El presidente Luiz Inácio Lula da Silva anunció que Brasil invocará su Ley de Reciprocidad Económica en respuesta a la decisión de Donald Trump de imponer un arancel del 50 % a bienes brasileños, una medida que considera “falsa” la narrativa del déficit estadounidense en su comercio bilateral.
Defensa de la soberanía económica brasileña
Lula enfatizó que Brasil es una nación soberana con instituciones independientes, y que cualquier arancel unilateral será contrarrestado conforme a su legislación. Además, aseguró que la afirmación de EE.UU. sobre un supuesto déficit es “falsa”, pues Brasil mantiene un superávit acumulado de 410 000 M USD en 15 años.

Aranceles del 1 de agosto: represalia y comprensión global
Trump anunció que estas tarifas del 50 % entrarían en vigor el 1 de agosto, argumentando razones económicas y políticas —como el juicio contra Bolsonaro— más allá del simple desequilibrio comercial. Esta medida generó una caída del real, caída de la Bolsa brasileña, y una ola de rechazo diplomático.
Ley de Reciprocidad: potencia legal frente a la presión
La reciprocidad económica permite a Brasil suspender acuerdos comerciales, de inversión o propiedad intelectual con quienes impongan aranceles injustificados. Lula apuntó que aplicará esta herramienta sin titubeos si EE.UU. sigue adelante, defendiendo la integridad jurídica del país frente a injerencias externas.
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Especialistas ponderan impacto y consecuencias
Expertos como Eswar Prasad (Brookings) advierten que, aunque la ley le da a Brasil margen, una escalada arancelaria podría aumentar la inflación interna y presionar las cadenas de suministro (el economista Oliver Stuenkel (FGV) resalta que esta tensión pone en riesgo la estabilidad del comercio hemisférico, demandando una gestión más diplomática y menos por decreto.
Riesgos de escalada y la postura regional
El anuncio del arancel estadounidense y la respuesta brasileña marcan un peligroso precedente. Si la contienda crece, podría derivar en una guerra comercial que impacte la integración regional, con Brasil obligado a coordinar su respuesta diplomática con aliados como la UE, MERCOSUR y China.

¿Será la Ley de Reciprocidad suficiente para detener las agresiones arancelarias de EE.UU. o esta disputa desatará una nueva ronda de tensiones globales que golpeen la economía brasileña y regional?