¿Qué hicieron los estadounidenses a los chinos para temerles tanto?: Caso de biotecnología

La creciente influencia de China en el campo de la biotecnología ha puesto a Estados Unidos en una posición incómoda y potencialmente peligrosa. La dependencia de la producción de medicamentos y la investigación biotecnológica de origen chino ha generado un escenario geopolítico tenso que podría afectar gravemente la seguridad nacional de Estados Unidos. El caso de biotecnología expone una dinámica de poder que está cambiando el equilibrio global, y las implicaciones de este giro van mucho más allá de simples acuerdos comerciales o inversiones. La posibilidad de que China pueda interrumpir el suministro de medicamentos esenciales o manipular el desarrollo de biotecnología clave coloca a Estados Unidos en una posición de vulnerabilidad inédita en la historia moderna. La pregunta ahora es si esta dependencia fue accidental o el resultado de una estrategia deliberada de China para consolidar su dominio en la biotecnología y desplazar a Estados Unidos de su posición de liderazgo.

Este inquietante escenario fue expuesto con claridad por Emily Clise Tully, investigadora visitante en la Hoover Institution de Stanford, en un artículo publicado recientemente en The Hill bajo el título: “China está preparada para dominar la biotecnología en el siglo XXI”. Tully trabaja actualmente en Ginkgo Bioworks y anteriormente formó parte del Comité de Inteligencia del Senado y de la CIA, lo que le otorga un conocimiento privilegiado sobre las dinámicas de poder entre Estados Unidos y China. Su artículo revela datos alarmantes sobre cómo China ha tomado el control de una parte considerable de la cadena de suministro de medicamentos y biotecnología, y cómo esta dependencia podría convertirse en una herramienta de presión geopolítica. La investigación de Tully señala que el 90% de los ingredientes crudos utilizados en la fabricación de antibióticos en Estados Unidos provienen de China. La pregunta clave que se plantea es: ¿Qué ocurriría si el gobierno chino decidiera interrumpir este suministro en un momento de crisis?

La posibilidad de que China pueda interrumpir el suministro de medicamentos esenciales o manipular el desarrollo de biotecnología clave coloca a Estados Unidos en una posición de vulnerabilidad inédita en la historia moderna. Ilustración MidJourney

Entre China y EE.UU.: Caso de biotecnología

El ascenso de China en el campo de la biotecnología no es casual. Según Tully, se trata de una estrategia nacional cuidadosamente orquestada por el gobierno chino, con el presidente Xi Jinping a la cabeza, quien ha hecho de la biotecnología una prioridad estratégica desde 2012. La adopción de una hoja de ruta de 20 años para el desarrollo de la biología sintética es una muestra clara de que China ha estado trabajando sistemáticamente para posicionarse como la principal potencia biotecnológica del mundo. El caso de biotecnología no solo involucra la fabricación de ingredientes farmacéuticos, sino también el control de los ensayos clínicos y la producción de moléculas terapéuticas clave. La firma china WuXi, por ejemplo, está involucrada en una cuarta parte de todos los medicamentos utilizados en Estados Unidos, incluidos tratamientos para el cáncer y la obesidad. Esta posición dominante le otorga a China no solo poder económico, sino también una influencia directa sobre la salud pública y la seguridad médica en Estados Unidos.

Pero el impacto de la biotecnología china no se limita al sector farmacéutico. China también ha logrado capturar el mercado de la investigación en biología sintética. Actualmente, los investigadores chinos publican más del 60% de los artículos de alto impacto en este campo, una cifra que refleja la magnitud de su avance científico. Además, China ha invertido fuertemente en la formación de nuevos talentos. La competencia internacional iGEM, que comenzó en el MIT, ahora cuenta con una participación masiva de equipos chinos, que representan casi el 50% de los participantes. Mientras que Estados Unidos ha mantenido una presencia estable con alrededor de 50 equipos desde 2012, la explosión de participación china refleja el nivel de compromiso estatal y privado hacia el desarrollo de biotecnología. Este nivel de coordinación y planificación estratégica es lo que ha permitido a China convertirse en un actor dominante en el sector biotecnológico en menos de una década.

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Estados y empresas privadas

El caso de biotecnología también destaca el papel que juegan las inversiones gubernamentales y privadas en el ascenso chino. El gobierno chino ha más que duplicado las subvenciones otorgadas a WuXi, pasando de 21 millones de dólares en 2019 a 48 millones en 2023. Estas inversiones no solo fortalecen la capacidad productiva de las empresas chinas, sino que también consolidan la posición de China como el proveedor mundial de ingredientes clave para medicamentos. En contraste, Estados Unidos ha adoptado un enfoque fragmentado y reactivo frente al avance chino. Las inversiones estadounidenses en biotecnología han sido insuficientes para contrarrestar la estrategia china, y las pocas iniciativas para reducir la dependencia de China han fracasado debido a la falta de coordinación y visión a largo plazo.

El dominio chino en biotecnología también plantea riesgos estratégicos de gran magnitud. Si China decide cortar el suministro de ingredientes farmacéuticos a Estados Unidos, las consecuencias serán devastadoras. La interrupción en la disponibilidad de antibióticos, tratamientos para el cáncer o medicamentos para enfermedades crónicas podría provocar una crisis de salud pública sin precedentes. Además, el control chino sobre el ciclo de vida de los medicamentos le otorga una ventaja crítica en el desarrollo de nuevas terapias y tecnologías médicas. Esto significa que China podría no solo decidir qué medicamentos estarán disponibles para el mercado estadounidense, sino que también influirá directamente en los costos y en la disponibilidad de esos tratamientos.

La pregunta ahora es si esta dependencia fue accidental o el resultado de una estrategia deliberada de China para consolidar su dominio en la biotecnología y desplazar a Estados Unidos de su posición de liderazgo. Ilustración MidJourney.

Una “mina de oro” en ciernes

El argumento económico detrás de esta situación es igualmente preocupante. Actualmente, la biotecnología representa solo el 5% de la economía estadounidense, pero McKinsey estima que hasta el 60% de los insumos físicos de la economía global (plásticos, combustibles, madera, etc.) podrían, en principio, ser producidos mediante biotecnología. Si China logra consolidar su dominio en la biofabricación, Estados Unidos podría perder no solo su independencia en el ámbito médico, sino también en sectores industriales clave. La dependencia de China en este campo se convertiría en un arma de negociación estratégica que podría utilizarse para influir en las decisiones políticas y económicas de Estados Unidos.

El caso de biotecnología revela una realidad incómoda: Estados Unidos está perdiendo la carrera biotecnológica frente a China porque el gobierno chino ha implementado una estrategia de desarrollo nacional coherente y bien financiada. Mientras que China ha invertido en educación, investigación y desarrollo industrial, Estados Unidos ha permanecido en gran medida inmóvil, confiando en la iniciativa privada y en la innovación espontánea del mercado. La buena noticia es que Estados Unidos aún tiene margen de maniobra para revertir esta situación. Como señala Tully, Estados Unidos no necesita gastar más que China para competir en el campo de la biotecnología, pero sí necesita adoptar una estrategia audaz y coordinada. La creación de un laboratorio nacional de biotecnología y una mayor inversión en modelos de inteligencia artificial para el análisis de datos biológicos podrían permitir a Estados Unidos recuperar terreno en esta carrera.

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Complacencia política y negligencia estratégica

La pregunta central, sin embargo, permanece sin respuesta: ¿cómo fue posible que Estados Unidos permitiera que China capturara una parte tan crítica de la cadena de suministro médico y biotecnológico? La respuesta, probablemente, radica en una combinación de complacencia política y negligencia estratégica. Mientras China ejecutaba un plan nacional para dominar la biotecnología, Estados Unidos se conformaba con su liderazgo histórico y descuidaba las señales de advertencia. El siglo XXI será el siglo de la biotecnología, y el país que domine esta tecnología no solo tendrá una ventaja económica, sino también una ventaja estratégica y militar. China lo ha entendido claramente. La cuestión ahora es si Estados Unidos será capaz de despertar a tiempo para responder a este desafío o si quedará relegado a una posición de dependencia permanente.

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