Brasil es para The Wall Street Journal el “hazmerreír” de la Cumbre del G20

Brasil, bajo la administración de Luiz Inácio Lula da Silva, se encuentra en el centro de una controversia internacional tras ser descrito por The Wall Street Journal como el “hazmerreír” de la Cumbre del G20. El evento, que se llevará a cabo esta semana en Río de Janeiro, será una plataforma para lanzar una ambiciosa iniciativa contra el hambre y la pobreza en el mundo para el año 2030. Sin embargo, las políticas internas y externas de Brasil han puesto en entredicho la credibilidad de su liderazgo, convirtiendo al país en un blanco de críticas a nivel mundial.

El artículo titulado: “La decadencia de Brasil y América Latina”, escrito por Mary Anastasia O’Grady, expone los problemas estructurales y políticos que afectan al gigante sudamericano. O’Grady, quien es columnista de la sección “The Americas” de The Wall Street Journal, es reconocida por sus análisis sobre política y economía en América Latina. Desde su incorporación al diario en 1995 y su posición como miembro del consejo editorial desde 2005, O’Grady ha sido una voz influyente en la interpretación de los eventos regionales. En su columna, argumenta que la democracia y las políticas económicas sólidas están en decadencia en toda la región, y que Lula lidera este retroceso.

Brasil, la corrupción y la exclusión

Brasil ha intentado durante mucho tiempo posicionarse como una potencia hegemónica en Sudamérica, pero el camino que ha seguido bajo la administración actual parece socavar esas aspiraciones. La cumbre de Río, promovida como una oportunidad para consolidar liderazgo regional, ha sido empañada por decisiones políticas que priorizan la retórica antioccidental sobre el fortalecimiento institucional. Lula, quien en su discurso ha abanderado la lucha contra la pobreza y el cambio climático, enfrenta cuestionamientos por las contradicciones entre sus palabras y sus acciones. Su respaldo a regímenes autoritarios como el de Nicolás Maduro en Venezuela ha sido particularmente controversial. En una reciente votación de la Organización de los Estados Americanos para reconocer al líder opositor Edmundo González Urrutia como ganador de las elecciones venezolanas, Brasil se alineó con países como México y Colombia para bloquear la resolución, una acción que generó críticas por su aparente desprecio a los principios democráticos.

El artículo titulado: “La decadencia de Brasil y América Latina”, escrito por Mary Anastasia O’Grady, expone los problemas estructurales y políticos que afectan al gigante sudamericano. Ilustración MidJourney

Mientras Lula insiste en su visión de un Brasil alineado con el bloque BRICS, su enfoque hacia un modelo corporativista y centralizado parece alejándolo de los valores democráticos. Este bloque, compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, tiene como objetivo reducir la influencia del dólar y las instituciones financieras occidentales. Sin embargo, las iniciativas propuestas por Lula, como un impuesto global a la riqueza para financiar causas sociales y climáticas, han sido recibidas con escepticismo, dada la reputación del Partido de los Trabajadores de Brasil en esquemas de corrupción a gran escala.

Economía en barrena

La economía brasileña también está bajo presión. Las políticas fiscales laxas han incrementado el déficit del sector público al 9,34% del PIB, según datos recientes de Goldman Sachs. Esto, junto con una inflación anual del 4,6% y tasas de interés al 11,25%, está ahogando a las pequeñas y medianas empresas, que enfrentan costos prohibitivos para acceder al crédito. Estas cifras reflejan una preocupante falta de control fiscal y han alimentado dudas sobre la capacidad de Lula para gestionar la economía sin recurrir a medidas que perjudiquen a los sectores más vulnerables.

Tambièn puedes leer: WIRED: Estados Unidos ha hostigado a Maduro desde mucho antes del 28J

En este contexto, la figura de Brasil en la Cumbre del G20 aparece debilitada. La iniciativa de luchar contra la pobreza y el hambre, liderada por Lula, ha sido calificada de irónica por algunos analistas, dada la historia reciente de corrupción y mala gestión en el país. Críticos como O’Grady consideran que estas iniciativas son más un ejercicio de relaciones públicas que un compromiso genuino con el progreso social. Para ella, Brasil no solo está perdiendo influencia moral, sino también económica, lo que limita su capacidad de liderar con autoridad.

China se impone sobre Lula

En el plano internacional, la creciente influencia de China en América Latina también ha desafiado la posición de Brasil. El caso del puerto de Chancay en Perú, controlado mayoritariamente por intereses chinos, ilustra cómo la región está siendo reconfigurada por el poder económico asiático. A pesar de los esfuerzos de Lula por posicionarse como un líder global, Brasil parece estar siendo relegado en un escenario dominado por otras potencias emergentes.

En el plano internacional, la creciente influencia de China en América Latina también ha desafiado la posición de Brasil. El caso del puerto de Chancay en Perú, controlado mayoritariamente por intereses chinos, ilustra cómo la región está siendo reconfigurada por el poder económico asiático. Ilustración MidJourney.

El panorama político de la región también influye en la percepción de Brasil. Desde la toma de poder por parte de Claudia Sheinbaum en México hasta la consolidación de regímenes autoritarios en Venezuela, Bolivia y Nicaragua, la democracia en América Latina está en crisis. En este contexto, las acciones de Lula refuerzan una narrativa de retroceso democrático que afecta no solo a Brasil, sino a la región en su conjunto.

Lula no puede con su país

El destino del banco central brasileño es otra preocupación. Con el mandato del actual presidente Roberto Campos Neto llegando a su fin, la posible designación de Gabriel Galípolo ha generado incertidumbre sobre la independencia de la institución. Una pérdida de autonomía podría tener consecuencias desastrosas para la estabilidad económica del país, afectando de manera desproporcionada a los sectores más vulnerables.

Tambièn puedes leer: ¿Un analista de Atlantic Council puede dar a la prensa un análisis objetivo de la guerra Rusia-Ucrania?

Brasil enfrenta un momento crítico. Su aspiración de liderar en la Cumbre del G20 se ve empañada por una serie de desafíos internos y externos que ponen en duda su capacidad para actuar como un referente regional. Mientras el mundo observa, la administración de Lula debe decidir si seguirá priorizando un modelo que favorece la centralización y la retórica ideológica, o si adoptará reformas que permitan a Brasil recuperar su credibilidad y liderazgo en el escenario global. En cualquier caso, el legado de esta cumbre marcará el futuro del gigante sudamericano en los próximos años.

Related articles

- Publicidad -spot_imgspot_img
spot_imgspot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí