David Lagunas: El canibalismo es una consecuencia y no una práctica arraigada

El canibalismo, esa una consecuencia que ha oscilado entre el tabú y el mito a lo largo de la historia humana, se erige no como un hábito inherente a ciertas culturas, sino más bien como una respuesta extrema a circunstancias extraordinarias. Esta es la premisa que David Lagunas, profesor de Antropología en la Universidad de Sevilla, expone en sus estudios, especialmente en su colaboración con The Conversation.

El concepto de antropofagia despierta una mezcla de horror, curiosidad y malentendidos. Desde los trágicos sucesos de 1972, donde los miembros de un equipo uruguayo de rugby recurrieron al canibalismo para sobrevivir tras un accidente aéreo en los Andes, hasta las representaciones en la reciente película «La Sociedad de la Nieve» de J.A. Bayona, el tema ha sido objeto de debate y reflexión. Aunque este acto fue inicialmente ocultado por los supervivientes por miedo a la censura y el juicio, eventualmente trascendió, exponiendo la compleja naturaleza del canibalismo.

Canibalismo: Situaciones extremas

Lagunas aborda el canibalismo no como una práctica cultural, sino como una reacción a situaciones extremas. Históricamente, la antropofagia ha aparecido en escenarios de extrema necesidad o desesperación. Por ejemplo, durante la hambruna en Ucrania en los años 30 y en la Segunda Guerra Mundial, en el sitio de Leningrado y en Bergen-Belsen, se reportaron casos de canibalismo.

canibalismo
El comer carne humana también ha sido documentado en sociedades preestatales en África, Melanesia, Nueva Guinea, Polinesia y Sumatra. Ilustración MidJourney

Este fenómeno no se limita a los tiempos de crisis. El comer carne humana también ha sido documentado en sociedades preestatales en África, Melanesia, Nueva Guinea, Polinesia y Sumatra. En estos contextos, a menudo se ha presentado como parte de rituales o costumbres sociales. Sin embargo, Lagunas y otros académicos como William Arens y Michel de Montaigne argumentan que la descripción de un grupo humano como caníbal muchas veces ha servido más como un mecanismo retórico para establecer una superioridad moral sobre ellos que como un reflejo de la realidad.

Tambièn puedes leer: Ígor Kirílov: EE.UU. crea epidemias controladas artificialmente como armas biológicas

Realidad y percepción

La relación de la humanidad con el canibalismo es, en palabras de Lagunas, «una compleja interacción entre la realidad y la percepción». Se ha utilizado tanto para demonizar a «el otro» – un término acuñado durante el colonialismo y perpetuado en diversas narrativas culturales – como para sobrevivir en situaciones de vida o muerte.

El término «caníbal» proviene de un malentendido lingüístico de Cristóbal Colón, quien confundió a los nativos del Caribe con los súbditos del Gran Khan de China, derivando el término de «Caribe» a «caníbal». Este error inicial ha tenido un impacto duradero en cómo se conceptualiza el canibalismo, a menudo vinculándolo con lo primitivo o salvaje.

Incluso en la historia moderna, casos extremos como los del asesino en serie Fritz Haarmann o el técnico de computadoras Armin Meiwes, que buscó a una víctima para consumirla a través de internet, ilustran cómo el canibalismo puede manifestarse en formas retorcidas y perturbadoras en la sociedad contemporánea.

Absorción de poder

Sin embargo, Lagunas enfatiza que el canibalismo no debe verse exclusivamente bajo una luz negativa. Cita ejemplos de prácticas rituales en diversas culturas, donde el consumo de partes humanas simboliza la absorción de poder o virtud. Estos actos, aunque pueden parecer extraños o incluso repugnantes desde una perspectiva occidental moderna, tienen sus propias lógicas y significados dentro de sus contextos culturales.

canibalismo
El acto de la Eucaristía católico y la conmemoración de La última cena remiten a la idea de ingerir un tótem, símbolo sagrado de un grupo, clan o linaje, para absorber su poder distintivo. Ilustración MidJourney

El debate sobre el acto de comer humanos se extiende más allá de su presencia física a su simbolismo  y representación en la cultura y la historia. La cuestión de quién tiene el derecho de juzgar estas prácticas también es central en el análisis de Lagunas. Él cuestiona la tendencia occidental a etiquetar rápidamente lo desconocido o lo diferente como bárbaro o inmoral, un legado del colonialismo y el etnocentrismo.

Tambièn puedes leer: Kristalina Georgieva: El FMI cree que la IA afectará 40% de los empleos del mundo

El cuerpo simbólico

El canibalismo no es ajeno a nosotros. El acto de la Eucaristía católico y la conmemoración de La última cena remiten a la idea de ingerir un tótem, símbolo sagrado de un grupo, clan o linaje, para absorber su poder distintivo. Tras el dogma de la transustanciación católica se expresa la idea de adquirir la divinidad (inmortalidad, perdón de los pecados…) por absorción comiendo el cuerpo de Cristo. Este “canibalismo ritual” comparte muchas de las características del concepto.

El trabajo de David Lagunas arroja luz sobre cómo el canibalismo, lejos de ser una práctica arraigada en ciertas sociedades, es un fenómeno complejo que se cruza con la historia, la cultura, la moralidad y la supervivencia. Al desafiar nuestras nociones preconcebidas y explorar las diversas formas en que el canibalismo se ha manifestado a lo largo de la historia, Lagunas nos invita a reconsiderar nuestras percepciones y juicios sobre este tema controvertido.

Related articles

- Publicidad -spot_imgspot_img
spot_imgspot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí