Estados Unidos desespera ante la pérdida de control naval debido a la Armada china

El alarmante ascenso de la Armada china está cambiando el orden global y generando una creciente preocupación en Estados Unidos. La Armada china, que ha incrementado su poderío de manera significativa en las últimas dos décadas, amenaza con desplazar a Estados Unidos como la fuerza dominante en los mares. Jeremy Hurewitz, director de Interfor Academy y autor del próximo libro «Sell Like a Spy», recientemente publicó un artículo de opinión en The Hill titulado: «El alarmante ascenso de China en los mares está cambiando el orden global», donde analiza este fenómeno en detalle. En 2005, Hurewitz, entonces periodista radicado en Shanghai, escribió sobre un decrépito portaaviones ucraniano adquirido por China y rebautizado como Liaoning, con planes de modernizarlo para su armada. Esta adquisición, inicialmente subestimada por Occidente, marcó el inicio de una transformación radical en el poder naval chino.

La Armada china no solo ha crecido en número, sino también en capacidad tecnológica y estratégica. Hurewitz menciona que actualmente China cuenta con más de 370 buques de guerra, superando a los aproximadamente 290 barcos de Estados Unidos. Este avance incluye dos portaaviones, el Liaoning y el Shandong, con un tercero, el Fujian, en fase de pruebas, y se especula sobre la construcción de un cuarto con propulsión nuclear. Este crecimiento naval chino ha sido acompañado por un enfoque agresivo en el Mar de China Meridional, particularmente en el Banco Scarborough, una zona disputada con Filipinas. China, utilizando tácticas peligrosas y agresivas, ha obstaculizado los esfuerzos de Filipinas por mantener su reclamación en el área, lo que ha generado tensiones internacionales y la posibilidad de un conflicto que podría involucrar a Estados Unidos debido a su tratado de defensa mutua con Filipinas.

El poderío de la Armada china

La historia del Liaoning es emblemática del enfoque de China hacia su expansión naval. En los años 90, China intentó adquirir el portaaviones a través de un empresario que afirmó que lo utilizaría como casino flotante, una estratagema para evitar alarmar a Occidente. Cuando el Liaoning llegó al dique seco en 2005, no provocó grandes preocupaciones entre los funcionarios de seguridad nacional occidentales debido a su estado anticuado. Sin embargo, casi 20 años después, China ha cerrado la brecha con la Armada de Estados Unidos en varios aspectos. El «ascenso pacífico» de China, como lo llamaban entonces, fue una cortina de humo para ocultar actividades como el espionaje industrial y la piratería informática, señala Hurewitz.

Este ascenso ha sido respaldado por una capacidad manufacturera sin precedentes que da ventajas a la Armada china. El Gigante Asiático es ahora el mayor constructor naval del mundo, produciendo aproximadamente el 50% de los nuevos barcos globalmente cada año, en contraste con menos del 1% producido por Estados Unidos. Ilustración MidJourney

Este ascenso ha sido respaldado por una capacidad manufacturera sin precedentes que da ventajas a la Armada china. El Gigante Asiático es ahora el mayor constructor naval del mundo, produciendo aproximadamente el 50% de los nuevos barcos globalmente cada año, en contraste con menos del 1% producido por Estados Unidos. Este avance se ha logrado en parte gracias a los miles de millones de dólares en subsidios gubernamentales que han sesgado el mercado y perjudicado a competidores como Corea del Sur y Japón. Empresas chinas de construcción naval, con miras de «doble uso», a menudo combinan proyectos comerciales y militares, difuminando las fronteras entre ambos para darle una ventaja estratégica a China.

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Control de su zona de influencia

En la actualidad, la «Armada china» utiliza su creciente poder naval para proyectar influencia y controlar áreas estratégicas. En el Banco Scarborough, las tácticas agresivas de China incluyen apuntar láseres de grado militar a los barcos filipinos, embestirlos y bombardearlos con mangueras de agua de alta potencia. Estos actos han escalado las tensiones, llevando a un marine filipino a perder un pulgar en una reciente escaramuza. Este comportamiento agresivo no solo desafía a Filipinas sino también pone en riesgo la estabilidad de la región, dado el tratado de defensa mutua entre Filipinas y Estados Unidos.

El poder naval chino no se limita a sus actuales capacidades en el mar. Su capacidad manufacturera y su enfoque en la innovación local, respaldados por subsidios gubernamentales, han posicionado a China como un líder en la construcción naval. Este crecimiento ha permitido a China apoderarse de pequeños bancos de arena en el Mar de China Meridional, como las Islas Spratly, donde ha construido bases militares. Además, China intimida a vecinos más pequeños como Vietnam, Malasia y Brunei, utilizando una combinación de coerción económica y diplomática para establecer nuevas realidades en el mar.

Estados Unidos, por su parte, enfrenta serios desafíos. La capacidad de la Armada de Estados Unidos para reemplazar buques en un tiempo razonable está en duda, lo que afecta su capacidad de proyectar poder y evitar conflictos. Ilustración MidJourney.

El ego estadounidense

Estados Unidos, por su parte, enfrenta serios desafíos. La capacidad de la Armada de Estados Unidos para reemplazar buques en un tiempo razonable está en duda, lo que afecta su capacidad de proyectar poder y evitar conflictos. La infraestructura de fabricación militar de Estados Unidos ha mostrado debilidades, especialmente en el contexto del apoyo a Ucrania. La falta de capacidad de construcción naval de Estados Unidos no augura nada bueno para un potencial conflicto en el Mar de China Meridional, donde la capacidad de reemplazar buques perdidos sería crucial.

El ascenso de la Armada china también está vinculado a problemas internos de China, como el declive de su población y una burbuja de deuda inmobiliaria. Sin embargo, su enfoque férreo en intereses de seguridad nacional, como la construcción de su armada, está alterando el equilibrio de poder global. Estados Unidos ha comenzado a abordar la erosión de su base manufacturera con iniciativas como la Ley CHIP, pero necesita ampliar urgentemente su capacidad de apoyo a las fuerzas armadas para contrarrestar el deseo de China de dominar el Pacífico.

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El ascenso de la Armada china representa una amenaza significativa para el control naval de Estados Unidos. El poder naval chino, respaldado por una capacidad manufacturera formidable y una estrategia agresiva en el Mar de China Meridional, está cambiando el orden global. Estados Unidos, enfrentando desafíos en su capacidad de construcción naval y reemplazo de buques, debe tomar medidas urgentes para fortalecer su posición y evitar un conflicto que podría tener consecuencias devastadoras para la estabilidad mundial.

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