Acceder a una casa nueva se ha convertido en una de las frases más repetidas en la reciente estrategia política de Kamala Harris. En un reciente mitin en Carolina del Norte, la vicepresidenta de Estados Unidos dejó en claro que la crisis de la vivienda es una prioridad en su agenda. Harris prometió trabajar junto con la industria de la construcción para aumentar la oferta de viviendas, tanto para alquiler como para compra, mediante la eliminación de barreras burocráticas y la reducción de trámites estatales y locales. Este enfoque renovado por parte de Harris y su equipo ha sorprendido a analistas y críticos, convirtiendo la vivienda asequible en un tema central del debate político, algo que no se veía desde los tiempos de la Gran Sociedad de Lyndon Johnson en los años 60.
Max Burns, un reconocido estratega demócrata y fundador de Third Degree Strategies, ha sido una de las voces más destacadas en comentar esta nueva dirección política de Harris. En un artículo publicado recientemente en The Hill, titulado “Construye, nena, construye: cómo Kamala Harris lidera la crisis de vivienda en Estados Unidos”, Burns argumenta que la Convención Nacional Demócrata de la semana pasada marcó un cambio importante en la postura del partido con respecto a la política de vivienda. Según Burns, la frase «construye, nena, construye» refleja el nuevo espíritu dentro del Partido Demócrata, una llamada a la acción para abordar la grave escasez de viviendas en el país, mientras se vuelve a centrar en la clase trabajadora estadounidense y su derecho. a disfrutar de los beneficios de ser propietario de una vivienda.
Harris promete acceder a una casa
En la convención, Harris subrayó que acceder a una casa nueva es un derecho que debe ser garantizado a todos los ciudadanos, no solo a una minoría privilegiada. Este mensaje resonó especialmente en un país donde el precio medio de la vivienda supera los 400.000 dólares y donde 40 millones de potenciales compradores están excluidos del mercado debido a los elevados costos. Para Harris, la solución pasa por derribar las barreras que dificultan la construcción de nuevas viviendas y proporcionar incentivos federales que facilitan la expansión del mercado inmobiliario. Esta estrategia busca no solo satisfacer la demanda, sino también contrarrestar las críticas que señalan que los subsidios a la propiedad solo incrementan los precios de las viviendas existentes.

Acceder a una casa nueva es una necesidad urgente para millones de jóvenes estadounidenses que sueñan con convertirse en propietarios. Según una encuesta de Bloomberg-Harris, aproximadamente la mitad de los estadounidenses entre 18 y 29 años todavía viven en casa de sus padres, en parte debido a la falta de opciones mayores. Esta situación no solo afecta su independencia emocional, sino que también tiene un efecto negativo en la economía, ya que los potenciales compradores retrasan la formación de familias, una decisión que repercute en las economías locales. La propuesta de Harris de proporcionar un crédito hipotecario de 25.000 dólares a los compradores primerizos tiene el potencial de cambiar este panorama, aliviando la carga financiera y facilitando el acceso a una vivienda propia.
Un plan caro y detallado
A diferencia de las propuestas del expresidente Donald Trump, que a menudo carecen de detalles específicos, Harris y su equipo han presentado un plan claro para abordar la crisis de la vivienda. El plan incluye facilitar a las localidades la zonificación y planificación para la construcción de viviendas multifamiliares, así como brindar incentivos federales para proyectos de vivienda asequibles. Este enfoque también busca fomentar una colaboración bipartidista, aprovechando el creciente apoyo a nivel local en estados republicanos, donde ya se han tomado para reducir la burocracia y estimular la construcción de nuevas viviendas. «Estados Unidos no es un museo», afirmó la alcaldesa de San Francisco, London Breed, durante la convención, subrayando la necesidad de ver las ciudades como espacios dinámicos, habitados y en crecimiento, y no como reliquias inmutables.
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El enfoque de Harris ha recibido críticas, pero también ha despertado un interés significativo entre los votantes jóvenes y de la clase media que se sienten marginados por el mercado inmobiliario actual. Acceder a una casa nueva no es solo una cuestión económica, sino también una cuestión de justicia social, argumenta Harris, quien ha defendido que todos los ciudadanos deben tener la oportunidad de prosperar y contribuir a sus comunidades locales. Al hacer de la vivienda un tema central de su política, Harris no solo está respondiendo a una necesidad apremiante, sino que también está reafirmando un valor tradicional del Partido Demócrata: el compromiso con la equidad y la justicia económica.
Un sólido punto de apoyo
En un contexto de polarización política creciente, acceder a una casa nueva puede ser una de las pocas ideas capaces de reunir a votantes de diferentes afiliaciones partidarias. Según un estudio reciente del Urban Institute, un think tank no partidista, hay un apoyo amplio para la construcción de viviendas tanto entre los demócratas como republicanos. Esta convergencia de intereses ofrece a Harris la oportunidad de liderar un cambio significativo en la política de vivienda, que podría tener un impacto duradero en la vida de millones de estadounidenses.

La aceptación por parte de Harris de este enfoque audaz también representa una respuesta directa a los desafíos de sus críticos. En lugar de limitarse a subsidiar la propiedad de viviendas, Harris propone una expansión masiva de la oferta, lo que podría ayudar a moderar los precios en el mercado inmobiliario y evitar un aumento desmedido de los precios de las viviendas existentes. La vicepresidenta ha reiterado que acceder a una casa nueva no debería ser un privilegio reservado para unos pocos, sino un derecho al que todos los ciudadanos deben tener acceso, independientemente de su estatus económico o lugar de residencia.
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En definitiva, la nueva dirección de Harris en materia de vivienda es un reflejo de su compromiso por abordar uno de los problemas más urgentes del país con un enfoque inclusivo y detallado. Al centrarse en la construcción de viviendas asequibles y en la eliminación de barreras burocráticas, Harris está tomando una posición firme para garantizar que acceder a una casa nueva sea una realidad para todos, no solo una promesa de campaña. Esta estrategia podría reconfigurar el debate político y proporcionar una solución a largo plazo a la crisis de vivienda en Estados Unidos, demostrando que, en política, las grandes ideas aún pueden tener un impacto significativo.