Bolsonaro es solo la cara de una malignidad que aún exhala su vaho en Amazonas

En las dinámicas políticas y sociales de Brasil, la figura de Jair Bolsonaro ha emergido como un ícono polarizador, representando para muchos la encarnación de la extrema derecha. Sin embargo, esta visión apenas roza la superficie de una complejidad mucho mayor que se extiende por el tejido de la sociedad brasileña, especialmente en su región más emblemática y conflictiva: la Amazonia. El análisis de estos fenómenos requiere una mirada que trascienda las manifestaciones episódicas de apoyo y se adentre en las profundidades de una ideología que ha encontrado en Bolsonaro no a su creador, sino a su máximo exponente.

La reconocida periodista brasileña Eliane Brum, con una dilatada carrera marcada por más de 40 premios nacionales e internacionales, nos ofrece a través de su columna en El País, una ventana privilegiada para comprender estas dinámicas. En su pieza «El golpista y el asesino», traducida por Meritxell Almarza, Brum desentraña cómo una pequeña localidad amazónica, Medicilandia, se convierte en un microcosmos explicativo de la fuerza de la extrema derecha en Brasil. Este enfoque nos invita a considerar el bolsonarismo más allá de la figura de Bolsonaro, como una corriente que preexiste y probablemente sobrevivirá al personaje que le ha dado nombre y rostro.

Bolsonaro y el “pastor Daniel”

Medicilandia, una ciudad de apenas 27.000 habitantes situada en la carretera Transamazónica, emerge en este relato no solo por su tamaño o ubicación, sino por ser el escenario donde convergen historias de redención y poder que ilustran la persistencia de las ideas de Bolsonaro. Darci Alves Pereira, conocido por su papel en el asesinato del ecologista Chico Mendes, y ahora reconvertido en «pastor Daniel», encarna esta complejidad. Su transformación de convicto a líder local del Partido Liberal y posteriormente precandidato a concejal, bajo la bandera bolsonarista, destapa las capas de una ideología que se retroalimenta de antiguas y nuevas narrativas de conquista y dominación.

Bolsonaro
El desafío que enfrenta Brasil no es solo el de superar el legado político de Bolsonaro, sino el de abordar las raíces profundas del bolsonarismo que se entrelazan con la historia, la cultura y la economía de la Amazonia y del país en su conjunto. Ilustración MidJourney

La región de la Amazonia Legal, que abarca nueve estados y constituye más de la mitad del territorio brasileño, se presenta como el bastión de estas mentalidades. Aquí, la figura de Chico Mendes, venerada globalmente como la de un mártir ecologista, es vista bajo una luz diametralmente opuesta por una parte significativa de la población. Para ellos, Mendes representaba un obstáculo para el «progreso» y su asesinato, lejos de ser un crimen, fue interpretado como un acto de «servicio». Este choque de percepciones revela la existencia de una fractura profunda en la sociedad brasileña, donde los conceptos de justicia, progreso y conservación se encuentran en constante tensión.

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«Pioneros» y «defensores del progreso»

Con la redemocratización de Brasil y la promulgación de la Constitución de 1988, se intentó redefinir el marco legal y ético del país, reconociendo los derechos de los pueblos indígenas y estableciendo límites a la explotación desenfrenada de la Amazonia. Sin embargo, para aquellos que se veían a sí mismos como «pioneros» y «defensores del progreso», estos cambios representaron una amenaza a su modo de vida y a su visión del mundo. La elección de Bolsonaro, con su discurso de redención y liberación de las «cadenas» impuestas por la legislación ambiental y los derechos indígenas, resonó profundamente con estos sectores, brindándoles un sentido de legitimación y empoderamiento.

La dimensión religiosa, en particular el auge de las iglesias evangélicas en la Amazonia, añade otra capa a este complejo entramado social y político. Estas congregaciones, que han formado la base más sólida de apoyo a Bolsonaro, ofrecen no solo una redención espiritual, sino también una plataforma política desde la cual reivindicar una visión del mundo que pone a Dios y al progreso material en el centro de su cosmovisión. El «pastor Daniel» y su predicación encapsulan esta sinergia entre fe, política y la reivindicación de una identidad amazónica en contra de las narrativas dominantes de conservación y derechos indígenas.

Dinastía de asesinos

El trasfondo de Medicilandia, nombrada en honor a Emílio Garrastazu Médici, presidente durante uno de los periodos más represivos de la dictadura brasileña y promotor de una política de ocupación y explotación de la Amazonia, revela las continuidades históricas que alimentan al bolsonarismo. Esta elección no es casual, sino que refleja una filiación ideológica que entrelaza la memoria de la dictadura con las aspiraciones contemporáneas de dominio y transformación de la Amazonia.

Bolsonaro
La tarea que tenemos por delante es la de entender y abordar las múltiples dimensiones que conforman el tejido social y político de la Amazonia y, por extensión, de Brasil, reconociendo la complejidad de los desafíos que enfrentamos y buscando caminos hacia la reconciliación y el entendimiento mutuo. Ilustración MidJourney.

Frente a este panorama, la figura de Bolsonaro emerge como el catalizador de una serie de tensiones y contradicciones preexistentes en la sociedad brasileña. Su liderazgo ha proporcionado cohesión y visibilidad a una corriente de pensamiento y acción que, si bien centrada en su persona, trasciende ampliamente su figura. El desafío que enfrenta Brasil no es solo el de superar el legado político de Bolsonaro, sino el de abordar las raíces profundas del bolsonarismo que se entrelazan con la historia, la cultura y la economía de la Amazonia y del país en su conjunto.

Maldad con y sin Bolsonaro

La persistencia del bolsonarismo, incluso en ausencia de Bolsonaro, nos obliga a reflexionar sobre las vías para reconciliar estas visiones conflictivas del desarrollo, la conservación y la justicia social en Brasil. Este proceso no será sencillo, pero es fundamental para la construcción de un futuro sostenible y equitativo para todos los brasileños. La tarea que tenemos por delante es la de entender y abordar las múltiples dimensiones que conforman el tejido social y político de la Amazonia y, por extensión, de Brasil, reconociendo la complejidad de los desafíos que enfrentamos y buscando caminos hacia la reconciliación y el entendimiento mutuo.

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Este camino hacia la reconciliación y el entendimiento mutuo requiere un esfuerzo colectivo y multidisciplinario que abarque desde la política hasta la educación, pasando por la economía y la cultura. Es imprescindible que se promueva un diálogo inclusivo que no solo contemple las voces de los defensores ambientales y los pueblos indígenas, sino que también integre a aquellos sectores de la sociedad que se han sentido marginados o demonizados por los cambios socioambientales y legales de las últimas décadas.

Este diálogo debe buscar puntos de encuentro y comprensión mutua, reconociendo las legítimas necesidades de desarrollo económico de la región, pero enmarcándolas dentro de un modelo sostenible y respetuoso con los derechos humanos y la conservación ambiental. Solo así podremos esperar superar las profundas divisiones que el bolsonarismo ha expuesto y comenzar a tejer un futuro común que honre la rica diversidad cultural y natural de Brasil, especialmente de su Amazonia, garantizando un legado de paz y prosperidad para las generaciones futuras.

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