Diosdado Cabello marca a presión y su presencia se siente en cada rincón de Venezuela. Mientras la oposición liderada por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia avanza con su campaña, el número dos del chavismo se ha convertido en una sombra constante, siguiendo sus pasos y enfrentando directamente cada movimiento. Esta dinámica no solo subraya la intensa competencia en las próximas elecciones, sino también la estrategia del chavismo para mantener su base de apoyo activa y comprometida.
El autor de este reportaje es Alonso Moleiro, periodista de renombre nacido en Caracas, egresado de la Universidad Central de Venezuela. Moleiro ha trabajado en diversos medios, comenzando en el rotativo El Globo y pasando por la revista Primicia y el diario El Nacional durante una década. Además, fue locutor y ancla informativa del Circuito Unión Radio por diez años y condujo espacios televisivos en Globovisión y en la plataforma digital Vivoplay. Actualmente, es corresponsal del diario español EL PAÍS desde hace cuatro años. En su reciente pieza editorial titulada “Diosdado Cabello, la sombra en la campaña de María Corina Machado y Edmundo González”, publicada en la Sección América de EL PAÍS, Moleiro explora cómo Cabello sigue de cerca a la oposición, destacando la compleja y tensa dinámica de la campaña electoral.
Diosdado Cabello en el cuerpo a cuerpo
En su artículo, Moleiro detalla cómo Diosdado Cabello marca a presión a la oposición, recorriendo los mismos destinos elegidos por Machado y González Urrutia. Trujillo, Falcón, San Fernando de Apure, Carora, Barquisimeto, Ciudad Bolívar y Monagas son solo algunos de los lugares donde el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela ha hecho acto de presencia, respaldando al candidato oficialista Nicolás Maduro. Esta estrategia de marcación no solo busca confrontar a los líderes opositores, sino también fortalecer la moral de los seguidores chavistas y garantizar la efectividad del 1X10, el mecanismo de movilización electoral del partido.
La insistencia de Cabello en seguir a la oposición ha causado cierta sorpresa. Tradicionalmente, el chavismo se ha esforzado por liderar la agenda informativa, no por seguir a sus adversarios. Sin embargo, la actual estrategia parece orientada a mantener a sus votantes más comprometidos y evitar una posible desbandada. “Diosdado Cabello marca a presión no solo para confrontar a sus adversarios, sino también para asegurar que su base de apoyo permanezca leal y activa”, comenta un dirigente político cercano al comando opositor, que prefirió mantenerse en el anonimato.
Además agregó la fuente que prefirió el anonimato: “El chavismo por primera vez está un paso atrás en términos de accionar frente al electorado y sobre suelo que llega la oposición llega Cabello y sus arengas: ¿Pero no será precisamente esta jugada una manera de seguir estando un paso delante de la oposición? No podemos olvidar que ante la adversidad estadística donde Nicolás Maduro en un escenario in vitrio pierde, sería tonto seguir haciendo lo mismo que han hecho durante más de 25 años y esperar los mismos resultados. Lo claro es que, no es azaroso mantener el poder por tanto tiempo, sin imaginar que hay una estructura especializada en pensar en el cómo hacerlo”.
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Un patrón dentro del mensaje
Los actos de campaña de Diosdado Cabello suelen centrarse en protestar contra las sanciones internacionales, responsabilizando a la oposición por la crisis económica del país. Este mensaje se repite en cada mitin, donde se culpa a María Corina Machado y a Edmundo González Urrutia de promover dichas sanciones. Mientras tanto, Nicolás Maduro y Jorge Rodríguez continúan con su propio recorrido proselitista, aunque en concentraciones más modestas. El despliegue publicitario que acompaña a estas actividades pinta a Maduro como un líder de culto, reforzando su imagen frente a la base chavista.
La coordinación de esta estrategia multifrontal ha sido discutida en reuniones del comando de campaña Venezuela Nuestra, que agrupa a los partidos oficialistas. Dichas reuniones se han llevado a cabo en el emblemático Hotel Humboldt, ubicado en la cima del Cerro El Ávila. Jorge Rodríguez, coordinador fundamental de los equipos electorales del chavismo, ha jugado un papel clave en la definición de esta táctica, que busca retener a los votantes más comprometidos y evitar que se alineen con la oposición.
Al parecer no es nada inédito
La presencia constante de Cabello en los eventos opositores tiene una finalidad clara: hacer acto de presencia, pedir reportes y ejercer presión. “Diosdado Cabello marca a presión para evitar una corrida de su gente, para asegurarse de que el chavismo duro se mantenga fiel”, afirma el historiador y analista político Pedro Benítez. Esta estrategia de confrontación directa recuerda a tácticas utilizadas por el chavismo en el pasado, donde se organizaban contraprotestas simultáneas para desafiar a la oposición y medir su fuerza en la calle.
Hasta ahora, no se han reportado incidentes significativos entre los militantes de ambos bandos. María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, al igual que otros líderes opositores, están impedidos de utilizar aviones por las autoridades, lo que los obliga a recorrer el país en automóvil. La actitud de los militares en los puestos de control, que solía ser hostil, ha mostrado signos de cambio, reflejando quizás una disminución en la animosidad.
Sumar fuerzas revolucionarias
El chavismo ha movilizado todo su aparato para esta campaña. Diosdado Cabello ha insistido en la importancia de ir más allá, de llegar a aquellos descontentos que han dejado de participar en política. “Hay que ir a buscarlos a todos, hablar como hermanos, como camaradas, seguir sumando a las fuerzas revolucionarias”, declaró recientemente en Monagas. Esta táctica busca no solo consolidar el apoyo existente, sino también atraer a aquellos desencantados con la política actual.
Para el analista Pedro Benítez, esta obsesión del chavismo por seguir de cerca a María Corina Machado tiene una explicación adicional. “El chavismo ve en Machado una antítesis de sus valores, una figura que simboliza todo lo que han combatido en su discurso durante años”, señala. La negación de la observación europea y las repetidas demandas a la oposición para que respete los resultados electorales forman parte de una narrativa que busca preparar el terreno para cualquier eventualidad.
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Cero tolerancias a la violencia
Jorge Rodríguez ha advertido repetidamente que cualquier acto de violencia será reprimido con dureza. “El que ande convocando a la violencia y perturbe la paz pública antes, durante, o después del proceso electoral, va preso”, declaró en una reciente rueda de prensa. Cabello, por su parte, ha acusado a la oposición de preparar el terreno para cantar fraude, utilizando encuestas que los favorecen. “No permitiremos que usen la violencia y las guarimbas para desconocer nuestra victoria. Nuestra victoria tiene que ser contundente”, afirmó en otro mitin.
En este contexto, la estrategia de seguir a Machado y González Urrutia se revela como una jugada calculada del chavismo para mantener la presión y asegurar su permanencia en el poder. Mientras tanto, la oposición continúa su recorrido por el país, enfrentando no solo las adversidades logísticas y políticas, sino también la constante presencia de Diosdado Cabello y sus seguidores. Así, la campaña electoral en Venezuela se convierte en un complejo juego de ajedrez, donde cada movimiento es crucial y cada paso es vigilado de cerca.
