Este fin de semana, en el bullicioso bulevar frente al palacio presidencial de Taipei, se desarrolló una escena que podría haber sido extraída de las peores pesadillas de Taiwán: una protesta que rápidamente se tornaba violenta, culminando en caos y derramamiento de sangre. Pero en lugar de ser un incidente real, era una recreación para la televisión. “Zero Day”, una nueva serie dramática de diez episodios, está en proceso de producción y, antes de su estreno oficial, ya ha encendido acalorados debates en Taiwán. La serie dramatiza lo que muchos consideran un escenario cada vez más plausible: la invasión de China a Taiwán, un tema que sigue siendo un tabú en muchas producciones cinematográficas y televisivas debido a sus profundas implicaciones políticas.
El reportaje original sobre esta serie, publicado por The New York Times bajo el título “¿Qué pasaría si China invadiera Taiwán? Un programa de televisión plantea preguntas difíciles”, fue escrito por Chris Buckley y Amy Chang-Chien, dos periodistas con vasta experiencia en la región. Buckley, especializado en China y Taiwán, se ha dedicado a desentrañar las complejidades políticas y sociales de estos países desde su base en Taipei. Chang-Chien, por su parte, ha cubierto un amplio espectro de temas en China y Taiwán, incluidos los confinamientos por la COVID-19 y las tensiones en el estrecho de Taiwán. Ambos reporteros destacan la importancia de la serie en el contexto actual, señalando que aunque la idea de una invasión china puede parecer alarmista, es una posibilidad que muchos en Taiwán consideran con creciente seriedad.
Invasión de China a Taiwán
La trama de “Zero Day” sigue un hilo conductor que se ha convertido en una preocupación constante para los taiwaneses: la invasión de China a Taiwán. La historia se centra en varios personajes, desde un presentador de televisión hasta un presidente ficticio y una presidenta electa, quienes enfrentan los desafíos de un bloqueo chino y la posterior invasión. La serie explora no solo los aspectos militares del conflicto, sino también las consecuencias sociales, económicas y psicológicas de un enfrentamiento de tal magnitud. La narrativa muestra cómo el bloqueo provoca escasez de recursos en la isla, genera saqueos, desestabiliza la economía y siembra el caos entre la población, mientras las fuerzas chinas avanzan hacia la costa taiwanesa.

Los creadores de “Zero Day”, liderados por la productora y guionista principal Cheng Hsin-mei, han defendido la serie como un llamado de atención necesario para el público taiwanés. En una entrevista, Cheng destacó que la serie busca romper con la complacencia generalizada sobre la posibilidad de un conflicto bélico con China. “Nadie habla de cómo afrontaría realmente una guerra, de cómo afrontaría esa posibilidad”, comentó. “Quiero hablar de ello, porque creo que es el mayor temor que alberga cada taiwanés”. Esta afirmación subraya la intención del programa de iniciar una conversación crítica sobre un tema que muchos prefieren evitar.
La oposición los critica
A pesar del apoyo que ha recibido, “Zero Day” también ha sido objeto de duras críticas, especialmente por parte de la oposición política en Taiwán. Los detractores argumentan que la serie es alarmista y podría ser utilizada como una herramienta de propaganda por el gobernante Partido Progresista Democrático (DPP, por sus siglas en inglés), que ha mantenido una postura firme contra las reclamaciones de soberanía de Pekín sobre la isla. Una recreación de la la invasión de China a Taiwán es una mala señal. Los críticos señalan que el Ministerio de Cultura de Taiwán y un fondo vinculado al gobierno han financiado la producción, y que se han utilizado instalaciones militares y el palacio presidencial para filmar algunas escenas, lo que refuerza sus sospechas de que el drama podría estar siendo instrumentalizado con multas políticas.
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Jaw Shaw-kong, candidato a vicepresidente por el Partido Nacionalista, fue uno de los críticos más vocales, calificando la serie como un “anuncio electoral disfrazado”. Según él, la financiación estatal y el uso de recursos públicos en la producción son una muestra clara de que el gobierno está utilizando el “Día Cero” para avanzar en su agenda política. Sin embargo, Lo Ging-zim, uno de los diez directores de la serie, rechazan las acusaciones, afirmando que es común que las producciones de cine y televisión en Taiwán reciban algún tipo de apoyo gubernamental. También reveló que la invasión rusa a Ucrania fue una de las principales fuentes de inspiración para sumarse al proyecto, sugiriendo que el programa busca reflejar cómo China podría desestabilizar a Taiwán a través de tácticas no convencionales, como la desinformación y la guerra psicológica.
Sangre en las calles
El tráiler de 17 minutos de “Zero Day”, lanzado en línea antes de que la serie termine de filmarse, ofrece un vistazo sombrío de lo que los espectadores pueden esperar. En él, se muestran escenas de caos en las calles, rumores que circulan en las redes sociales afirmando que el presidente de Taiwán ha huido del país, y tensiones que se desbordan en enfrentamientos violentos. Según Lo, estas escenas buscan destacar cómo, en un escenario real, Pekín podría utilizar la desinformación para sembrar confusión y divisiones entre la población taiwanesa, debilitando así la capacidad de resistencia del país. Este enfoque en la guerra política y psicológica, más allá del enfrentamiento militar directo, es uno de los elementos que Lo considera crucial para el éxito de la serie.
Aunque el impacto de “Zero Day” aún está por verse, la serie ya ha logrado lo que sus creadores pretendían: generar debate. Para algunos, como Janet Hsieh, quien interpreta a la presidenta electa de Taiwán en la serie, el programa es una oportunidad para explorar las complejidades de la política y las relaciones personales en un contexto de crisis. “En realidad, nada es blanco o negro”, comentó Hsieh en una entrevista, destacando cómo la serie pone de relieve las difíciles decisiones que enfrentan los personajes, desde elegir entre huir o quedarse, hasta decidir si colaborar o resistir a la invasión de China a Taiwán. Esta ambigüedad moral es lo que, según los creadores, hace que “Zero Day” sea más que un simple drama de guerra, convirtiéndolo en una reflexión sobre las realidades políticas y sociales que podrían enfrentar los taiwaneses en un futuro no muy lejano.

El gobierno está en contemplación
Mientras tanto, el gobierno de Taiwán ha guardado silencio sobre las críticas al programa, aunque algunos funcionarios han señalado que cualquier discusión sobre la defensa de la isla es bienvenida. Los expertos en seguridad también han expresado opiniones divididas sobre el impacto de la serie. Brian Hart, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, sugiere que programas como “Zero Day” pueden ser útiles para sensibilizar al público sobre los riesgos reales que enfrenta Taiwán. “Disuadir y resistir los ataques chinos requiere algo más que capacidades militares”, afirmó Hart, destacando la importancia de preparar a la sociedad taiwanesa para los desafíos psicológicos y políticos que conllevaría una invasión.
La escena filmada recientemente frente al palacio presidencial de Taipei, donde manifestantes taiwaneses se enfrentan a infiltrados pro chinos que incitan a la violencia, es un claro ejemplo de cómo “Zero Day” busca retratar las formas en que China podría intentar desestabilizar a Taiwán desde dentro. Según Wu Zi-en, director del episodio, esta representación evita glorificar la violencia, buscando en cambio una representación más realista y sombría de lo que podría ser un conflicto moderno. “Si hubiera demasiadas escenas heroicas, sería demasiado fantástico”, comentó Wu. “Estaría un poco fuera de sintonía con la realidad”.
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En última instancia, “Zero Day” no solo es un producto de entretenimiento, sino una herramienta para explorar y discutir una de las mayores amenazas a las que se enfrenta Taiwán. Su recepción, tanto por parte del público como de los críticos, será un indicador importante de cómo la sociedad taiwanesa percibe el creciente riesgo de una invasión de China a Taiwán. Mientras los realizadores completan los últimos episodios, la conversación en torno a la serie continúa creciendo, reflejando las profundas divisiones y preocupaciones que este tema suscita en la isla.

