Luis Vicente León, economista venezolano y presidente de la firma Datanálisis, ha emitido recientemente su análisis sobre los cambios en el gabinete del gobierno de Nicolás Maduro a través de su cuenta en la plataforma X. En su comentario titulado «Acerca de los cambios en el gabinete», León destaca que estas modificaciones parecen transmitir tres mensajes clave: un incremento del poder militar en el gobierno nacional, la preservación de una estrategia de liberación económica, y la consolidación de un control político y social más estricto, una fórmula que ya se ha implementado en países como Rusia y Nicaragua. Este análisis se enmarca en un contexto de creciente incertidumbre política y económica en Venezuela, donde Luis Vicente León subraya la necesidad de generar confianza entre los partidos para facilitar un proceso de negociación política que permita una salida pacífica a la crisis actual.
Luis Vicente León, conocido por su papel como analista y comentarista en la esfera económica y política venezolana, es Magíster en Ingeniería Empresarial y profesor en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA). Su reciente intervención se publicó en un artículo titulado «Acerca de los cambios en el gabinete» en la plataforma X. Según León, los recientes movimientos en el gabinete de Maduro no son meros ajustes administrativos, sino que representan un reposicionamiento estratégico del gobiertno. Este reposicionamiento, argumenta, responde a la necesidad de fortalecer la presencia militar en el gobierno, lo cual es un intento de blindar el poder frente a cualquier desafío interno o externo que pueda surgir.
Luis Vicente León y los militares
Para León, la incorporación de figuras militares en posiciones clave dentro del gabinete tiene el propósito de enviar un mensaje claro: el gobierno de Maduro está dispuesto a soportar su postura ante la presión internacional y los desafíos internos. A pesar de las sanciones y la presión diplomática, el gobierno parece no tener intención de suavizar su control sobre las instituciones del Estado. Luis Vicente León enfatiza que este movimiento fortalece un sistema de poder donde las fuerzas armadas no solo juegan un rol de seguridad, sino que se convierte en un pilar fundamental para la estabilidad política del régimen. Este refuerzo militar, a su juicio, es una señal inequívoca de que el gobierno no cederá fácilmente ante las presiones externas, incluso si eso significa un aislamiento mayor.

La preservación de una estrategia de liberación económica y control de la liquidez y el gasto público es, según León, el segundo mensaje clave de estos cambios en el gabinete. Aunque el gobierno ha implementado algunas medidas de flexibilización económica en los últimos años, estas no han sido suficientes para generar un cambio significativo en las condiciones de vida de la población. Sin embargo, Luis Vicente León considera que esta estrategia tiene como objetivo mantener una cierta estabilidad económica interna, evitando una hiperinflación más devastadora que podría desencadenar protestas masivas. La apuesta, sostiene, es mantener un delicado equilibrio que permita al gobierno navegar entre las presiones inflacionarias y la necesidad de mantener la paz social.
Control político y social
El economista también sugiere que esta estrategia de control económico va de la mano con la consolidación de un modelo de control político y social más severo. Este modelo, argumenta Luis Vicente León, se asemeja a los implementados en otros regímenes autoritarios como Rusia y Nicaragua, donde se combinan técnicas de represión política con medidas de control económico. En Venezuela, esta fórmula parece estar orientada a evitar una crisis política más profunda, consolidando un sistema en el que el gobierno puede manejar tanto la economía como el aparato de seguridad con mano de hierro. León enfatiza que, en este contexto, cualquier esfuerzo de negociación debe tener en cuenta esta realidad, pues las probabilidades de un cambio radical en la postura del gobierno son extremadamente bajas.
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En su análisis, Luis Vicente León también toca el tema de las elecciones y la legitimidad de sus resultados. Hace aproximadamente un mes, León expresó su preocupación por la falta de transparencia en los procesos electorales venezolanos. Para que una elección sea considerada legítima, sostiene, es fundamental que los resultados sean auditados y verificados por todas las partes involucradas. Según él, la publicación de resultados totales y por mesa por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE), así como la entrega de todas las actas de votación a la oposición, son derechos inalienables que deben ser respetados para asegurar la transparencia del proceso. Esta postura refleja su preocupación de que, sin garantías suficientes, el proceso electoral solo servirá para agravar la crisis política en el país.
Sobre amigos y amistades
Desde su perspectiva, la comunidad internacional, especialmente países como Brasil, Colombia y México, enfrenta un reto complejo al intentar mediar en la crisis venezolana. Luis Vicente León plantea dos posibles caminos de negociación: uno que intenta reducir los costos de salida para Maduro y su entorno, y otro que busca obtener concesiones significativas del gobierno para que la oposición pueda seguir luchando a futuro. Sin embargo, León reconoce que ambas opciones son poco viables en el escenario actual, debido a la renuencia del gobierno a ceder poder y a la falta de incentivos claros para negociar. La posibilidad de que Maduro considere que sus costos de permanencia son mayores que los de su salida aún parece lejana, lo que dificulta cualquier avance en esta dirección.

Luis Vicente León también señala que la segunda opción de negociación, que implica pedir concesiones a Maduro bajo la premisa de su permanencia en el poder, es aún menos probable de materializarse. La oposición institucional, encabezada por figuras como María Corina Machado y con el respaldo de actores internacionales como Estados Unidos, no parece dispuesta a reconocer a Maduro en un acuerdo que les ofrece tan pocas garantías. Así, esta opción de negociación queda descartada como una vía factible para resolver la crisis actual.
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Negociar es un asunto de paciencia
El economista sugiere que, ante la inviabilidad de las negociaciones tradicionales, la estrategia más pragmática para los negociadores internacionales podría ser presionar al gobierno de Maduro para que ceda unilateralmente en algunos aspectos clave. Entre estos aspectos podrían incluirse la amnistía y liberación de presos políticos, la habilitación de líderes opositores, una reforma real del sistema electoral y una enmienda constitucional para eliminar la reelección indefinida y recortar el período presidencial. Aunque estas medidas por sí solas no resolverán la crisis, podrían abrir espacios de negociación y evitar un colapso total de las relaciones entre Venezuela y otros países de la región.
Luis Vicente León concluye su análisis sugiriendo que, en este escenario, todos los actores deben desempeñar su papel de manera estratégica, evitando romper puentes de negociación que podrían ser cruciales en el futuro. La política, según León, es la ciencia de la negociación y depende de un delicado equilibrio de fuerzas entre las partes involucradas. Mantener este equilibrio es esencial para cualquier intento de resolución pacífica de la crisis venezolana, un desafío que se presenta cada vez más complejo en el panorama actual.