Graves violaciones en un centro de “confinamiento antiterrorista”
La ONG Cristosal afirmó que Estados Unidos y El Salvador han cometido graves violaciones a los derechos humanos al deportar a más de 250 migrantes venezolanos a la megacárcel CECOT sin garantías judiciales, manteniéndolos en condiciones de detención arbitraria durante hasta cuatro meses, según su análisis.
Coordinación secreta y detenciones sin transparencia
Cristosal sostiene que existió un acuerdo secreto entre Washington y San Salvador para retener a los migrantes en cárceles salvadoreñas sin cargos, sin acceso a abogados ni visitas, con total falta de vigilancia judicial. Esto incluye a personas con casos de asilo abiertos en EE. UU., como Daniel Lozano‑Camargo.
Historias de tortura y aislamiento total
Los testimonios de migrantes repatriados hablan de golpizas, torturas, incomunicación y condiciones infrahumanas en el CECOT. Andry Hernández relató “beatings, rubber projectiles and sexual abuse”, describiendo el centro como un “infierno”.

Implicaciones legales y responsabilidad compartida
Cristosal subraya que la custodia material de los deportados implica obligaciones legales de ambos Estados, según normas internacionales como la Convención Americana y de la Corte IDH. El silencio oficial sobre el acuerdo secreto viola derechos a la información y al debido proceso.
Contexto geopolítico y represión en El Salvador
Este caso se suma al clima de escalada represiva bajo el gobierno de Bukele, que obligó a Cristosal a exiliarse por amenazas legales y vigilancia estatal. La alianza con la administración Trump facilitó la estrategia migratoria basada en el Centro de Confinamiento contra el Terrorismo (CECOT).
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Reflexión y llamado de atención
Este episodio revela una estrategia donde los derechos humanos se supeditan a objetivos políticos, y donde las personas se convierten en fichas de intercambio. Surge una inquietante pregunta: