Catalina Botero Marino: Trump hace lo mismo que Bukele y Nicolás Maduro

Catalina Botero Marino ha sido una de las voces más críticas contra el deterioro de la democracia en el mundo, y en su reciente artículo publicado en El País de España, titulado: “La hipocresía de la democracia estadounidense y la urgente necesidad de una red social de interés público”, no dudó en comparar las tácticas del expresidente Donald Trump con las estrategias utilizadas por Nayib Bukele y Nicolás Maduro. En su análisis, la abogada colombiana resalta cómo el liderazgo de Trump ha adoptado patrones autoritarios similares a los de estos mandatarios latinoamericanos, caracterizados por la persecución de la prensa independiente, la manipulación de la información y la instrumentalización de las redes sociales para controlar la narrativa pública.

Botero Marino es una experta en derecho constitucional y derechos humanos, con una trayectoria destacada como ex Relatora Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). También fue parte del Consejo Asesor de Contenido de Meta, lo que le ha permitido estudiar de cerca el impacto de las plataformas digitales en la democracia. En su artículo, argumenta que Estados Unidos ha dejado de ser un referente en materia de libertad de expresión y que la administración Trump, al igual que la de Bukele y Maduro, ha usado su poder para silenciar voces críticas y promover una versión distorsionada de la realidad.

Catalina Botero Marino al ataque

En su análisis, Catalina Botero Marino denuncia cómo Trump, ya sea directamente o a través de funcionarios cercanos, ha impulsado investigaciones y demandas multimillonarias contra medios de comunicación que no le favorecen. Esta práctica, según ella, se asemeja a las medidas adoptadas en regímenes autoritarios donde la prensa se enfrenta a represalias económicas como forma de censura. En Venezuela, por ejemplo, Nicolás Maduro ha cerrado medios independientes, ha detenido a periodistas y ha promovido leyes que restringen la libertad de información. En El Salvador, Bukele ha utilizado su popularidad y el aparato estatal para deslegitimar y acosar a la prensa crítica, tildando a los periodistas de «enemigos del pueblo» y restringiendo el acceso a información gubernamental.

La abogada colombiana resalta cómo el liderazgo de Trump ha adoptado patrones autoritarios similares a los de estos mandatarios latinoamericanos, caracterizados por la persecución de la prensa independiente, la manipulación de la información y la instrumentalización de las redes sociales para controlar la narrativa pública. Ilustración MidJourney

Pero Botero Marino advierte que el ataque a la prensa no es el único aspecto en el que coinciden Trump, Bukele y Maduro. La relación con las redes sociales también juega un papel clave en este paralelismo. En su artículo, la abogada colombiana menciona que plataformas como X (anteriormente Twitter) han sido utilizadas por líderes populistas para moldear la opinión pública y propagar desinformación. Trump, al igual que Maduro y Bukele, ha explotado estos espacios para descalificar opositores, difundir teorías de conspiración y movilizar a sus seguidores en defensa de su narrativa. La diferencia es que, mientras en Venezuela y El Salvador los gobiernos han impuesto restricciones sobre los medios digitales, en Estados Unidos las grandes empresas tecnológicas han optado por desregular la moderación de contenidos, permitiendo la proliferación de información manipulada.

El viejo doble racero estadounidenses

Uno de los puntos más polémicos del artículo de Catalina Botero Marino es su referencia a la reciente ley aprobada en Estados Unidos para forzar la venta de TikTok, la cual, según ella, refleja el doble estándar de la administración estadounidense. Mientras critica a otros países por censurar plataformas digitales, Estados Unidos ejerce presiones políticas sobre empresas tecnológicas para moldear el ecosistema digital a su conveniencia. La abogada colombiana menciona el caso de cómo TikTok, tras la aprobación de esta ley, implementó medidas de moderación favorables al gobierno estadounidense, como la suspensión de cuentas críticas con millones de seguidores, sin ofrecer explicaciones.

Tambièn puedes leer: Washington y la UNESCO: Una larga historia de encuentros y desencuentros

En este sentido, Botero Marino enfatizó que el control de la información no solo afecta a periodistas y activistas, sino que tiene implicaciones más profundas en la sociedad. En su artículo, menciona cómo en Estados Unidos una gran parte de la población se encuentra atrapada en burbujas de desinformación, alimentadas por discursos populistas y algoritmos diseñados para maximizar la polarización. Como ejemplo, destaca el hecho de que muchos seguidores de Trump continúan creyendo que ganó las elecciones de 2020, ignoran la gravedad del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 y difunden teorías sin fundamento sobre inmigración y vacunas. Este fenómeno, según ella, es el resultado de la falta de regulación sobre la manera en que las plataformas digitales manipulan la información.

Europa tiene otro panorama

Catalina Botero Marino también hace una comparación con Europa, resaltando que, a diferencia de Estados Unidos, la Unión Europea ha tomado medidas más firmes para enfrentar la manipulación informativa y proteger la democracia. Cita la Ley de Servicios Digitales como un ejemplo de regulación que busca hacer responsables a las plataformas por el contenido que permiten circular y por los efectos que generan en la sociedad. En contraste, en Estados Unidos, el gobierno ha optado por una estrategia contradictoria: por un lado, busca controlar plataformas como TikTok por razones políticas, pero por otro, permite que empresas como Meta y X operen con políticas de moderación cada vez más laxas.

En su artículo, Botero Marino destaca que este ambiente digital descontrolado ha permitido que actores con grandes recursos utilicen tecnologías avanzadas de inteligencia artificial para realizar campañas de manipulación masiva. Estas estrategias incluyen el uso de bots, microsegmentación de audiencias y campañas de acoso en línea contra voces disidentes, lo que ha creado un entorno de miedo y autocensura. Según la abogada, este modelo, en el que el poder digital se usa para moldear la percepción pública sin rendición de cuentas, es una característica común de las autocracias modernas.

El aspecto más alarmante del análisis de Catalina Botero Marino es la posibilidad de que la administración estadounidense entregue el control de datos personales a figuras como Elon Musk, quien ha demostrado un interés obsesivo en centralizar el poder digital. En su artículo, advierte que una combinación de tecnologías avanzadas de vigilancia y manipulación, operadas por actores con ambiciones de control absoluto, conduciría a un escenario en el que la democracia queda aún más debilitada. Ilustración MidJourney.

Datos personales en el puño

Pero el aspecto más alarmante del análisis de Catalina Botero Marino es la posibilidad de que la administración estadounidense entregue el control de datos personales a figuras como Elon Musk, quien ha demostrado un interés obsesivo en centralizar el poder digital. En su artículo, advierte que una combinación de tecnologías avanzadas de vigilancia y manipulación, operadas por actores con ambiciones de control absoluto, conduciría a un escenario en el que la democracia queda aún más debilitada. La ironía, señala, es que mientras Estados Unidos acusa a otros países de violaciones a la privacidad y la libertad de expresión, su propio gobierno está tomando que medidas se alinean con estas mismas prácticas.

Botero Marino concluye su artículo proponiendo una alternativa: la creación de una red social de interés público, gestionada de manera independiente y diseñada para fomentar un debate democrático sano. Según ella, un modelo similar al de la BBC podría servir como referencia, asegurando que las decisiones sobre moderación de contenido sean transparentes y auditables. Esta plataforma, a diferencia de las redes dominadas por intereses comerciales o políticos, podría ofrecer un espacio seguro para la deliberación pública sin caer en la manipulación informativa.

Tambièn puedes leer: Trump legalizó la colusión para que EE.UU. juege como China, Rusia o Venezuela

El artículo de Botero Marino no solo plantea una crítica a la administración Trump, sino que también señala la urgencia de repensar el ecosistema digital en el que se desarrolla el debate democrático. Su comparación con Bukele y Maduro no es casualidad: evidencia que las tácticas de control de la información no son exclusivas de regímenes autoritarios, sino que pueden ser adoptadas por cualquier líder que busque consolidar su poder. En este contexto, la gran pregunta que deja abierta su análisis es si las democracias actuales serán capaces de adaptarse y resistir estas nuevas formas de autoritarismo digital, o si, por el contrario, seguirán el mismo camino de erosión institucional que ya se ha visto en otros países.

 

Related articles

- Publicidad -spot_imgspot_img
spot_imgspot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí