Kamala Harris despellejó a Mike Pence en 2020 y Trump tiene un ataque de pánico

Trump tiene un ataque de pánico, y no es para menos. La posibilidad de enfrentarse a Kamala Harris en un debate ha encendido las alarmas en el equipo del expresidente, y con justa razón. Harris, quien en 2020 se mostró implacable en su enfrentamiento con Mike Pence, ha demostrado ser una adversaria formidable, capaz de desarmar a sus oponentes con precisión quirúrgica. Aquella noche en Utah, Pence se enfrentó no solo a la entonces senadora de California, sino a una mujer que estaba lista para cortar la carne política con bisturí afilado. Ahora, Donald Trump se enfrenta a la posibilidad de vivir un episodio similar, y las apuestas no están a su favor.

Frank Bruni, un veterano colaborador de la sección de opinión de The New York Times, lo dijo con todas las letras: “Donald Trump debería tener miedo, mucho miedo, de debatir con Kamala Harris”. Bruni, quien se incorporó a The New York Times en 1995 y ha trabajado en distintas páginas de la revista, incluido The Times Magazine, ha sido testigo de la política estadounidense durante décadas. En su carrera, ha seguido cerca de figuras como el Papa Juan Pablo II y Silvio Berlusconi, pero ahora centra su atención en lo que podría ser uno de los enfrentamientos más explosivos de la política contemporánea. Su advertencia se basa en la actuación de Harris en 2020, un evento que, según Bruni, debería mantener a Trump despierto por las noches.

Trump tiene un ataque de pánico

Es importante recordar que Harris no solo sobrevivió a su enfrentamiento con Pence, sino que lo superó con creces. Varias encuestas posteriores al debate de 2020, incluyendo una publicada por 538 y otra por CNN, concluyeron que Harris había ganado. Y no fue solo por la mosca que decidió posarse sobre la cabeza de Pence, un momento que se volvió viral y capturó la atención del público. Harris, quien llevaba menos tiempo en la escena política nacional, se enfrentó a Pence, un veterano con más experiencia, y no vaciló. Ahora, esa misma determinación y habilidad están listas para ser puestas a prueba contra Trump, quien, según las fuentes cercanas a su campaña, está mostrando señales de ansiedad.

Frank Bruni, un veterano colaborador de la sección de opinión de The New York Times, lo dijo con todas las letras: “Donald Trump debería tener miedo, mucho miedo, de debatir con Kamala Harris”. Bruni, quien se incorporó a The New York Times en 1995 y ha trabajado en distintas páginas de la revista, incluido The Times Magazine, ha sido testigo de la política estadounidense durante décadas. Ilustración MidJourney

Trump tiene un ataque de pánico, una reacción que no sorprende a quienes han seguido de cerca su carrera política. Aunque se presenta como un hombre invencible, los debates han sido su talón de Aquiles. Durante las elecciones de 2016 y 2020, sus actuaciones en los debates estuvieron llenas de momentos de burla, mentiras y explosiones de ira. Pero estas tácticas, que le funcionaron en el pasado, pueden volverse en su contra al enfrentarse a Harris, una adversaria que ha demostrado poder mantener la calma bajo presión.

Disciplina y aplomo

Bruni señala que Trump debería tener miedo, y no solo por las habilidades de debate de Harris. La vicepresidenta ha demostrado, tanto en su carrera como en su campaña presidencial, una capacidad notable para desarmar a sus oponentes. Mientras Trump se ha destacado por sus tácticas agresivas y menudo caóticas, Harris ha mostrado una disciplina y un aplomo que podrían dejar a Trump desorientado. Cuanto más tranquila se mantenga Harris, más probable es que Trump pierda el control, algo que su equipo teme profundamente.

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El equipo de Trump, consciente de las debilidades del expresidente en los debates, ha presionado para que el micrófono de cada candidato no se silencie cuando el otro esté hablando, una táctica que, según los analistas, podría ser un intento de proteger a Trump de sí mismo. La preocupación es que Harris, con su capacidad para mantener la calma y contraatacar de manera efectiva, pueda empujar a Trump a un estado de frustración que lo lleve a cometer errores graves. Este temor se ve amplificado por el hecho de que Trump, a pesar de sus fanfarronadas sobre sus actuaciones anteriores en debates, ha demostrado en repetidas ocasiones que es susceptible a perder la compostura cuando se siente amenazado. Asimismo sus inseguridades, reveladas en cambios de fechas para el debate, condiciones especiales, peticiones urgentes muestran que Trump tiene un ataque de pánico.

Huyendo hacia adelante

Trump tiene un ataque de pánico, y esto es evidente en sus recientes declaraciones públicas. Su insistencia en descalificar a Harris, ridiculizar su nombre y cuestionar su capacidad para atraer multitudes, revela una inseguridad profunda. Este comportamiento, según los expertos, es una señal de que Trump se siente amenazado de una manera que no había experimentado antes. Harris, con su mezcla de confianza y control, parece tener la habilidad de poner nervioso a Trump de una manera particular y poderosa.

El contexto en el que se desarrollará el próximo debate también es importante. Harris se enfrentará a Trump en un momento en el que el expresidente parece estar cometiendo errores y tomando decisiones extrañas. Desde sus alianzas políticas poco ortodoxas hasta sus frecuentes menciones a figuras controvertidas como Robert F. Kennedy Jr. y Tulsi Gabbard, Trump parece estar luchando por mantener su relevancia en un entorno político que cambia rápidamente. Estas decisiones, que han sido criticadas por muchos dentro y fuera de su partido, podrían volver a perseguirlo en el debate, especialmente si Harris logra mantenerse enfocada y disciplinada.

Es importante recordar que Harris no solo sobrevivió a su enfrentamiento con Pence, sino que lo superó con creces. Varias encuestas posteriores al debate de 2020, incluyendo una publicada por 538 y otra por CNN, concluyeron que Harris había ganado. Y no fue solo por la mosca que decidió posarse sobre la cabeza de Pence, un momento que se volvió viral y capturó la atención del público. Ilustración MidJourney.

Su fortaleza es su debilidad

Bruni destaca que Harris se encuentra en el momento perfecto para enfrentarse a Trump. A pesar de que algunos críticos señalan que Harris tiene vulnerabilidades y defectos que podrían ser explotados por un polemista feroz, Trump no ha demostrado ser ese tipo de polemista. Su estilo, caracterizado por la improvisación y la agresividad, podría ser contraproducente cuando se enfrenta a alguien que, como Harris, está preparado para contrarrestar cada ataque con calma y precisión.

Trump tiene un ataque de pánico, y la razón es clara: Harris representa una amenaza real para su estilo de debate. En un entorno donde el control emocional es clave, Trump podría encontrarse en una situación en la que su comportamiento habitual lo llevará a la derrota. Harris, por otro lado, tiene la oportunidad de consolidarse como una figura política capaz de enfrentarse a los desafíos más difíciles, demostrando que su actuación en 2020 no fue un golpe de suerte, sino una muestra de su verdadera capacidad.

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Un momento crucial

Este próximo debate podría ser uno de los momentos más importantes de la campaña presidencial, y todos los ojos estarán puestos en cómo Trump maneja la presión. Si Harris logra mantener la calma y utilizar las tácticas que empleó contra Pence en 2020, Trump podría encontrarse en una situación muy incómoda. Y mientras el expresidente se enfrenta a la realidad de un oponente que no solo es competente, sino también estratégico, su equipo tendrá que lidiar con las consecuencias de una actuación que podría definir el curso de la campaña.

Trump tiene un ataque de pánico porque, en este escenario, Harris tiene todas las herramientas para desarrollar sus estrategias y exponer sus debilidades. La historia nos ha demostrado que, en los debates, la habilidad para mantener el control y la compostura es crucial, y Harris ha demostrado que tiene ambas cualidades en abundancia. Con el escenario preparado para lo que podría ser un enfrentamiento titánico, la pregunta que queda es si Trump será capaz de mantener su propio control o si, como en 2020, será despellejado por una adversaria que no teme enfrentarse al poder con inteligencia y aplomo.

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