, sino que también divide a los estadounidenses, enfrentando a unos contra otros en la lucha por trabajos y recursos.

El artículo original en el que se analiza esta situación fue escrito por Verónica Cárdenas, una ex fiscal del Departamento de Seguridad Nacional y fundadora de Humanigration, una plataforma digital que brinda apoyo a inmigrantes y sus defensores legales. Su material de opinión, titulado “Negar derechos a los inmigrantes termina erosionando las libertades civiles de los estadounidenses”, fue publicado en el portal político estadounidense The Hill. Cárdenas, con su experiencia en la aplicación de políticas de inmigración, advierte sobre los peligros de la retórica antiinmigrante y cómo estas políticas draconianas no solo afectan a los no ciudadanos, sino que son una amenaza para todos los estadounidenses.

Inmigrantes les quitarán sus trabajos

La afirmación de Trump de que los “inmigrantes les quitarán sus trabajos” no es nueva, pero sí preocupante. En su discurso ante la Asociación Nacional de Periodistas Negros, Trump insistió en que los inmigrantes eran los culpables del desempleo y la inseguridad laboral entre los afroamericanos. Al día siguiente, en la Universidad Estatal de Georgia, continuó con esta línea de ataque, declarando que los inmigrantes ilegales están “llegando desde prisiones, cárceles, instituciones mentales y manicomios”, una afirmación infundada y alarmista que busca justificar medidas más estrictas en nombre de la seguridad fronteriza. Sin embargo, esta narrativa es falsa y tiene como único propósito justificar una agenda de deportaciones masivas y políticas de exclusión.

La afirmación de Trump de que los “inmigrantes les quitarán sus trabajos” no es nueva, pero sí preocupante. En su discurso ante la Asociación Nacional de Periodistas Negros, Trump insistió en que los inmigrantes eran los culpables del desempleo y la inseguridad laboral entre los afroamericanos. Ilustración MidJourney

La historia muestra que estas tácticas no son nuevas en la política estadounidense. En la década de 1880, el miedo a que los inmigrantes chinos les quitaran sus trabajos a los trabajadores blancos llevó a la aprobación de la Ley de Exclusión China, la primera gran restricción migratoria en Estados Unidos. Aunque la ley estaba destinada a los no ciudadanos, en la práctica afectó a muchos estadounidenses de origen chino, negándoles la entrada y sometiéndolos a una discriminación abierta. La frase “inmigrantes les quitarán sus trabajos” se utilizó como un arma política para alimentar el miedo y justificar políticas de exclusión que, con el tiempo, erosionaron los derechos civiles de todos.

Libres para las injusticias

Durante la Segunda Guerra Mundial, la misma lógica se aplicó en la llamada “Operación Espalda Mojada”, una campaña de deportación masiva contra trabajadores mexicanos, muchos de los cuales eran ciudadanos estadounidenses. La excusa era la protección de los empleos para los ciudadanos estadounidenses, pero el impacto fue devastador para las comunidades mexicanas, separando familias y llevando a la deportación de personas que legalmente tenían derecho a permanecer en el país. Esta política mostró que, bajo la apariencia de seguridad fronteriza, se pueden cometer abusos graves y arbitrariedades que afectan no solo a los inmigrantes, sino también a los propios ciudadanos.

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La guerra contra el terrorismo en la década de 2000 llevó a la creación de la prisión de Guantánamo, donde los derechos constitucionales fueron ignorados en nombre de la seguridad nacional. Aunque al principio los detenidos eran principalmente extranjeros, pronto quedó claro que la erosión de los derechos podía alcanzar a cualquiera, incluidos los ciudadanos estadounidenses, como sucedió con José Padilla. Padilla, un ciudadano estadounidense arrestado en el aeropuerto de Chicago, fue clasificado como «combatiente enemigo» y detenido sin cargos, demostrando que la supresión de derechos en nombre de la seguridad podía afectar a todos, no solo a los inmigrantes.

La insistencia de Trump en que los “inmigrantes les quitarán sus trabajos” es una táctica política que busca desviar la atención de los problemas reales del país. Mientras los políticos se concentran en la supuesta amenaza que representan los inmigrantes, se ignoran cuestiones más apremiantes como la falta de inspecciones adecuadas de los contenedores que entran al país, una vía mucho más utilizada para el tráfico de drogas y otros contrabandos. Menos del 5% de estos contenedores son inspeccionados, a pesar de que, según la Asociación Antidrogas, los cárteles mexicanos y otras organizaciones criminales utilizan estos medios para traficar fentanilo y otras sustancias ilegales a gran escala.

Verónica Cárdenas advierte que la retórica de que los “inmigrantes les quitarán sus trabajos” es una falacia diseñada para dividir y desviar la atención de los verdaderos problemas. En lugar de temer a los inmigrantes, los estadounidenses deberían enfocarse en exigir políticas que realmente fortalezcan la economía y protejan los derechos de todos los trabajadores, sin importar su origen. Ilustración MidJourney.

Control político y social

La historia reciente demuestra que las políticas de seguridad fronteriza a menudo son una excusa para implementar medidas que restringen los derechos de todos. Los ciudadanos deben comprender que, cuando se acepta la violación de los derechos de una parte de la población, se sienta un peligroso precedente que puede afectar a todos. Trump y otros políticos que promueven estas narrativas de miedo se benefician de la polarización y la desinformación, y utilizan el miedo a los inmigrantes como una herramienta para ganar apoyo electoral.

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Verónica Cárdenas advierte que la retórica de que los “inmigrantes les quitarán sus trabajos” es una falacia diseñada para dividir y desviar la atención de los verdaderos problemas. En lugar de temer a los inmigrantes, los estadounidenses deberían enfocarse en exigir políticas que realmente fortalezcan la economía y protejan los derechos de todos los trabajadores, sin importar su origen. La historia ha demostrado que los intentos de restringir los derechos de los inmigrantes terminan por debilitar las libertades de todos.

 

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