El presidente Donald Trump extendió los plazos de las negociaciones comerciales al posponer la tregua arancelaria hasta el 1 de agosto, aunque no evitó imponer nuevas tasas a aliados clave como Japón y Corea del Sur: ambas enfrentarán un alza del 25 % sobre sus exportaciones hacia EE.UU. a partir de esa fecha.

Presión selectiva: plazos y objetivos simultáneos
Trump combina una aparente flexibilidad —al extender la tregua— con una postura firme al ratificar las tasas para Japón y Corea, lo que permite alentar negociaciones mientras aplica presión real. La Casa Blanca anunció cartas a 14 países informando estas tasas, que oscilan entre 25 % y 40 %, extendiendo la tregua solo para algunos socios.
Tambièn puedes leer: ALBA‑TCP exige acción inmediata de la ONU tras secuestro de 18 niños venezolanos por EE.UU.
Aliados asiáticos frente al dilema comercial
Japón y Corea del Sur respondieron con cautela: el primer ministro Shigeru Ishiba lamentó “la vía unilateral” de EE.UU. antes de elecciones clave en Japón, mientras Corea envió delegados a Washington para buscar exenciones. El ministro surcoreano afirmó que la carta de tarifas representa un nuevo margen de maniobra para renegociar términos locales .
Ambigüedad estratégica y turbolencia de mercado
Aunque los mercados globales tuvieron reacciones moderadas —con declives en Wall Street y altibajos en Asia— la postura de Trump genera incertidumbre estructural. Según economistas, la inconsistencia en fechas y tarifas complica la planificación empresarial y abre interrogantes sobre el impacto económico real .

Expertos advierten riesgo y oportunidad política
El analista Sudeep Reddy (Bloomberg) señala que “la táctica de cartas combinada con tregua selectiva refleja el estilo transaccional de Trump”; sin embargo, la flexibilidad deja la puerta abierta para “acuerdos rápidos pero desequilibrados”. Desde el Brookings Institution, Eswar Prasad advierte que imponer tarifas sin respaldo legislativo sólido y tratar a aliados puede socavar la confianza internacional y reactivar tensiones comerciales .
¿Podrá Trump convertir esta mezcla de presión arancelaria y concesiones temporales en acuerdos duraderos con sus aliados, o quedará como otra maniobra política que profundice la incertidumbre global?

