La salud pública en Gaza enfrenta una catástrofe humanitaria sin precedentes: fuentes médicas locales informan que al menos 67 niños han fallecido por desnutrición severa en los últimos meses, mientras el cerco israelí se prolonga por 133 días consecutivos.
La hambruna como arma de guerra: impacto en la infancia
El empeoramiento histórico del hambre en Gaza fue confirmado por UNICEF, que reportó un aumento del 146 % en casos de malnutrición aguda desde febrero e indicó que miles de menores han sido hospitalizados solo en mayo. Médicos describen a los infantes como “esqueletos vivientes”, luchando día a día por sobrevivir bajo condiciones extremas.

Infraestructura colapsada y barreras al auxilio
El bloqueo israelí ha cortado suministro de combustible, electricidad y agua, colapsando instalaciones sanitarias esenciales y limitando la llegada de ayuda. Más de 600 personas han muerto intentando acceder a entregas de alimentos en zonas fuertemente militarizadas. Sin combustible, hospitales y centros de atención nutricional carecen incluso de generadores.
Tambièn puedes leer: Alcaldesa Bass firma orden ejecutiva para proteger migrantes ante redadas federales
Ataques a puntos de ayuda intensifican la crisis
Un bombardeo en Deir al-Balah impactó cerca de un punto de distribución de suplementos nutricionales para niños y embarazadas, causando al menos 10 muertes infantiles y múltiples heridos, incluidos pacientes en espera de atención médica. Organizaciones como Project HOPE declararon el incidente como catastrófico y exigieron un alto al fuego inmediato y acceso garantizado a la asistencia humanitaria.
Ciudadanos y expertos reclaman acción internacional
“Esto no es un accidente, es una política de hambre sistemática”, denunció James Elder, portavoz global de UNICEF, después de su quinta misión a la región. Grupos como Médicos Sin Fronteras, la ONU, y el WFP han calificado el bloqueo como un posible crimen de guerra, haciendo un llamado a suspender hostilidades y abrir corredores humanitarios.

El futuro está en juego: déficit estructural y riesgo generacional
Con más de 650.000 niños en grave amenaza de fallecer por desnutrición, la situación es calificada por la OMS y la ONU como «famine in the making», es decir, hambre masiva en desarrollo. Sin garantías de paz o distribución regular de alimentos, la próxima generación de gazatíes enfrenta un futuro marcado por daños físicos, cognitivos y psicológicos irreversibles.
¿Podrán la comunidad internacional y las agencias de ayuda movilizarse con urgencia para revertir esta tragedia silenciosa antes de que otra decena de niños sucumba a una muerte evitable por hambre?